Pninei Halajá

09 – La interacción entre observantes y seculares y la prohibición de facilitar la transgresión del prójimo («lifnei iver»).

Se nos ordenó no provocar que otra persona trasgreda la Torá, tal como está escrito (Vaikrá 19:14): «no pondrás un obstáculo delante del ciego» (Rambám Hiljot Rotzeaj 12:14). Si la persona incurriera en una trasgresión aunque no se le facilitase o ayudase, la mayoría de los juristas opina que quien facilita la mala acción no trasgrede la norma de la Torá pero si la rabínica de no ayudar a los trasgresores en su mal actuar. Por lo tanto, está prohibido permitir a un judío secular hacer uso de su automóvil o su radio en Shabat.

Además, está prohibido dar indicaciones de ruta a un judío que viaja en Shabat a pesar de que al no indicarle el camino correcto este habrá de extender su trayecto. Esto obedece a dos razones: la primera radica en que está prohibido colaborar en la realización de una trasgresión. La segunda se deriva de la prohibición de hablar en Shabat sobre la realización de labores prohibidas (arriba 22:9). Es correcto disculparse ante quien consulta por no ayudarle, debiéndose excusar en que ello está prohibido el día sábado.

Un soldado religioso tiene permitido encender la luz del baño antes de Shabat a pesar de que sabe que luego vendrá un soldado secular y la habrá de apagar, pues no hay razón para que el primero renuncie a su derecho de tener luz encendida a los meros efectos de que su compañero no trasgreda la prohibición de apagarla. Además, el compañero secular igualmente habrá de encender y apagar las luces en el lugar (Rav Shlomo Zalman Auerbach en «Hatzavá Kahalajá» 31:5).

Está permitido invitar a un judío no observante a pasar un Shabat entero en la casa a pesar de que se sabe que tras concluir la cena sabática este habrá de subir a su automóvil y regresar, con la condición de que se le ofrezca sinceramente alojamiento de modo tal que la invitación no implique necesariamente la profanación del Shabat. Si bien hay juristas más estrictos en esta cuestión, se puede optar por una actitud más flexible cuando la intención es promover el amor y acercamiento entre judíos («keruv»). Sin embargo, a veces, por cuestiones educativas es correcto adoptar una actitud más estricta.

Hay juristas estrictos que prohíben a una familia no observante celebrar en Shabat un Bar Mitzvá cuando es claro que un número importante de invitados habrá de viajar para llegar a la sinagoga. Consideran que en un caso así aceptar celebrar unBar Mitzvá equivale a aceptar la profanación del Shabat. Hay juristas que lo permiten ya que la familia no observante de todas maneras habrá de profanar el Shabat y además los encargados de la sinagoga  no le pidieron a los celebrantes que viajen, sino que por el contrario, están interesados en que vengan caminando. En la práctica, cuando los invitados no observantes respetan la sinagoga y se cuidan de no profanar el Shabat en su interior, se puede celebrar el Bar Mitzvá. Empero, según la opinión de muchos juristas, es bueno recomendarles que la celebración para subir al Sefer Torá la efectivicen en el rezo de Minjá o en las mañanas de lunes o jueves.

Los juristas debatieron también respecto de la celebración de un Brit Milá en Shabat cuando es claro que muchos de los familiares del niño profanarán el sábado viajando para asistir al evento. En la práctica el circuncidador («Mohel») puede llevar a cabo la ceremonia de circuncisión en Shabat.

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