Pninei Halajá

18 – Batir palmas y bailar.

En el marco de la prohibición de tocar instrumentos musicales, nuestros sabios prohibieron también bailar y batir palmas sobre los muslos al cantar, por temor a que esto lleve a que se toquen efectivamente instrumentos musicales y se los elabore (Talmud Babilonio Tratado de Beitzá 36(B)). Sin embargo, se permite aplaudir de un modo diferente al habitual, batiendo, por ejemplo, el reverso de una mano sobre la palma de la otra ya que de esa manera se recuerda que es Shabat y no se corre riesgo de terminar elaborando un instrumento musical (Talmud Jerosolimitano Beitzá 5:2). Se entiende que una danza ligera, en la cual no se despegan los dos pies del piso al mismo tiempo, no es considerado el tipo de danza prohibido por los sabios (ídem).

La prohibición de danzar es justamente cuando se canta y por temor a que se termine tocando instrumentos musicales, pero si no se canta está permitido saltar un poco por placer, batir palmas o golpear con estas sobre la mesa para despertar a un amigo.

En la práctica, muchos acostumbran a danzar, batir palmas y percutir sobre la mesa a la hora de cantar en Shabat. Respecto de esta cuestión los juristas se dividen en dos grupos:

En opinión de muchos se trata de una costumbre errónea. A pesar de ello los sabios no protestaron ya que la prohibición no figura expresamente en la Torá y es mejor que la gente trasgreda  no intencionalmente  a que lo haga exprofeso (Talmud Babilonio Tratado de Beitzá 30(A)). Empero, cuando es posible puntualizar la halajá se debe enseñar a no batir palmas y no bailar, tal como lo establecieron los sabios (Rif, Rambám, Shulján Aruj 339:3). En Simjat Torá, que se trata de una alegría especial y preceptiva en honor a la Torá, los que optan por la actitud más estricta también bailan y baten palmas (Maharik en nombre de Rav Hai Gaón). Empero en el resto de alegrías de mitzvá, por ejemplo bodas, no flexibilizaron su opinión (Mishná Berurá 339:8).

Hay juristas que sí lo hicieron y entienden que todo el sentido del decreto es para evitar que se elabore un instrumento musical; hoy día que los instrumentistas no saben hacerlo, el decreto está sin efecto y se permite bailar y batir palmas (Tosafot Beitzá 30(A)’תנן’). Hay quienes no aceptan esta idea pues todos los músicos saben afinar las cuerdas de sus instrumentos, como en el caso del violín o la guitarra o tensar la lonja de su tambor, y esto también se considera elaborar un instrumento («tikún klí»). Empero, la razón por la que se flexibilizó al norma es que el decreto fue promulgado en días en los que se acostumbraba tocar instrumentos musicales a partir de personas que danzaban y batían las palmas. El decreto quedó sin efecto porque hoy día muchos cantan, danzan y baten palmas sin por ello integrar instrumentos a la alegría (Aruj HaShulján 339:9).

Hay juristas que entienden que desde que en las últimas generaciones los grandes maestros del jasidismo ensalzaron las virtudes del canto y la danza a los efectos de despertar los corazones al apego a D´s mediante la alegría, el canto y la danza se transformaron en necesidades preceptivas, y tal como se flexibilizó la norma respecto de Simjat Torá debe flexibilizarse para todo Shabat (Dvar Iehoshúa II 42).

Consideramos que en opinión de los juristas más flexibles es correcto no percutir sobre la mesa pues esto se parece a tocar el tambor lo que está prohibido según todas las opiniones, aunque sea con motivo preceptivo. Además, el temor a que se toque el tambor está vigente hoy día pues muchos acostumbran a traer «darbukot» o pequeños tambores para hacer ritmo a la hora que cantan. Empero a la hora de cantar durante el rezo, se permite a quien dirija el coro o a los que cantan que percutan sobre el podio; asimismo puede plegarse a este permiso también quien dirige los cantos en la mesa sabática.

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