Pninei Halajá

07. Reglas generales respecto de los preceptos que recaen sobre las mujeres y aquellos de los que éstas se hallan exentas.

En términos generales las mujeres deben cumplir los preceptos al igual que los hombres salvo en el caso de los preceptos positivos marcados por el tiempo. Tal como dijeron nuestros sabios en la Mishná (Tratado de Kidushín 29:1): «Todos los preceptos marcados por el tiempo recaen sobre los hombres, mas no sobre las mujeres»

Estos son los preceptos positivos marcados por el tiempo de los cuales las mujeres se hallan exentas: a) Recitado del Shemá en Arvit y en Shajarit (incluida la mención de la salida de Egipto, ver adelante 16:3). b) Tefilín de la cabeza. c) Tefilín del brazo. d) Tzitzit. e) Sucá. f) Lulav. g) Shofar. h) Conteo del Omer.

Hay preceptos positivos marcados por el tiempo que la Torá nos enseña que recaen igualmente sobre las mujeres, y son: a) Ingerir matzá en la primera noche de Pesaj (Talmud Babilonio Tratado de Pesajim 43(B)). b) Alegría festiva (ídem Pesajim 109(A)). c) Kidush de Shabat (Berajot 20(B)). d) Restricciones adicionales («tosefet inui«) en Yom Kipur (Tratado de Sucá 28(B)).

De acuerdo con la opinión de la mayoría de los juristas esto es así ya que todo lo decretado por los sabios fue establecido en el espíritu de las leyes bíblicas. Por esta razón las mujeres están exentas de recitar el Halel en los novilunios («Rosh Jodesh«).

Hay otros juristas que opinan que los preceptos rabínicos sujetos a un tiempo fijo  son obligatorios para las mujeres. De todas maneras hay consenso en cuanto a que los preceptos instituidos por nuestros sabios a raíz de milagros que acaecieron al pueblo de Israel, recaen también sobre las mujeres, ya que ellas también estuvieron presentes durante los mismos. Se trata de: a) Las cuatro copas de vino de la noche del Seder, b) La lectura del libro de Ester en Purim, c) El encendido de las velas de Jánuca.

Sin embargo, en el resto de los preceptos no hay diferencias entre hombres y mujeres, tal como lo explicita la Mishná (Kidushín 29:1): «En el caso de todos los preceptos positivos no determinados por el tiempo, son obligatorios tanto para hombres como para mujeres». Mencionemos algunos ejemplos: las mujeres tienen el deber de fijar una mezuzá en la puerta igual que el hombre, deben separar diezmos y ofrendas, dar préstamos y tzedaká (caridad) al igual que los hombres.

Además, allí nos dijeron que «todos los preceptos restrictivos, tanto sean o no condicionados por el tiempo, son igualmente obligatorios para hombres  y mujeres». Por ejemplo, las mujeres deben cuidarse de las prohibiciones del jametz en Pesaj o abstenerse de comer y beber en Yom Kipur al igual que los hombres. Si bien se tratan de prohibiciones determinadas por el tiempo, dado que se trata de preceptos restrictivos recaen por igual tanto sobre hombres como sobre mujeres.

Existen algunos preceptos restrictivos que recaen únicamente sobre los hombres, por ejemplo no afeitar las patillas o no afeitar la barba con navaja o en el caso de los cohanim varones, no impurificarse con un muerto (Tratado de Kidushín ídem).

En el siguiente capítulo explicaremos D´s mediante, el porqué de la diferencia de género en el cumplimiento de los preceptos.

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