Pninei Halajá

23. La finalización del servicio de Shajarit y las leyes del Kadish.

01. «Ashrei» y «Lamenatzeaj«

Tras la finalización del Tajanún y en los días lunes y jueves, tras la lectura de la Torá, se recitan tres pasajes. El primero es «Ashrei» (la alabanza de David). Si bien ya fue recitado anteriormente durante los cánticos de alabanza se repite nuevamente ya que nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 4(B)): » Todo aquel que recita este salmo tres veces al día tiene asegurado su pasaje al Mundo Venidero». La primera vez, se recita en los cánticos de alabanza, luego tras el Tajanún y la tercera vez antes del rezo de Minjá (ver en las halajot de pesukei dezimrá 14:3).

Tras el «Ashrei» se recita el cántico «Lamenatzeaj Mizmor leDavid, Iaanjá Hashem Beiom Tzará«, que es una continuación de las súplicas que se recitan tras la Amidá.

Dado que se trata de una plegaria para días aciagos, no se recita en días alegres. Respecto de este pasaje las usanzas difieren: según la tradición sefaradí se trata de un rezo similar al Tajanún, por lo que cuando este último se omite, lo mismo ocurre con «Lamenatzeaj«. Según la tradición ashkenazí, para omitir Tajanún solo hace falta una pequeña alegría, empero para omitir «Lamenatzeaj» la alegría debe ser importante. Por lo tanto, cuando rezan junto con la congregación un novio o uno de los involucrados en la  alegría de una circuncisión, no se recita Tajanún pero «Lamenatzeaj» no se omite. Lo mismo ocurre en el mes de Nisán y los días que van de Iom Kipur hasta el final del mes de Tishrei, en los que no se recita Tajanún pero sí «Lamenatzeaj«.

Se omite el recitado de «Lamenatzeaj» solamente en días de fiesta («Iom Tov«), sus vísperas o los días posteriores a estas («Isru  Jag«) (Ramá 131:1, Mishná Berurá 35, Kaf HaJaím 37). Estas costumbres son explicitadas en los libros de rezo encabezando el pasaje de «Lamenatzeaj«, cada congregación según su usanza.

02. «Kedushá Desidra«- «Ubá Letzión«.

Luego de «Lamenatzeaj» se recita la «Kedushá Desidra«, esto es, los versículos que rezan «Kadosh, Kadosh, Kadosh» etc, «Baruj Kevod Ad-onai Mimkomó«, «Ad-onai Imloj Leolam Vaed«, con sus respectivas traducciones al arameo. Los sabios establecieron el recitado de esta «Kedushá Desidra» a los efectos de que cada orante pueda así estudiar a diario algunos versículos de los profetas y los tradujeron al arameo para que todo el pueblo, que estaba habituado a hablar en este idioma, pueda entender su significado. Los sabios elogiaron de sobre manera el valor del recitado de este pasaje, al punto de decir que ahora que el Templo está destruido, este recitado es uno de los pilares sobre los que se sostiene el mundo (Talmud Babilonio Tratado de Sotá 49(A)). Rashi explicó que esta lectura posee dos virtudes: el estudio de Torá y el hecho de que los versículos se centran en la santidad de D´s. En el servicio de Shajarit de Shabat no es necesario recitar Kedushá Desidra, ya que se cumple con el deber de estudiar los profetas mediante la lectura de la Haftará. De todas maneras, a los efectos de no omitir del todo su recitado, se acostumbra a incluirlo en el rezo de Minjá para así adicionar otro estudio sabático y que además se ocupa de la santidad de D´s.

Hay quienes sostienen que la «Kedushá Desidrá» fue instituida en un tiempo en el cual se decretó sobre el pueblo de Israel la prohibición de recitar «Kedushá«. Como los guardianes del régimen permanecían en la sinagoga hasta el final de la repetición de la Amidá por parte del oficiante, una vez que se retiraban, se recitaba la Kedushá Desidra. Empero una vez que el decreto persecutorio fue abolido, la costumbre del recitado del pasaje se mantuvo (Shibolei Haleket 44, Beit Iosef 132:2).

Vemos entonces, que se recita la «Kedushá» tres veces durante el servicio de Shajarit. Al principio en la bendición de «Iotzer Hameorot«, luego en la repetición de la Amidá por parte del oficiante y por último en la «Kedushá Desidra«. Asimismo, vemos que hay muchas cosas importantes que se ordenó recitar tres veces, por ejemplo, el cántico de David («Ashrei«) diariamente y  «Vaijulú» en la noche de Shabat.

