Pninei Halajá

9 – Los preceptos de alegrarse y celebrar un banquete

Es preceptivo que el día de Purim se celebre un banquete y abunde la alegría. Sin bien el precepto de alegrarse recae tanto durante la noche como el día, este llega a su punto más realzado con la celebración del banquete festivo, pues la comida buena y en abundancia sumada a la bebida, son la manera más clara de expresar el regocijo. Por lo tanto, es preceptivo en Purim fijar una comida festiva durante el día. Si realizó el banquete durante la noche, no cumplió con el precepto, ya que está escrito (Libro de Esther 9:22, Tratado de Meguilá 7(2)): «días de banquete y alegría».

Si bien la obligación es preparar una comida festiva durante el día, también durante la noche tenemos el precepto de tener una comida con alimentos y bebidas en abundancia. Hay quienes acostumbran a comer semillas o pepitas, amén de legumbres en la noche de Purim, en recuerdo de lo que comieron Esther, Daniel y sus amigos cuando habitaron en el palacio real, ya que no disponían de comida kasher y no se querían impurificar con alimentos prohibidos.

Es precepto abundar en alegría tanto por la noche como durante el día, y cuanto más se alegra uno, con mayor excelencia cumple. Por lo tanto, es costumbre en el Pueblo de Israel pasar la fiesta cantando, bailando, en compañía de amigos, estudiando Torá, que llena de júbilo al alma, comiendo platillos sabrosos e ingiriendo bebidas que alegran.

Es preceptivo alegrarse durante los dos días de Purim, tal como reza el versículo (ídem): «días de banquete y alegría». Es así que quien vive en Jerusalém, debe incrementar un poco su alegría también el día catorce de Adar, y quienes habitan en el resto de las ciudades, deben de hacerlo el día quince de Adar (Ramá 695:2).

Volviendo al tema de las leyes referentes al banquete, es necesario preparar carne de res, pues para la mayoría de las personas, su ingestión produce alegría. A quien se le dificulte digerir carne de res, que intente ingerir carne de ave, pues su ingestión también alegra. Si tampoco el pollo lo digiere bien, que prepare otros alimentos sabrosos y que los acompañe bebiendo vino.

Es necesario acompañar el banquete con pan, pues según muchos de los grandes juristas sin éste la comida no adquiere el carácter de importante.

Se debe comer el banquete en compañía de otras personas, tanto se trate de familia como de amigos, para que así abunde la alegría, ya que cuando una persona come en soledad no puede alegrarse como corresponde (Shlá, Mishná Berurá 695:9).

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