Pninei Halajá

11. El final del rezo y los pasos hacia atrás.

Finalizamos la parte más importante del rezo al recitar el versículo «Ihiú Leratzón Imrei Fí Veheguión Libí» que se encuentra inmediatamente después de la bendición por la paz. Posteriormente se acostumbra a adicionar el pedido de «Elohay Netzor» etc. Tal como aprendimos, este es el momento apropiado para extenderse en súplicas y pedidos personales. La tradición indica que cuando Rabí Akiva rezaba solo, se extendía mucho en las súplicas posteriores al rezo (ver Talmud Babilonio Tratado de Berajot 31(A)).

Una vez finalizadas las súplicas se recita nuevamente «Ihiú Leratzón» y se retroceden tres pasos para separarse del status de estar de pie ante Hashem. Nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Iomá 53(B)) que quien reza y no se retira como corresponde mejor no hubiera rezado ya que esto implica que no entendió que se encontraba de pie ante el Rey de Reyes HaKadosh Baruj Hú y por lo tanto faltó el respeto a la plegaria.

Antes de comenzar a dar los pasos hacia atrás, la orante debe inclinarse tal como se lo hace en «Modím» (tal como se vio en la halajá 5) y mientras lo hace que de los tres pasos hacia atrás; luego mientras se mantiene inclinada gira levemente a la izquierda y dice «Osé Shalom Bimromav«, luego gira levemente a la derecha y dice «Hú Iaasé Shalom Aleinu«, posteriormente y  aún inclinada se orienta hacia adelante y dice «Veal Kol Israel Veimrú Amén» se enderezándose finalmente. Muchos acostumbran a decir después «Iehí Ratzón» para la pronta reconstrucción del Templo pues el rezo sustituye la ofrenda diaria permanente que allí se sacrificaba y entonces pedimos poder nuevamente realizarlo como antaño (Shulján Aruj Ramá 123:1).

Al retroceder se debe levantar primeramente el pie izquierdo que es el débil y de esa manera se demuestra que es difícil separarse del rezo. Cada paso debe ser de la longitud del pie, tal que quede el dedo gordo de un pie junto al talón del otro. Este es el orden de los pasos a dar: primero se da un paso corto hacia atrás con el pie izquierdo, tal que quede detrás del pie derecho. Luego, con el pie derecho se da un paso más largo hacia atrás tal que el pie derecho quede detrás del izquierdo. Para finalizar, se da un paso corto hacia atrás con el pie izquierdo tal que ambos pies queden en la misma línea. Con los pies juntos y a la misma altura comenzará a recitar «Osé Shalom«.

Es importante no dar pasos menores que «dedo gordo con talón» pues hay opiniones que sostienen que menos que eso no se consideran pasos (Maguén Abraham). Si la orante no tiene espacio para dar tres pasos hacia atrás, podrá hacerlo hacia los costados, tal que cada paso pueda ser de la longitud de dedo gordo (de un pie) con el talón (del otro) (Aruj Hashulján 123:5). En caso de necesidad o premura, si no hay espacio para retroceder o ir hacia los costados, se puede confiar en la opinión de aquellos que sostienen que los pasos pueden ser más pequeños, empero, estos no serán menos de tres, pues por su intermedio el orante se separa o despide de su presencia ante el Rey (Bait Jadash, ver Mishná Berurá 123:14). Asimismo es conveniente que los pasos no sean demasiado largos para que no parezca que desea alejarse del Rey (Ramá 123:3, ver Mishná Berurá 16).

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