Pninei Halajá

05. Responder Amén a cuestiones relativas a la santidad (Dvarim Shebikdushá) en las bendiciones del recitado del «Shemá».

Según la opinión del Maharam de Rotenburg, mientras la persona recita el «Shemá» y sus bendiciones, no debe interrumpir para responder a un Kadish o una Kedushá, ya que por cuanto que está ocupado alabando a D´s no puede interrumpir para responder a otra alabanza. Empero, según la opinión de la mayoría de los juristas medievales (Talmidei Rabenu Ioná, Rosh) una persona puede interrumpir su propia alabanza durante el recitado del «Shemá» y sus bendiciones para participar de otra mayor de carácter público y así es la halajá final (Shulján Aruj 66:3).

Se interrumpe para responder únicamente las alabanzas más importantes: en el Kadish, hay quienes opinan que se debe responder únicamente «Iehé Shmé Rabá Mevaraj Lealam Uleolmei Almaiá» y Amén después de que el oficiante recita «Damirán Bealmá Veimrú Amén«, donde finaliza la sección principal del Kadish (Mishná Berurá 66:17). Hay quienes sostienen que además se deben responder los cinco Amen usuales de la sección más importante del Kadish que recibe el nombre de «Medio Kadish», empero no se interrumpe para responder «Amén» a los agregados posteriores (Kaf HaJaím 66:23, ver adelante 23).

En la Kedushá, se debe responder únicamente a los versículos que comienzan con las palabras «Kadosh» y «Baruj» que son los principales (Mishná Berurá 66:17, Ialkut Iosef 66:2). Hay quienes opinan que se debe responder también al versículo que inicia con la palabra «Imloj» (Aruj Hashulján 66:6, Kaf HaJaim 18) y esta es la costumbre más extendida. Empero no se ha de decir el inicio de cada versículo que recita el oficiante.

En el «Barjú» se debe responder como de costumbre «Baruj Ad-onai Hamevoraj Leolam Vaed» y en «Modim» durante la repetición de la Amidá por parte del oficiante, se debe inclinar y responder únicamente «Modim Anajnu Laj«.

Según la usanza ashkenazí se responde Amén por las bendiciones de «HaE-l Hakadosh» (la tercera de la Amidá) y «Shomea Tefilá» (la decimosexta), pues con estas concluyen las bendiciones de alabanza y las de las peticiones personales respectivamente. Según la usanza sefaradí, no se responde a estas bendiciones siendo consideradas iguales a todas las demás.

En esta regla no hace diferencia si la persona se encuentra en el medio de una bendición o porción, o entre estas.

Se puede interrumpir para responder cuando se está en el medio del recitado de la bendición, mas una vez que se dijo el «Baruj Atá Ad-onai» que es el final de la bendición y sólo restan agregar una pocas palabras para concluirla, no se puede interrumpir, pues de hacerlo la cercena (Beur Halajá 66:3). A la hora de recitar los versículos «Shemá Israel» y «Baruj Shem Kevod Maljutó» en los que se acepta el Yugo Celestial, no se puede interrumpir para ningún propósito pues su importancia equivale a la del rezo de la Amidá, el cual no se interrumpe bajo ningún concepto (Shulján Aruj 66:1).

Todo aquel que duda si puede o no responder es mejor que no lo haga, pues en opinión de muchos de los juristas, si bien está permitido hacerlo no es obligatorio y por lo tanto en caso de duda lo mejor es abstenerse.

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