Pninei Halajá

01. Las mujeres y el precepto del recitado del «Shemá» y sus bendiciones.

Es precepto positivo de la Torá recitar el «Shemá» por la noche y por la mañana, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 6:7): «y hablarás sobre  ellos… cuando te acuestes y cuando te levantes», al acostarte por la noche y al levantarte por la mañana. Dado que se trata de un precepto positivo marcado por el tiempo, es este un deber que recae sobre los hombres y del cual las mujeres están exentas.

Nuestros sabios instituyeron que recitemos dos bendiciones antes y una después del  «Shemá» de Shajarit así como dos antes y dos después del «Shemá» de  Arvit (Mishná Berajot 11:1). Estas bendiciones son un complemento y un agregado al recitado del «Shemá» e incluyen alabanza y agradecimiento a D´s por haber creado el mundo y conducirlo. Las mujeres están exentas también de recitar estas bendiciones ya que están condicionadas por el tiempo: el horario para recitar las bendiciones del «Shemá» de  Shajarit es hasta el final de la cuarta hora temporal del día, mientras que las bendiciones del recitado del «Shemá» nocturno se pueden recitar toda la noche.

Hay juristas que sostienen que las mujeres deben recordar la salida de Egipto todas las mañanas y todas las noches ya que se trata de un precepto permanente que se extiende a lo largo de todo el día y la noche. Sin embargo, tal como se explicará más adelante (halajá 3) y de acuerdo con la opinión mayoritaria de los juristas, dado que la obligación del día se halla  separada de la nocturna, el precepto de recordar la salida de Egipto se considera determinado por el tiempo y las mujeres están exentas del mismo (Shaagat Haarié 13, Mishná Berurá 70:2).

Si bien las mujeres están exentas del deber de recitar el «Shemá«, en cuanto al deber de la fe están preceptuadas igual que los hombres, por lo que corresponde que acepten diariamente el Yugo Celestial recitando los versículos: «Shemá Israel» y «Baruj Shem» (Shulján Aruj Oraj Jaím 70:1, Mishná Berurá 5, Kaf HaJaím 5). En el caso de quien desee cumplirlo con mayor grado de excelencia que recite las tres  porciones agregando también la bendición de «Emet Veiatziv» en la que se menciona la salida de Egipto y que adjunte la redención a la que alude ese pasaje con el rezo de la Amidá.

El recitado del «Shemá» contiene otros dos preceptos marcados por el tiempo que son el de tzitzit y el de tefilín. Ya vimos anteriormente (cap. 3) que las mujeres captan la luz o la espiritualidad generada por los preceptos marcados por el tiempo aun sin realizarlos, y que una mujer que desee llevarlos a la práctica será recompensada. Sin embargo, por diferentes razones las mujeres no acostumbraron a cumplir con los preceptos de tzitzit y tefilín (Ramá Oraj Jaím 17:2, 38:3, adelante 21:5-6). De todas maneras toda mujer recita las tres porciones del «Shemá» de vez en cuando y algunas se esmeran y lo dicen a diario siendo esta la práctica extendida en muchos colegios (ver arriba 2:8, 8:3). Por lo tanto, en las siguientes halajot aprenderemos respecto del precepto y la normativa que lo rige.

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