Pninei Halajá

17. No sentarse junto («cuatro codos») a quien reza.

En virtud de la importancia y santidad del rezo de Amidá, nuestros sabios prohibieron sentarse en la proximidad de quien reza (es decir en las cuatro «amot» que son unos dos metros cuadrados), ya que quien se halla en la Amidá, es como quien se encuentra ante la Presencia de D´s y todo aquel que lo hace por ocio deja entrever como que se niega a aceptar sobre sí el Yugo Celestial, de modo que falta el respeto a la sinagoga o recinto de oraciones.

En cambio, quien se encuentra recitando cualquier sección del servicio puede tomar asiento junto a quien se encuentra en medio de la Amidá ya que al estar rezando no se ve como quien se niega a aceptar el Yugo Celestial. Hay quienes opinan que también puede sentarse quien está estudiando Torá. En caso de necesidad, si por ejemplo la persona en cuestión no puede mantenerse de pie mientras estudia, podrá sentarse junto a quien reza la Amidá (Shulján Aruj 102:1, Mishná Berurá 6).

Quien se sentó antes de que la otra persona comience a rezar la Amidá junto a él, aunque no rece o estudie podrá permanecer allí sentado ya que no se trata de una falta de respeto a la plegaria. En este caso, el error es de quien comenzó a rezar la Amidá a menos de cuatro codos de quien estaba sentado. De todas maneras, sería piadoso por parte de quien está sentado, honrar el rezo y ponerse de pie, o por lo menos estudiar o recitar salmos (Shulján Aruj Ramá 102:3).

Una persona débil, aunque no esté rezando puede sentarse a menos de  cuatro codos de quien reza, ya que todos saben que lo hace en virtud de su debilidad, por lo que no representa una afrenta (Shulján Aruj 102:2). En Iom Kipur casi todos son considerados débiles por causa del ayuno y pueden permanecer sentados junto  a quien está rezando (Beit Baruj 26:9).

Hay quienes son más estrictos y consideran que exactamente frente a quien reza no se puede estar sentado aunque sea a una distancia superior a los cuatro codos pues parece que quien reza se estaría reverenciando ante éste. Por lo tanto aunque estuviese recitando el «Shemá» y se sentó antes de que la otra persona comenzar a rezar la Amidá debe ponerse de pie. A priori, es bueno conducirse según esta opinión (Shulján Aruj 102:1, Mishná Berurá 9, Kaf HaJaím 10).

Cuatro codos equivalen aproximadamente a dos metros. Para ser más exactos: el codo equivale a la longitud del antebrazo promedio, esto es unos cuarenta y cinco centímetros y por lo tanto, cuatro codos son aproximadamente un metro ochenta (para revisar la medida actualizada, ver Peninei Halajá Shabat 30:1). De todas maneras no es necesario medir la exacta distancia de quien reza en centímetros, sino que cada quien debe calcular según su percepción intuitiva.

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