Pninei Halajá

05. La bendición, el precepto y la concentración intencional (kavaná).

Previo al inicio de los toques de Shofar se recitan dos bendiciones: a) «Baruj Atá Ad-onai Eloh-einu Melej Haolam Asher Kidshanu Bemitzvotav Vetzivanu Lishmoa Kol Shofar» («Bendito eres Tu Ad-onai D´s nuestro Rey del Universo que nos Consagraste con Tus Preceptos y nos Ordenaste Escuchar la Voz del Shofar»). b) «Baruj Atá Ad-onai Eloh-einu Melej Haolam Shehejeianu Vekiemanu Vehiguianu Lazmán Hazé» («Bendito eres Tu Ad-onai D´s nuestro Rey del Universo que nos Mantuviste con vida y nos Permitiste Llegar a Este Momento»). En el segundo día, de acuerdo a la usanza sefaradí no se recita la bendición de «Shehejeianu» y según la usanza ashkenazí se recita, y de ser posible, es bueno que quien toca vista una prenda nueva y al bendecir piense también en esta (Shulján Aruj 600:3, Mishná Berurá 7).

Nuestros sabios fueron muy precisos en la redacción de la bendición: «Escuchar la Voz del Shofar», por lo que el precepto es escuchar el sonido del Shofar y no el acto de tocar (Shulján Aruj 585:2). Por lo tanto, un sordo está exento del precepto aunque sea capaz de tocar. En caso de que su audición sea defectuosa pero en la práctica tenga la posibilidad de oír los toques, está preceptuado de escuchar y hasta puede tocar para otros y hacerles cumplir con su deber. Si emplea un audífono eléctrico, debe quitárselo para escuchar el sonido original del Shofar.

Dado que el precepto es escuchar el sonido del Shofar, quien toca dentro de  un pozo o un refugio subterráneo, en caso de que escuche el sonido del toque junto al eco proveniente del pozo o del refugio no cumplió con su deber por cuanto que escuchó el sonido entremezclado. Empero en el caso de aquellos que se encuentran dentro del pozo o del refugio, por cuanto que no escuchan el eco, cumplen con su deber (Talmud Babilonio Tratado de Rosh Hashaná 27(B), 20(A), Shulján Aruj 587:1-2, Mishná Berurá 10).

Un mudo, por cuanto que oye, está preceptuado de escuchar el Shofar y puede tocar para otros. En este caso, uno de los presentes puede recitar la bendición en su lugar. Una persona que no está en sus cabales o mentalmente discapacitada (shoté) está exenta del cumplimiento de los preceptos y entre ellos el de escuchar el sonido del Shofar (Shulján Aruj 589:2, Mishná Berurá 4).

Cuando quien toca ya cumplió anteriormente con su deber de escuchar y viene a tocar para otros, es mejor que las bendiciones las recite uno de los que todavía no cumplió con el precepto. Muchos acostumbran en un caso así que quien toca sea quien recite las bendiciones, y esta práctica tiene basamento en la jurisprudencia (Beit Iosef Ramá 585:2, Mishná Berurá 5).

El cumplimiento de un precepto requiere de intención al realizarlo, por lo tanto, quien al manipular el Shofar toca involuntariamente sonidos correctos  no cumplió con su deber. Asimismo, quien hallándose en su hogar escucha sonidos de Shofar provenientes de la sinagoga, si no tuvo la intención de escuchar los sonidos preceptivos, no cumplió. Es menester que tanto quien toca como quien escucha, tengan la intención de cumplir con el precepto. Por lo tanto, quien toca debe tener la intención de hacer cumplir con su deber a todos los escuchas y no sólo a aquellos que ve ante sí, pues probablemente haya fuera de la sinagoga o en una casa contigua personas que quieren cumplir con el precepto, y si quien toca piensa solo en los presentes, los de afuera no cumplen con su deber (Shulján Aruj 589:8-9).

A priori, quien toca debe tener la expresa intención de hacer cumplir con su deber a todos los presentes, y los escuchas deben igualmente tener la expresa intención de cumplir mediante el toque. Empero, a posteriori, aunque la intención no haya sido expresa, de mediar solamente una «intención latente», cumplieron con su deber. ¿A qué nos referimos con «intención latente» («Kavaná redumá»)? Se refiere al caso en el cual si se le pregunta a quien toca por qué lo hace, este responderá: para hacer cumplir con su deber a todos los que me escuchan; y si se pregunta a cualquier escucha por qué vino a oír el sonido del Shofar dirá: para cumplir con el precepto (Pninei Halajá Tefilá 15:8).

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