Pninei Halajá

12 – Guerra en Shabat.

Es preceptivo ir a la guerra para defender al pueblo de Israel de sus enemigos, y este es un precepto mayor que el de salvar vidas. Esto se debe a que el rescatista no está obligado a arriesgar su propia vida en pos de salvar una o varias vidas humanas, pero para salvar al pueblo de Israel de sus enemigos – cada judío debe estar dispuesto a sacrificarla (Mishpat Cohen 143, Tzitz Eliezer 13:100, ver Pninei Halajá Likutim II 11:3).

Por lo tanto, si atacan enemigos es preceptivo salir a combatirlos aunque esto implique riesgo de vida y profanación del Shabat. Así sentenció Rambám (Shabat 2:23): «es preceptivo para todo judío que puede hacerse presente, ir y socorrer a sus hermanos sitiados y salvarlos de manos de los gentiles en Shabat y tienen prohibido demorarse hasta la conclusión del día…». Asimismo, cuando se sabe que hay enemigos o terroristas que están por atacar a judíos, es preceptivo enfrentarlos a los efectos de disuadirlos. En caso de que sea conveniente atacarlos en Shabat se los ataca (Heijal Itzjak Oraj Jaím 37:3, Amud Haieminí 16. Ver Ramá 329:6).

Es preceptivo también salir a la guerra a los efectos de evitar peligros a futuro, aunque esto implique riesgo de vida y profanación del Shabat. Y así lo  sentenció el Shulján Aruj (329:6). De acuerdo con esto, es preceptivo llevar a cabo actividades de patrullaje en Shabat para proteger las fronteras de incursiones enemigas. Hoy día, todo el Estado de Israel es considerado frontera a los efectos de actividades antiterroristas (Rav Goren). Por lo tanto, es preceptivo llevar a cabo en Shabat acciones de patrullaje y defensa destinadas a salvaguardar tanto la vida como el patrimonio.

Si personas no observantes del Shabat salen a pasear en un sitio que requiere de seguridad y no se les puede convencer que desistan de la excursión, es preceptivo para los soldados protegerles aunque esto implique la profanación del Shabat. Aunque la única razón por la cual se deba vigilar el sitio en cuestión profanando el Shabat sea este paseo, dado que en la práctica se encuentran en un lugar peligroso se los debe proteger del enemigo (El Rav Goren en su libro Meshiv Miljamá I 7, II 110. Ver Hatzavá Kahalajá cap. 21). Sin embargo, los soldados tienen prohibido ayudarles a profanar el Shabat, por ejemplo, abriéndoles paso de barrera para que viajen, o autorizándoles a salir, o subiendo a su autobús para permitirles viajar. Se les puede brindar cobertura de vigilancia únicamente una vez que ya salieron al paseo.

Se permite retirar cadáveres del campo de batalla en Shabat para que no caigan en manos del enemigo. Si bien por la base de la ley no se profana Shabat para salvar cadáveres, dado que en la práctica la captura de estos por parte del enemigo afecta la moral de los soldados y la sociedad israelí es capaz de liberar terroristas para recuperar los cuerpos, se trata de una acción de salvataje o salvaguarda de la vida («pikuaj nefesh»). Una vez que los cadáveres fueron retirados del campo de batalla, está prohibido continuar la profanación del Shabat para ocuparse de estos (Meshiv Miljamá I pág. 61, II inciso 117, Hatzavá Kahalajá cap. 20).

La guerra destinada a la conquista de la tierra de Israel es preceptiva y si es conveniente desde el punto de vista operativo se pueden iniciar las hostilidades incluso en Shabat, tal como acostumbraron nuestros antepasados en los días de Iehoshúa bin Nún, durante la conquista de Jericó (Talmud Jerosolimitano Tratado de Shabat 1:8, Tur Oraj Jaím 249:1).

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