Pninei Halajá

18. Escribir («Kotev»), borrar («Mojek») y pintar o colorear («Tzovea»).

01 – Escribir y borrar

La labor de escribir permite expresar una idea de un modo exacto, significativo y perdurable mediante letras y/o números. En el Tabernáculo se escribían letras sobre los postes para saber cuál habría de instalarse en el lado norte o en el lado sur, cuál iría primero en el lado norte, cuál segundo y así en todos los lados. A veces surgían errores al escribir por lo que era necesario «borrar» para volver a anotar otras letras (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 103(A), Rashí 73(A)).

Aparentemente «escribir» se nos presenta como una labor liviana o fácil que carece de sustancia y no debería estar incluída en la lista de las treinta y nueve labores graves prohibidas en Shabat. Empero, esta labor es la base del accionar del ser humano. Por más sabio y memorioso que fuera, se le habría de dificultar el recordar con exactitud dónde era necesario colocar cada parante del Tabernáculo. Lo mismo ocurre con todas las cuestiones complejas; si no se escriben no se pueden recordar con exactitud y no se pueden recrear el conocimiento acumulado y los logros ya obtenidos. Mediante la escritura, el ser humano puede desarrollarse científicamente y sofisticar su estilo de vida.

A los efectos de que el conocimiento sea exacto es necesario a veces borrar letras equivocadas para poder escribir las correctas en su lugar. Quien borra una mancha de la hoja de papel a los efectos de poder escribir realiza la labor de «borrar», pues al hacerlo preparó un espacio para escribir (Shulján Aruj 340:3).

Hay veces en las que el mero hecho de borrar, aunque no sea con la intención de escribir posteriormente, es considerado una labor. Por ejemplo, si se escribió en el Sefer Torá una letra de más y solamente una vez borrada este se transformará en un rollo apto (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 104 (B), Beur Halajá 340:3,’המוחק’).

El estampado de un sello también se considera escritura y no hay diferencia si se sostiene el sello con la mano izquierda o la derecha ya que con ambas es cómodo hacerlo. Asimismo, poner en funcionamiento una máquina impresora, copiadora o enviar un fax están prohibidos por la Torá pues en virtud de estas acciones se escriben letras o trazan figuras con significado (ver Maguén Abraham Oraj Jaím 32:57, Turéi Zahav Ioré Deá 271:8, Igrot Moshé Oraj Jaím IV 40:10).

De la misma manera, está prohibido tipear letras en el computador o guardarlas en la memoria, tomar fotografías o grabar voces. Dado que todas estas acciones no generan letras o figuras estables, en opinión de muchos juristas, se trata de labores prohibidas rabínicamente.

02 – Los límites de la prohibición y los permisos para casos en los que peligra la vida.

Es sumamente importante definir exactamente los límites de cada labor, qué está prohibido por la Torá y qué fue prohibido rabínicamente, teniendo todo esto  implicancias de índole práctica. Por ejemplo, cuando es necesario escribir en el hospital o en el ejército con el propósito de salvar vidas, a priori, se debe restringir la prohibición y realizarla de un modo tal que implique únicamente una trasgresión a una prohibición rabínica. Primeramente aclararemos aquello que está prohibido por la Torá y aquello que lo está por decisión rabínica, para luego detallar cómo se ha de escribir en caso de que sea necesario para salvar una vida.

La escritura prohibida por la Torá es aquella que se realiza de modo habitual con la mano derecha, empero, quien escribe de un modo diferente al habitual con la mano izquierda – trasgrede una prohibición rabínica. Quien acostumbra escribir con ambas manos tendrá prohibido, por la Torá, hacerlo con cualquiera de las dos (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 103(A)).

Quien escribe sosteniendo el lapicero de un modo diferente al habitual, por ejemplo, con la boca, el pie o el reverso de su mano, trasgrede una prohibición rabínica (Rambám 11:14).

La escritura prohibida por la Torá es aquella que perdura por un lapso importante de tiempo, por lo tanto, quien escribe con lápiz o lapicero sobre papel – trasgrede una prohibición de la Torá, mas quien escribe con jugo de fruta cuyo color se destiñe rápidamente o quien escribe con un lapicero sobre la hoja de un árbol que está en vías de secarse y desintegrarse – trasgrede una prohibición rabínica.

