Pninei Halajá

17 – Purim en ciudades con y sin murallas

1 – ¿Qué es una ciudad amurallada?

Tal como ya vimos (capítulo 15 inciso 4) Purim tiene dos fechas. En todas partes se celebra el día catorce de Adar, mientras que en las ciudades que están amuralladas desde los días de Iehoshúa y en Shushan la ciudad capital de la antigua Persia, se celebra el día quince.

A los efectos de la fecha, no hay diferencia entre ciudades situadas en la Tierra de Israel y ciudades situadas en el extranjero. Toda ciudad que haya estado amurallada desde los días de Iehoshúa, aunque hoy día sus muros estén derruidos, se la considera amurallada. La única excepción es la ciudad de Shushan, que aunque en días de Josué carecía de murallas, por cuanto que en ella ocurrió el milagro, se celebra Purim el día quince (Shulján Aruj 688:1).

La fiesta de Purim fue instituida en tiempos de los sabios de la Gran Asamblea, y en esos días había muchas ciudades en la Tierra de Israel que poseían tradiciones que indicaban que estuvieron amuralladas en días de Iehoshúa, por lo que en éstas, se celebraba el día quince. Con el correr de los años, las ciudades fueron destruidas y la tradición se fue perdiendo, por lo que al día de hoy si bien sabemos que determinadas ciudades estaban amuralladas en días de Josué, no sabemos la ubicación exacta de la localidad en esos días y si coincide exactamente con el emplazamiento actual de la misma, o simplemente heredaron el nombre, como lo es el caso de la ciudad de Lod. Existen ciudades muy antiguas que fueron abandonadas por los judíos y por lo tanto se perdió la tradición respecto a si existían en los días de Josué. En otros casos se sabe que existían en esos días, mas no se sabe a ciencia cierta si estaban amuralladas, como en el caso de Hebrón. Solamente respecto de Jerusalém, tenemos la absoluta certeza de que contaba con murallas en los días de Josué y por lo tanto es la única en la que hoy día se celebra Purim el día quince de Adar. Pasaremos a explicar primeramente el status de Jerusalém y posteriormente el de las ciudades respecto de las cuales tenemos dudas hasta el día de hoy.

2 – Jerusalém y sus alrededores

Dijeron nuestros sabios (Tratado de Meguilá 3(B)): «Una ciudad, sus alrededores y todos los sitios desde los cuales ésta se visualiza, tienen una misma ley». Por lo tanto Purim se celebra el quince de Adar no solamente en la ciudad vieja, sino en todos sus barrios o colonias contiguas a la misma. Si bien la ciudad se ha extendido notablemente, por cuanto que cada barrio es contiguo al siguiente, todos están conectados a la ciudad vieja y celebran el día quince.

Se presentó la duda de cuál debería ser la regla a aplicar, respecto de las colonias o barrios de Jerusalém que fueron construidos distantes del resto de la ciudad. Un ejemplo reciente de esta cuestión, se presentó respecto a los barrios de Ramot y Har Nof. Hay quienes opinan que solo en barrios que están unidos por construcción ininterrumpida con la ciudad vieja se ha de celebrar el quince, mientras que si existe una separación entre barrio y barrio de más de ciento cuarenta y un codos y un tercio de codo (67.8 metros), se le ha de considerar una localidad diferente, por lo que estos juristas dispusieron que en estos barrios se celebre Purim el día catorce.

Otros juristas consideran que todos los barrios son parte integral de Jerusalém a los efectos de los impuestos municipales, y además están unidos por un mismo Eruv de Shabat, por lo que deben celebrar Purim el día quince. Esta fue la decisión de los rabinos jefes de Jerusalém Kulitz y Mashash, ambos de bendita memoria, y esta es la práctica aceptada. De todas maneras, estas discusiones se fueron resolviendo con el correr del tiempo, al extenderse más la ciudad de Jerusalém, al punto de que los barrios que antes estaban separados hoy ya están conurbados, y así hoy día resulta evidente que son parte integral de la ciudad.

3 – Sitios sobre los que existen dudas

Las ciudades respecto de las cuales existen dudas son: Tveria, Jevrón, Shjem, Iafo, Lod, Aza, Tzfat, Aco y Haifa. Hay quienes agregaron a la lista de las dudosas, a las localidades de Beit Shean, Ierijó, Beer Sheba y Ramle. Fuera de la Tierra de Israel existen dudas respecto de Tiro, Sidón, Damasco, Esmirna y Bagdad.

