Pninei Halajá

07- Haftará (la porción de lectura de los profetas).

Nuestros sabios dispusieron que además de la Torá, se lea también un pasaje de los profetas que esté vinculado a lo que se leyó de la ley de Moshé o al tema del día (en caso de tratarse de un día festivo o ayuno o Rosh Jodesh etc. N. de t.), recitándose una bendición antes y cuatro bendiciones después de la lectura. Esta lectura de los profetas recibe el nombre de Haftará que en hebreo significa «conclusión», pues con ésta, la parte de las lecturas en el servicio llega a su fin.

Esta lectura fue instituida en virtud de una medida persecutoria que prohibía a los judíos leer la Torá so pena de muerte. Dado que el decreto persecutorio no incluía la prohibición de la lectura de los profetas, los sabios de esa generación ordenaron sustituir la lectura original de la Torá de Moshé por la de los libros proféticos de un modo semejante al de la primera, con siete personas que pasan a leer y con el recitado de bendiciones antes y después. Una vez que el decreto persecutorio fue derogado y los judíos volvieron a leer la Torá, se estableció que se continúe leyendo a los profetas cada sábado e inclusive se instituyeron bendiciones a recitar antes y después de la lectura. Dado que en días de la persecución pasaban a leer al profeta siete personas y cada uno leía como mínimo tres versículos, en esta nueva etapa se definió que la Haftará no podía consistir en menos de veintiún versículos. En caso de que el pasaje a ser leído contenga un número de versículos menor al mínimo, de todas maneras se lee hasta concluir con el mismo (Shulján Aruj 284:1, Mishná Berurá 2).

A los efectos de que la lectura de la Haftará no parezca similar en jerarquía a la de la Torá, nuestros sabios dispusieron que quien pasa a leer a los profetas debe primeramente leer algunos versículos de la Torá y luego del profeta, para que de esa manera quede claro que la segunda lectura no es una unidad independiente y equivalente a la primera. Desde un punto de vista estrictamente halájico sería posible que la séptima persona que pasa a leer la Torá también lea la Haftará, empero los juristas tendieron a inclinarse por la opinión que considera que el lector de la Haftará no es parte de los siete que leen la Torá. Por lo tanto, una vez que subieron los siete lectores de la porción de lectura o Parashá, se recita medio kadish finalizando así con la lectura de la Torá y luego se invita a subir al Maftir, quien habrá de leer los últimos versículos de la Parashá ya leída y luego continuará con la lectura de la Haftará.

Hay quienes opinan que la lectura de la Haftará debe ser llevada a cabo de un libro de los profetas escrito con tinta y sobre un pergamino similar al de un rollo kasher de la Torá (Levush). Muchos juristas de las últimas generaciones escribieron que también se puede leer la Haftará de un libro impreso y bueno es leerla de un libro en el cual está impreso todo el texto del profeta y no solo los versículos relevantes. Empero, si no hay disponible semejante tomo, se puede leer la Haftará de un libro en el cual figuran únicamente los versículos en cuestión como es el caso de los «jumashim» que solemos usar en Shabat (Maguén Abraham, Eliahu Rabá, Mishná Berurá 284:1).

Hay comunidades en las que se acostumbra a que todo el público presente lee conjuntamente la Haftará, empero es mejor que quien pasa a leerla o el oficiante lea solo, y todos los demás le escuchen. Quien quiera leer para sí en voz baja puede hacerlo siempre y cuando no moleste a sus vecinos que quieren escuchar la lectura pública.

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