Pninei Halajá

05 – Las técnicas de medición en los tiempos de nuestros sabios, de bendita memoria, y en la actualidad.

Nuestros sabios establecieron reglas respecto de cómo medir el «área sabática» de modo tal que se acerque lo más posible a un resultado exacto. Ellos dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Eruvín 57(B)): «No se mide sino con una cuerda de cincuenta codos, ni más ni menos». Y lo explican diciendo que si la medición se lleva a cabo con una cuerda más larga será difícil tensarla en virtud de su peso excesivo lo cual acortaría la medida final. Si se mide con una cuerda más corta, se teme que si se la tensa demasiado lo cual puede estirarla incrementando así el resultado artificialmente. Además nos enseñaron que se debe sostener la cuerda de medición a la altura del corazón, pues si uno la sostiene a la altura de su cabeza y el otro a la altura de sus pies – la medida final resultará artificialmente más corta (Shulján Aruj 399:1-3). Asimismo, nuestros sabios nos enseñaron que si se llega a un valle, los dos medidores habrán de pararse a la misma altura a ambos lados del mismo y medir la distancia aérea. De haber en el lugar una colina, se habrán de erigir dos mástiles a ambos lados de la misma y se habrá de efectuar la medición por encima de esta. Si no se pueden medir la colina o el valle mediante una sola cuerda de cincuenta codos en virtud de su extensión, se habrán de emplear cuerdas menores de cuatro codos de longitud cada una, de modo tal que quien esté parado arriba sostenga la cuerda a la altura de sus pies y quien lo haga desde abajo, que la sostenga a la altura de su corazón. En caso de que la pendiente sea aún  más empinada al punto de que resulte difícil medir de esta manera, se ha de efectuar una medición estimativa. De haber allí un peñasco con un ancho inferior a los cuatro codos – no se lo tomar en cuenta (Talmud Babilonio Tratado de Eruvín 58(A y B), Shulján Aruj 399:4-5).

Nuestros sabios dijeron que en esta cuestión sólo se confía en la medición de un experto, o sea, alguien que sabe tomar las medidas. Si dos expertos obtuvieron resultados diferentes se opta por el resultado más amplio, ya que las reglas referentes a las «áreas sabáticas» («tjumín») son de origen rabínico y en caso de debate la halajá final es conforme a la opinión más flexible (Talmud Babilonio Tratado de Eruvín 58(B), 59(A), Shulján Aruj 399:7-8). Cuando una persona llega a un sitio en el cual no fueron tomadas mediciones del «área sabática» y precisa caminar a los efectos de cumplir con un precepto, que camine dos mil pasos medianos que equivalen aproximadamente a dos mil codos (ídem Eruvín 42(A), Shulján Aruj 399:2, Mishná Berurá 5).

Hoy día es preferible establecer el «área sabática» mediante mapas basados en fotografías aéreas o mediante instrumentos respaldados por satélite, los cuales permiten establecer las distancias con suma exactitud. No cabe argüir que se debe medir conforme lo indicaron nuestros sabios,  ya que toda su intención fue obtener la medición más exacta posible sobre la base del instrumental disponible en su época y sin agobiar a los medidores en exceso. Hoy día que disponemos de técnicas de medición más exactas y confortables, debemos hacer uso de estas.

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