Nuestros sabios medievales debatieron respecto de qué debía hacerse con los sitios sobre los cuales existen dudas. Todos están de acuerdo que en estas localidades se debe leer la Meguilá el día catorce con el recitado de las bendiciones correspondientes, ya que incluso quien vive en Jerusalém, que debe a priori leer el día quince, si leyó la Meguilá el catorce que es la fecha para todo el mundo, a posteriori cumplió con el precepto. La pregunta que surge es, si en estas ciudades dudosas se debe volver a leer el día quince.

Hay juristas que opinan que en todas las localidades dudosas, se debe celebrar Purim únicamente el día catorce y no deben de volver a leer la Meguilá el quince, y quienes deseen obrar con mayor rigurosidad (“Minhag  Jasidut”) y leerla al día siguiente, deberán abstenerse de recitar las bendiciones previas y la posterior a la lectura (Najmánides, Rashbá, Ran y Ritbá).

Otros juristas opinan que se debe volver a leer la Meguilá el día quince, sin recitar las bendiciones, para que la duda no se olvide. Esta idea rinde de cierta manera homenaje a la Tierra de Israel, pero por cuanto que se trata de una duda, no se habrán de recitar las bendiciones (Maimónides 1:11, Meiri y Shibolei HaLeket y así sentenció el Shulján Aruj 688:4). Los sabios debatieron asimismo, respecto del resto de los preceptos de Purim, el envío de porciones, la entrega de presentes a los pobres y el banquete. Algunos sostienen que se deben de cumplir únicamente el primer día  que es Purim para todo el mundo (Peraj), y hay quienes opinan que se deben de cumplir también el segundo día (Riaz). Quienes viven en las cercanías de una ciudad que se duda acerca de su status, festejan Purim únicamente el día catorce, pues solo quienes habitan en las cercanías de una ciudad en la que con seguridad se celebra el quince, se adhieren a ésta. Hay quienes aplicaron un criterio más estricto y extendieron la lectura del día quince  a las localidades vecinas a ciudades de status dudoso.

En la práctica, en casi todas las localidades sobre las que recae la duda, se acostumbra a aplicar la idea más flexible, y se celebra Purim únicamente el día catorce. Únicamente en ciudades respecto de las cuales la duda es muy patente, como en los casos de Tiberias y Hebrón, muchos acostumbran a leer la Meguilá también el día quince y hay quienes acostumbran a cumplir en este día también el resto de los preceptos festivos.

4 – Los residentes de ciudades con y sin murallas

Dado que Purim se celebra en las ciudades no amuralladas el día catorce, mientras que en Jerusalém el día quince, se despiertan interrogantes respecto de qué debe hacer quien viaja en estos días de Jerusalém a una ciudad sin muralla y viceversa, o sea, ¿cuándo debe festejar Purim? La regla general es la siguiente: el cumplimiento de los preceptos se determina por la ubicación de la persona en el día de la fiesta y no según su sitio habitual de residencia, de manera tal que quien solo el día de Purim se encuentra en una ciudad sin murallas, se le considera como residente de la misma (residente de ciudad no amurallada por el día). El momento determinante a estos efectos, es dónde se encuentra la persona en cuestión, al despuntar el alba («alot hashajar«) del día catorce para las ciudades sin murallas y del día quince para las amuralladas, pues este es el horario a partir del cual se debe comenzar la lectura matinal de la Meguilá.

Un jerosolimitano que quiere celebrar el  Purim de las ciudades no amuralladas el día catorce, debe llegar a una de estas ciudades en la noche del catorce y permanecer en esta hasta que despunta el alba y así según todas las opiniones, recaen sobre él todos los preceptos de Purim el catorce. Y aunque se regrese a Jerusalém temprano en la mañana, antes de haber alcanzado a leer la Meguilá, sigue recayendo sobre él la obligación de leerla en Jerusalém el catorce, y debe designar un enviado o representante que entregue envíos al prójimo y presentes a los pobres en su nombre en la ciudad no amurallada. Por el contrario, si un jerosolimitano llega a una ciudad no amurallada en la noche del catorce y se regresa a Jerusalém antes de que despunte el alba, o si llegó a una ciudad no amurallada después de que amaneció en la mañana del catorce  y luego se regresa a Jerusalém, celebra Purim como un jerosolimitano el día quince. El momento decisivo es el despuntar del alba del día catorce.