En la opinión de la mayoría o casi la totalidad de los juristas, la prohibición de escribir originada en la Torá aplica a todos los idiomas (Rambám 11:10, Beur Halajá 306:11). En opinión de algunos juristas trasgrede la prohibición de la Torá solamente quien escribe con letras aptas para un Sefer Torá, mas quien escribe con otro tipo de letras, esto es, en un idioma extranjero o en hebreo cursivo (manuscrito) – trasgrede únicamente una prohibición rabínica (Or Zarúa).

Quien precisa escribir a los efectos de salvar una vida, si no se teme que demorar un poco implique riesgo, se habrá de limitar la trasgresión escribiendo con la mano izquierda. En el caso de un ambidiestro acostumbrado a escribir con ambas manos, que apoye el lapicero en el reverso de su mano o entre los dedos meñique y anular. A priori, es necesario conseguir un «lapicero de Shabat», esto es, uno cuya escritura se desvanece en cuestión de días, por lo que sólo está prohibido rabínicamente. A la hora de escribir en computadora, de ser posible, es correcto escribir de un modo diferente al habitual, como por ejemplo, con el reverso del dedo, mediante una cucharita o similares, y además, es preferible hacerlo con escritura cursiva.

En resumen, cuando es necesario escribir a los efectos de salvar una vida es  preferible hacerlo con un «lapicero de Shabat» que en opinión de todos los juristas sólo está prohibido rabínicamente y en caso de ser posible es correcto escribir de un modo diferente al habitual. En caso de que no sea posible escribir con un «lapicero de Shabat», se puede escribir en el computador o con un lapicero normal empero se debe intentar hacerlo de un modo diferente al habitual y en letra manuscrita.

03 – Borrado y escritura que se realizan de modo casual

En el caso de un pastel sobre el cual se escribieron letras con crema o dulces pequeños etc. no se le puede cortar donde se hallan esas letras. Si se dibujó sobre el pastel en cuestión una figura con significado como un árbol o una casa – no se la puede cortar. Si bien el pastel se corta a los efectos de comerlo, dado que las letras y la figura poseen importancia y es notorio que el corte las borra, los sabios prohíben hacerlo (Mordejai, Ramá 340:3). Sin embargo, cortar entre las letras es permitido, y si bien la palabra se verá separada en partes pero las letras permanecen enteras – no se trasgrede la prohibición de borrar. Por lo tanto, quienes quieran preparar un pastel de estos para Shabat, deberán hacerlo de modo tal que se pueda cortar porciones entre letra y letra. Luego, estará permitido ingerir los trozos de pastel aunque al hacerlo se desvanezcan las letras ya que al comer no se considera que se está «borrando».

Cuando las letras o las figuras decorativas están estampadas en la masa de la galletita con el mismo material que la compone no hay prohibición de cortarlas o quebrarlas ya que carecen de importancia,  por lo que no hay prohibición de borrarlas de manera casual (Mishná Berurá 340:15).

Hay juristas que sostienen que está prohibido, rabínicamente, usar un libro que tiene letras impresas sobre las orillas  de sus hojas, puesto que estas se borran y se recomponen cada vez que este se abre o cierra (Levush, Maguén Abraham). En la práctica, si se carece de otro libro se lo puede emplear ya que en opinión de muchos juristas acercar una hoja a la otra no implica escribir ni separarlas implica borrar. Además, dado que el libro está destinado a ser abierto y cerrado constantemente hacerlo no se considera siquiera escritura o borrado temporarios y no recae sobre esto prohibición alguna (Ramá, Tur Zahav, Mishná Berurá 340:16).