Tal como en la «Kedushá», durante la repetición del oficiante, en la «Kedushá Desidra» el público recita al unísono los versículos que comienzan con los vocablos «Kadosh» y «Baruj«. Para ello, el oficiante debe entonar en voz alta la frase que antecede a estos versículos. Una persona que reza sola, es preferente que los lea con la entonación bíblica correspondiente para actuar conforme a la opinión que sostiene que, como se trata de una Kedushá debe ser recitada con Minián, empero, si se lee con la entonación bíblica es como si la persona leyese la Torá, lo cual estaría permitido. En el caso de quien no sabe leer los signos de entonación podrá recitarlos sin entonar, ya que en principio, la halajá permite recitar la «Kedushá Desidra» sin Minián puesto que se trata de leer la descripción de cómo los ángeles alaban Su Santo Nombre.

A modo de continuación de la «Kedushá Desidra», los Gaonitas establecieron que se reciten otros versículos adicionales en los cuales pedimos por la  expiación, Torá y fe. Hay quienes acostumbraban recitar la versión entera que llegó a nuestros días (Sidur de Rav Amram Gaón) y hay quienes recitaban una versión abreviada (Sidur Rabí Saadiá Gaón). En días de los sabios medievales ya todos acostumbraban recitar la versión completa que acostumbramos a decir actualmente, con leves variantes entre las diferentes comunidades.

Tras la «Kedushá Desidra» el oficiante recita «Kadish Titkabal«, en el cual además de la intención básica de esta oración, rogamos a D´s para que nuestro rezo sea aceptado. Por lo tanto, el oficiante debe cuidarse de no hablar desde la repetición de la Amidá hasta la finalización de este Kadish.

03. Quien tiene prisa por salir de la sinagoga, ¿cuándo  habrá de hacerlo y que parte del rezo habrá de saltearse?

El recitado de la alabanza de David («Ashrei«) y la «Kedushá Desidra» son preferibles al recitado del Tajanún, ya que todo aquel que recita «Ashrei» tres veces al día tiene asegurado su pasaje al Mundo Venidero (ídem Berajot 4(B)). Con respecto a la «Kedushá Desidra» dicen los sabios que ahora que el Templo está destruido, este recitado es uno de los pilares sobre los que se sostiene el mundo (ídem Sotá 49(A)); mientras que el recitado de Tajanún es opcional (Tur 131, citando a Rabí Natrunai Gaón). Por lo tanto, si una persona reza sola y no tiene tiempo de completar todas las oraciones habrá de preferir recitar «Ashrei» y «Kedushá Desidra» (Iejavé Daat 2:8).

Asimismo, la alabanza de David y la «Kedushá Desidra» que fueron establecidos por el Talmud, tienen preferencia por sobre el cántico del día, la ofrenda del Ketóret o quema del incienso y el «Aleinu Leshabeaj«, cuyo recitado se estableció en días de los Gaonitas y los sabios medievales (Avnei Iashpé 9:58-60).

Quien reza en un Minián y se ve en la necesidad de salir antes del final del Servicio, debe esforzarse por permanecer hasta la finalización de «Kedushá Desidra«, y no comenzará a quitarse los tefilín antes de ese momento (Shulján Aruj 25:13). Si puede, la persona en cuestión habrá de mantenerse con los tefilín puestos hasta después del «Kadish Titkabal» (Mishná Berurá 25:56). Todo esto no aplica sino para circunstancias en las que prima la premura, empero a priori se deben escuchar dos Kadish más, uno «Iehé Shlamá» tras el recitado de los versículos del cántico del día y otro «Kadish Derrabanán» tras «la quema del incienso»(«Pitum Haketoret«).

04. El cántico del día.

Dado que el servicio de Shajarit fue establecido como sustituto de la ofrenda diaria permanente de la mañana y tras ésta los levitas acostumbraban a cantar el salmo del día, acostumbramos a recitarlo tras concluir el rezo  (Tratado de Sofrim 18:1). Sin embargo, en un principio no se estableció este cántico como obligatorio y hubo quienes no acostumbraban a recitarlo. Empero al final del tiempo de los Rishonim (sabios medievales) ya todos acostumbraban a recitarlo.