Un residente de una ciudad no amurallada que celebra Purim el día catorce y quiere celebrar también el día quince en Jerusalém, debe llegar a esta ciudad en la noche del quince y pernoctar en la misma hasta que despunte el alba, y de esa manera se le considera ya jerosolimitano y debe cumplir en ese día con todos los preceptos de Purim. En este caso debe cuidar de oír las bendiciones de la lectura de la Meguilá de otra persona y si la lee para sí mismo se abstendrá de recitarlas, ya que hay opiniones que sostienen que como ya festejó Purim el día catorce, no precisa cumplir el día quince (según el Rosh). Si bien la Halajá es que debe cumplir con todos los preceptos del día, respecto del recitado de las bendiciones tomamos en consideración  la opinión de quienes eximen de cumplir Purim por segunda vez. Si la persona se encuentra en Jerusalém desde la noche del catorce hasta la mañana del quince festejará solo en Jerusalém el quince, y allí cumplirá con todos los preceptos y puede recitar las bendiciones de la Meguilá según la opinión de todos los juristas.

En el caso en que alguien planificó estar al despuntar el alba en una ciudad determinada con o sin muralla y en la práctica no lo hizo, los juristas medievales están divididos respecto de la pregunta de cómo debe festejar.  Hay quienes opinan que debe actuarse según lo planificado (Rif y Najmánides), mientras que otros sostienen que todo depende de lo que la persona hizo en la práctica (Rashi y HaMaor). Según los que sostienen que se debe actuar conforme a lo planificado, hay quienes opinan que esto se aplica cuando la persona viajaba hacia el sitio en cuestión (Mishná Berurá), mientras que otros opinan que lo que define la situación, es su plan al iniciarse la noche de Purim (Rav Frank). De todas maneras, en caso de duda se debe consultar a una autoridad rabínica y generalmente la respuesta es de cumplir con los preceptos sin recitar las bendiciones.

5 – Purim «triple»

A veces el día quince de Adar que es cuando se festeja Purim en las ciudades amuralladas, cae en Shabat, empero el día catorce de Adar jamás cae en día sábado. Cuando el quince de Adar cae en Shabat, nos encontramos ante un «Purim triple», ya que los preceptos de Purim se cumplen en tres días diferentes, ¿Por qué no se festeja Purim en Shabat? Esto se debe a que nuestros sabios decretaron que no se lea la Meguilá en Shabat, por temor a que el rollo sea transportado en el dominio público. Tampoco el banquete se lleva a cabo en Shabat pues está escrito (Libro de Esther 9:22): «días de banquete y alegría», esto implica que el festín debe ser por causa de la fiesta y no por causa del Shabat (Purim depende de la decisión del tribunal que declara el novilunio mientras que Shabat es fijo y se cumple cada séptimo día desde la misma creación del mundo).

Por lo tanto en caso de estar ante un Purim triple, el viernes se lee la Meguilá y se entregan presentes a los pobres, ya que los pobres esperan ansiosamente la lectura de la Meguilá y si no reciben sus presentes ese día se lamentan. Es necesario tratar de leer la Meguilá con quórum de diez personas, pues hay quienes opinan que esa lectura no se realiza en tiempo por lo que resulta imprescindible leerla ante diez hombres o diez mujeres (Mishná Berurá 690:61). De todas maneras, cuando no hay quórum de diez, se lee igualmente la Meguilá el viernes y se recitan las bendiciones correspondientes (Tzitz Eliezer 13:73, Iabía Omer 6:46).

El día sábado que es Purim de las ciudades amuralladas, se recita «Al Hanisim» en la «Amidá» y en el «Birkat Hamazón» y se lee en la Torá la porción de Purim. Se retiran del arca dos rollos de la Torá, en el primero se lee la porción de lectura semanal, y en el segundo se lee la porción de Purim «Y vino Amalek».

El domingo se lleva a cabo el banquete de Purim y se envían las porciones al prójimo, pues el envío de porciones está íntimamente vinculado con el banquete.

¿Por qué razón se adelanta la lectura de la Meguilá para antes de Shabat, mientras que el banquete se pospone para después? Esto se debe a que en primer lugar, corresponde leer la Meguilá para así publicitar el milagro, y no se puede postergar la lectura para una fecha posterior a la del acontecimiento del milagro, ya que está escrito «y no pasará ( de su fecha establecida)». Por otra parte el banquete se puede llevar a cabo solamente después de acontecido el milagro, que es el día quince que cae en Shabat, y como no se celebra el banquete el sábado, se pospone para el domingo.

Es bueno abundar en consumo de carne y vino en Shabat, pues hay quienes opinan que el banquete debería realizarse el mismo sábado. De ser posible, es bueno enviar discretamente porciones al prójimo en Shabat con la condición de que exista «Eruv».

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