Hay juristas que opinan que está prohibido abrir el empaque de un alimento de un modo tal que provoque el rasgado de letras o figuras y se permite, únicamente, si es posible hacerlo sin rasgarlas (según Turéi Zahav). Otros juristas sostienen que no hay prohibición alguna ya que en la práctica todas las formas de las letras se mantienen y solamente fueron alejadas unas de las otras (según Ramá). A priori, es bueno conducirse según la opinión más estricta, empero, si no hay manera de abrir el empaque sin rasgar las letras o las figuras se puede actuar según la opinión más flexible, ya que quien abre el  empaque no procura borrar letras  y la labor se realiza de modo destructivo («derej kilkul«, es decir que arruinamos el envoltorio).

Se  puede caminar sobre tierra con zapatos que tienen grabados letras u otras figuras en las suelas a pesar de que al hacerlo se impriman las formas en el suelo.

Quien escribió con un lapicero sobre su propia mano, podrá lavarla y secarla de modo habitual ya que normalmente las letras no se borran por efecto de un solo lavado o secado. Empero, quien tiene interés en quitar lo escrito en la mano, habrá de lavarla y secarla de modo suave para no ayudar a borrarlo.

04 – Escritura no permanente, juegos de letras y rompecabezas.

Tal como aprendimos, las acciones de escribir de modo no permanente así como también la de borrar sin la intención de reescribir – están prohibidas  rabínicamente. Por lo tanto, está prohibido escribir y borrar letras sobre vidrios empañados. De la misma manera, está prohibido escribir o borrar letras sobre arena (Mishná Berurá 340:20-21).

Está prohibido marcar con la uña una señal en una hoja a los efectos de recordar que hay allí algo novedoso o para reparar, ya que la marca perdura, y  por lo tanto está prohibido rabínicamente (ídem 340:25, Kaf HaJaím 51). Empero, se permite doblar el vértice de la hoja pues no se tiene la intención de dejar una marca permanente en el papel por ser el doblez mismo la señal.

Hay juristas que flexibilizan la norma en el caso de un enfermo al que le permiten emplear una cinta adhesiva que mide la temperatura corporal, ya que no implica escribir pues las letras ya se encontraban impresas en la cinta y aparecen momentáneamente en virtud del calor para luego desaparecer (Iejavé Da´at 4:29). Hay quienes lo prohíben por considerarlo escritura momentánea (Shmirat Shabat Kehiljatá 40:2). Dado que se trata de una norma de origen rabínico, se puede aplicar el criterio más flexible en caso de necesidad (Tzitz Eliezer 14:30, adelante 28:11).

De la misma manera, a priori, no se  debe realizar una revisación médica que provoca coloración, y en caso de necesidad se puede aplicar el criterio más flexible (adelante 28:11).

Se permite colocar cubos de colores uno junto a otro y formar con ellos una letra; asimismo se permite darle a un hilo la forma de una letra pues tanto los primeros como el último ya existían previamente, y lo único que se hizo fue ordenarlos bajo la forma de una letra. Se permite también colocar un naipe contiguo a otro de modo tal que juntos forman una letra, palabra o significado, pues todo estaba ya escrito y lo que se hizo fue acercar uno a otro.

Todo esto aplica cuando las partes no se ensamblan una con otra o con una pizarra, empero si lo hacen, la mayoría de los juristas contemporáneos lo consideran labor prohibida rabínicamente. Por lo tanto, estos consideran que está prohibido clavar partes de letras en una pizarra y formar así letras completas por tratarse de la prohibición de «escribir». Asimismo está prohibido armar un rompecabezas, pues trazar formas que poseen significado se incluye en la prohibición de «escribir». Hay juristas que lo permiten por cuanto que esta acción no implica ninguna escritura, pues todo ya estaba previamente escrito y lo único que se hace es colocar las piezas del rompecabezas una junto a la otra. Sin embargo, esta opinión tampoco autoriza armar las piezas a los efectos de que posteriormente la figura permanezca de modo definitivo.

En la práctica, quienes quieran aplicar con los niños una actitud más flexible podrán hacerlo, empero en el caso de adultos corresponde ser más estrictos por ser esta la opinión mayoritaria de los juristas. En términos generales, es necesario comprender que el tiempo sabático debe ser empleado para estudiar Torá,  por lo que hay quienes consideran que en Shabat todos los juegos están prohibidos para los adultos (adelante 22:13, 24:7).

