Pninei Halajá

13 – Estados de guerra y de rutina en el ejército y la autoridad del comandante.

En tiempo de guerra se debe llevar a cabo cualquier acción en Shabat con tal de obtener la victoria, incluso está prohibido demorar las operaciones a los efectos de consultar a un rabino, ni se debe molestar a los comandantes con preguntas respecto de qué es indispensable y qué no, sino que se hace lo que es requerido con la mayor premura posible.

Sin embargo en tiempos de rutina, en los que se llevan a cabo actividades de patrullaje o de recabado de inteligencia, se debe procurar reducir las profanaciones de Shabat al mínimo. Solamente se puede realizar en Shabat una acción destinada a prevenir riesgos de vida y, preferiblemente de un modo diferente al habitual, a los efectos de, en lo posible, trasgredir únicamente prohibiciones rabínicas. A estos efectos, el Rabinato del ejército debe establecer protocolos especiales de acción para el día sábado que permitan a cada brazo armado llevar a cabo su rutina de trabajo con el mínimo de trasgresiones al Shabat. Está prohibido llevar a cabo ejercicios militares y solamente en estados de alerta se puede entrenar soldados de cara a un operativo en el cual han  de participar.

En situaciones normales y correctas se puede confiar en que el comandante conoce las necesidades de seguridad y las reglas formuladas por el Rabinato militar. Si el militar diera una orden que implica profanar el Shabat se entiende que es necesaria para preservar la seguridad y por lo tanto es obligatorio cumplirla. Sin embargo, si la confianza en los comandantes se ha visto resquebrajada, tanto sea porque desprecian las indicaciones del Rabinato del ejército o porque este no cumple con su cometido de manera eficiente, o porque la orden dada carece de lógica, el soldado debe consultar a su comandante si la acción indicada es indispensable. En caso de que tras la aclaración del comandante, al soldado le resulta claro que la orden recibida que implica la profanación del Shabat no guarda relación alguna con cuestiones de seguridad, tiene prohibido cumplirla pues no se profana el Shabat a menos que sea para salvar vidas. Mientras el soldado dude respecto de la orden recibida – debe cumplirla pues una duda respecto a cuestiones de peligro de vida («safek pikuaj nefesh») antecede a la observancia del Shabat. Empero, una vez concluido el Shabat es deber del soldado consultar al Rabinato del ejército respecto de lo acontecido y de ser necesario asesorarse con sus propios rabinos. En caso de que la orden haya sido dada incorrectamente – se debe presentar una queja ante el comandante y manifestar disconformidad por todos los medios disponibles a su alcance.

La principal forma de saber si una acción está vinculada a la salvaguarda de la vida es ver qué actitud se tiene hacia esta durante los días de la semana. Si siempre se la considera una acción necesaria de salvataje y se lleva a cabo aunque implique suspender descansos o la interrupción de una actividad recreativa de la tropa, se la puede realizar en Shabat. Si durante la semana no se hace hincapié en su realización y por cuestiones de comodidad se puede suspender, no se debe profanar el Shabat para llevarla a cabo.

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