Pninei Halajá

9 – El ayuno de Esther

Es costumbre en el Pueblo de Israel desde los días de los Gueonitas, ayunar el día trece de Adar, en recuerdo de los días que ayunó Esther, previo a su ingreso al palacio del Rey Asuero, intentando anular el decreto de exterminio que pendía sobre los judíos (Libro de Esther 4:16) y en recuerdo del ayuno que efectuó el Pueblo de Israel el día trece de Adar de ese año. El decreto del malvado Hamán prescribía que el día trece del mes de Adar, todos los judíos serían asesinados, destruidos y eliminados, desde niños, mujeres y hasta ancianos, y sus propiedades saqueadas. En virtud del milagro de Purim, el ahorcamiento de Hamán y el ascenso de Esther y Mordejai, el Rey Asuero envió una misiva real a todo el imperio, en la cual permitía a los judíos defenderse de sus atacantes el día 13 de Adar y eliminar a sus perseguidores. Sin embargo, el primer decreto de exterminio estaba aún en pie, ya que todo edicto que tenía la firma y el sello del anillo real no se podía anular, por lo que los enemigos del Pueblo de Israel podían aún llevar a cabo sus planes. En resumen, el día trece de Adar era el día en que los enemigos de los judíos tenían permiso de atacar y exterminar a los judíos, al tiempo que los judíos tenían el permiso de defenderse de sus atacantes. A pesar de que para ese momento Mordejai ya era virrey, el peligro sobre los judíos aún acechaba y aún era necesario que D´s se apiade de nosotros para poder superar en el campo de batalla a nuestros enemigos. Por lo tanto, los judíos que no podían o necesitaban combatir hicieron «teshuvá» y ayunaron todo el día trece de Adar, tal como indica la tradición, que en momentos de desgracias, es menester retornar a D´s. No hay mejor «teshuvá» que la que va acompañada del ayuno, ya que éste refina la materialidad del hombre y le devuelve su espiritualidad a un aspecto central y esencial de su persona.

Es así que le Pueblo de Israel acostumbra a ayunar el día trece de Adar, en recuerdo de aquel ayuno. Además, aún tenemos enemigos y perseguidores que procuran exterminarnos, por lo que aún estamos necesitados del ayuno y la «teshuvá» nuevamente cada año.

Desde un punto de vista ritual, el ayuno de Esther es más leve que los demás ayunos menores, ya que éstos últimos fueron decretados por los profetas mientras que el ayuno de Esther, es el resultado de la praxis popular a lo largo de los años. Sin embargo, a los efectos prácticos, casi no hay diferencias entre las reglas de los diferentes ayunos mencionados.

Los servicios religiosos y la lectura de la Torá del ayuno de Esther en Shajarit y Minjá son idénticos a los de los demás ayunos menores, empero por tratarse de víspera de Purim no se recita «Nefilat Apaim» en Minjá (Mishná Berurá 131:33). Según la tradición Ashkenazí que acostumbra a recitar la plegaria «Avinu Malkenu» en Shajarit y Minjá de los días de ayuno público, se omite en el caso de Minjá del Ayuno de Esther, por la cercanía con la fiesta de Purim. Cuando el trece de Adar cae en Shabat se adelanta el ayuno para el día jueves, por lo que no se realiza contiguo al día de Purim y por lo tanto el servicio de Minjá es similar al de los demás ayunos menores.

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