Se permite usar un candado de números ya que el girarlos no implica escribir pues estos ya estaban previamente escritos y sólo cambian su ubicación momentáneamente para formar una cifra determinada y que el dispositivo se abra (Tzitz Eliezer 13:44).

05 – La labor de «pintar» o «colorear».

Esta labor está destinada a embellecer. En el Tabernáculo se teñían  de color celeste o carmesí o rojo los hilos de lana que conformaban el tejido de las paredes y las cortinas. Si bien al momento de escribir se colorea la hoja con las letras, hay una diferencia entre ambas labores pues la escritura procura expresar una idea y aunque se dibuje una figura determinada, como por ejemplo, una casa o un árbol, se realiza la labor de «escribir» ya que se está expresando una idea. Empero, la labor de «pintar» no tiene por objetivo expresar una idea sino embellecer el objeto coloreado. Por lo tanto, quien dibuja una figura que tiene significado sobre un papel o una pared, realiza la labor prohibida de «escribir» y si lo hace para embellecerla realiza la labor prohibida de «pintar» (Talmud Jerosolimitano Tratado de Shabat 7:2).

Por ende, la Torá prohíbe pintar en Shabat paredes, armarios, utensilios, telas y ropas. No importa de qué color se pinta, puesto que si embellece está prohibido por la Torá. Incluso se prohíbe la pintura transparente que concede brillo pues este también es considerado un color. Aunque la pared ya esté previamente pintada, la Torá prohíbe pintarla de otro color o reforzar el existente.

Asimismo, la Torá prohíbe lustrar zapatos. Aunque la pomada sea transparente, esto está igualmente vedado ya que se le concede brillo a los zapatos. Además, si se aplica pomada sobre el zapato se trasgrede la  prohibición de «untar», y a veces también la de «curtir», pues la pomada mejora el cuero (Mishná Berurá 327:12 y 16). Aunque la pomada haya sido aplicada sobre el zapato en víspera de Shabat no se lo podrá lustrar para que brille pues esto implica un agregado al color. Empero, se puede quitar el polvo del zapato lentamente con un trapo (Shmirat Shabat Kehiljatá 15:40).

Cuando el color perdura, la prohibición de pintar es de la Torá, mas si el color se desvanece al poco tiempo la prohibición es rabínica (Rambám Shabat 9:13).

En el caso de una persona a quien se le colorearon las manos con sangre, frutas y demás objetos, a priori podrá lavarlas y solo después usar una toalla para no mancharla. Asimismo, cuando se vuelca jugo sobre el mantel no se ha de secar esparciéndolo sobre este pues al hacerlo se lo pinta. Si bien el coloreado de este mantel es por efecto de haberse ensuciado, hay juristas estrictos que consideran que como se realizó sobre un tipo de tela que se acostumbra a teñir, se trata de una prohibición rabínica (Shulján Aruj 320:20). En caso de necesidad se puede optar por una actitud más flexible, pues muchos juristas consideran que no aplica la prohibición cuando una tela se colorea al  ensuciarse (Mishná Berurá 320:59, Kaf HaJaím 122).

Cuando se trata de una venda o un pañuelo de papel que no se acostumbra a teñir, se los puede usar a priori para limpiar con estos tanto sangre como otros tintes sin que medie prohibición, ya que estos se pintan al ensuciarse y no están destinados a ser teñidos (Shulján Aruj HaRav 302, Kuntres Aharón).

Según todas las opiniones de los juristas, no se debe tener cuidado del color que adquieren nuestros labios o manos a la hora de ingerir frutillas, fresas u otros alimentos que poseen coloración, pues no se acostumbra a pintar la piel por medio de estos y además se adquiere el color al ensuciarse (Mishná Berurá 320:58). Sin embargo, se prohíbe pintar a los efectos de maquillarse, tal como vimos anteriormente (14:4).

Los juristas debatieron si se puede bajar el agua cuando en el inodoro hay desinfectante de color. Hay quienes opinan que como no se tiene interés de colorear el agua, aunque el color permanezca largo tiempo se trata de una prohibición rabínica. Por otra parte, hay juristas que sostienen que como la función principal del líquido en cuestión es desinfectar y el color aparece como consecuencia secundaria, se puede bajar el agua.

