Pninei Halajá

08. La conducta adecuada del público durante la lectura de la Torá.

Está prohibido salir de la sinagoga desde el momento en que comienza la lectura de la Torá y hasta que esta concluye. Quien ya escuchó la lectura de ese día tiene igualmente prohibido salir. En caso de salir, atenta contra el honor de la Torá y sobre él está escrito (Isaías 1:28): «los que abandonan al Eterno serán consumidos». En el caso de quien le urge salir porque su transporte está por partir y si se queda a toda la lectura lo perderá, podrá hacerlo entre las lecturas, ya que entonces el rollo se cierra y la afrenta a la Torá es menor (Shulján Aruj Oraj Jaím 146:1).

Según la ley, no es obligatorio mantenerse de pie durante la lectura de la Torá si bien hay quienes se esmeran en hacerlo, tal como todo el pueblo lo hizo cuando recibimos la ley en Sinai (Ramá Oraj Jaím 146:7). Hay quienes cumplen con mayor rigidez y se ponen de pie cuando se responde al «Barejú» por cuanto que se trata de un asunto relativo a la Santidad y requiere ponerse de pie para su recitado (Mishná Berurá 146:18). La opinión mayoritaria de los juristas es que no es obligatorio estar de pie durante la lectura de la Torá y así se sentenció en el Shulján Aruj (146:4). El Arí  z´´l acostumbraba a mantenerse sentado durante toda la lectura de la Torá incluso cuando se recitaba el «Barejú» (Kaf HaJaím 146:20). Esta es la costumbre generalizada en muchas sinagogas ashkenazíes y sefaradíes.

A partir del momento en que se abre el rollo de la Torá para su lectura, el público no puede hablar ni siquiera sobre halajá (Talmud Babilonio Tratado de Sotá 39(A)). Hay quienes permiten hablar un poco sobre Torá entre lecturas siempre y cuando la conversación no se prolongue hasta la bendición siguiente o la lectura misma (Bait Jadash). Hay otros juristas que consideran que no se puede hablar en las pausas entre lecturas ni siquiera sobre Torá y solo se permite el estudio personal (Eliahu Rabá). Es bueno ser estricto en esta norma ya que quienes comienzan a hablar durante la pausa les resultará difícil dejar de hacerlo cuando quien asciende comience a bendecir.

Un rabino tiene permitido responder una pregunta urgente durante las pausas entre las lecturas (Mishná Berurá 146:6). Asimismo, los encargados de la sinagoga tienen también permitido hablar en estas pausas sobre cuestiones relativas al rezo. En caso de fuerza mayor, el rabino podrá responder preguntas urgentes durante la lectura. De la misma manera, los encargados pueden hablar de cuestiones urgentes e impostergables como por ejemplo averiguar el nombre de la próxima persona a subir o evitar que alguno de los presentes se ofenda porque espera ser invitado para la lectura de la Torá.

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