En la práctica es preferible emplear desinfectante incoloro, pero quien se encuentra en un sitio en el cual este es de color puede igualmente bajar el agua. Aquellos que prefieran una actitud más flexible y prefieran usar desinfectante de color tienen en qué respaldarse.

06 – Las labores de «desollar», «curtir» y «trazar».

Hay cuatro labores vinculadas a la elaboración de pieles a los efectos de escribir y estas son: «desollar», «curtir» («Meabed»), «alisar» («Memajek») y «trazar» («Mesartet»).

En el pasado se acostumbraba a escribir sobre pieles tanto cuestiones sacras como profanas, mientras que hoy se escribe sobre pergamino únicamente rollos de la Torá, tefilín y mezuzot. Además, el cuero sirve para elaborar prendas de vestir, zapatos, carteras y tapizados para sofás. En el Tabernáculo se elaboraban pieles para las paredes del santuario. Allí, la labor de «trazar» servía para preparar el espacio a ser escrito sobre los postes.

La labor de «desollar» implica retirar la piel del animal faenado. El cuero posee dos capas, la exterior que recibe el nombre de pergamino («Klaf«) sobre la cual se escriben rollos de la Torá, tefilín y mezuzot y la capa interior que recibe el nombre de «Dojsostos» sobre la cual se permite escribir únicamente mezuzot. Quien separa ambas capas, una de otra, trasgrede una derivación («toladá«) de la labor de «desollar». Si bien existe la prohibición de retirar piel, se permite hacerlo con un pollo cocido pues esta labor no aplica sobre carne preparada o apta para el consumo humano.

«Curtir» («Meabed») implica remojar la piel en cal, sal u otro material que absorba  del cuero los diferentes líquidos y ácidos para que de ese modo el cuero perdure cientos de años. Toda acción que transforma al cuero en apto para su uso entra en la categoría de la labor de «curtir». Por lo tanto, no se debe aplastar un cuero para endurecerlo ni tampoco ablandarlo con las manos; tampoco se le puede aplicar aceite para hacerlo suave y flexible (Rambám Shabat 11:6). Anteriormente (12:9) se explicó el curtido en los alimentos.

«Alisar» («Memajek») implica transformar el cuero en liso mediante el retirado de pelos y otras protuberancias. En general, esta labor recae sobre todo alisamiento mediante lija o lima de una superficie áspera, por ejemplo, madera o piedra (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 75(B)). Asimismo, está prohibido frotar utensilios de plata con un producto que alisa su superficie (Shulján Aruj 323:9), pulir un utensilio metálico con esponja de aluminio y afilar un cuchillo (Mishná Berurá 323:40).

La labor de alisar posee una derivación («toladá») que es untar («Memareaj»). O sea, esparcir un material de forma lisa y pareja sobre una superficie o sobre un cuerpo. Por lo tanto, quien unta una pomada sobre un parche trasgrede una prohibición de la Torá (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 75(B) y ver adelante 28:8). Asimismo, se prohíbe untar una crema sobre el cuerpo tal como se vio anteriormente (14:5), untar pomada sobre los zapatos y frotar el cuero de los zapatos para darles brillo aunque sea sin pomada (ver Aruj HaShulján 327:4, Shmirat Shabat Kehiljatá15:40). Arriba (12:11) se explicó que no se aplica la prohibición de «alisar» sobre alimentos.

«Trazar» es marcar renglones a los efectos de que la escritura sea prolija. Quien traza una línea recta sobre cuero, madera o piedra para marcar dónde deben ser cortados – trasgrede esta prohibición. No se prohíbe trazar con un cuchillo líneas sobre un pastel o la cáscara de una naranja a los efectos de que el corte sea exacto, ya que las prohibiciones de «cortar a medida» («Mejatej»)  y «trazar» («Mesartet») no aplican a alimentos (Mishná Berurá 322:12 y 18, Shmirat Shabat Kehiljatá 11:15).

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