Previo al cántico se menciona el día correspondiente de la semana, «Haiom Iom Rishón Beshabat» etc, a los efectos de cumplir con el precepto de recordar el sábado todos los días de la semana (según Rambán a Shemot 20:8 y el Arí z´´l tal como es mencionado en Kaf HaJaím 132:26).

En la versión «Sefarad» se agrega antes del cántico del día «Tefilá LeDavid (Salmo 86), una serie de versículos que comienzan con «Beit Yaakov» y «Mizmor Shir Hamaalot LeDavid» (salmo 124). En días alegres, en los cuales no se recita «Lamenatzeaj Mizmor LeDavid, Iaanjá Beiom Tzará» que viene inmediatamente después de «Ashrei» también se omite «Tefilá LeDavid» ya que en este se dice «en el día de mi desdicha te clamaré» (Piskei Teshuvá 132:11). Asimismo, en los libros de rezo de la versión Sefarad- jasídica estos capítulos de los salmos son impresos, empero muchos acostumbran a saltearlos y recitan directamente el cántico del día al igual que la usanza ashkenazí.

Existe otra diferencia entre las versiones. Según la usanza ashkenazí se recita primero «Aleinu Leshabeaj«, luego «el cántico del día» y al final «la quema del incienso». En la versión Sefarad se recita primero «el cántico del día», luego «la quema del incienso» y al final «Aleinu Leshabeaj» (Las halajot en este libro están ordenadas según el orden de aparición de los pasajes de la versión Sefarad).

En el caso de quien acostumbra rezar según una de las usanzas y el oficiante lo hace conforme a otra, hay juristas que recomiendan orar según la versión del oficiante y otros opinan que es mejor que ore silenciosamente de acuerdo a la usanza de sus ancestros. En todo caso no habrá de sentarse cuando todos están de pie en «Aleinu Leshabeaj» para no poner énfasis o resaltar la diferencia de versiones (ver arriba 6:5).

05. «La quema del incienso» y «Aleinu Leshabeaj«.

Una vez concluido el cántico del día se acostumbra a recitar «la quema del incienso» («Pitum Haketoret«) y antes de éste «Ein KeElokeinu«. Se lee la quema del incienso por dos razones: la primera, por el incienso que se quemaba  en el Templo de Jerusalém por la mañana y por la tarde, y la segunda para que cada judío tenga el mérito de estudiar a diario las palabras de los sabios. En el libro del Zohar (II 212:2) se alaba de sobremanera el recitado de «la quema del incienso» pues hacerlo mantiene a salvo de desgracias. Hay juristas que sostienen que se debe tener cuidado de no omitir mencionar ninguno de los ingredientes de la mezcla incensaría. Por esta razón, ellos no lo recitaban en días de semana, por miedo a que el apuro de los quehaceres diarios lleve a las personas a saltearse alguno de los ingredientes (Ramá 132:2). En la práctica, la mayoría de los juristas opina que no se debe tener tanta precaución en este tema, sino que a priori es bueno recitar «la quema del incienso» leyéndola del Sidur para evitar errores (Beit Iosef, Mishná Berurá 132:17).

Se acostumbró  recitar al final del servicio «Aleinu Leshabeaj» para que antes de que nos separemos del rezo, se fijen en nuestros corazones la fe en D´s y la esperanza de la redención y a su vez para que cuando el judío se encuentre durante la jornada con el gentil en el marco de sus quehaceres laborales, no se vea tentado a ir en pos de sus creencias o sus ídolos (Bait Jadash Oraj Jaím 133).

En virtud de la importancia de este rezo se acostumbra a recitarlo de pie e inclinarse levemente al pronunciar «Vaanajnu Kor´im» (Mishná Berurá 132:9).

06. El Kadish y su importancia.

El Kadish es una plegaria singular ya que se ocupa principalmente de la Gloria Celestial, por lo que es necesario responder «Amén» con suma concentración e intención, cuidar de no distraerse y por supuesto de no hablar durante su recitado (Shulján Aruj 56:1, Mishná Berurá 1). Nuestros sabios dijeron que todo aquel que responde «Amén, Iehé Shmé Rabá» etc. con todo su fervor e intención se le revierten decretos celestiales adversos por setenta años (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 119(B), Talmidei Rabenu Ioná). Además dijeron que cuando los judíos entran a la sinagoga y recitan «Iehé Shmé Rabá» en voz alta se les anulan decretos celestiales adversos (Pesikta tal como es citada por las Tosafot). Nuestros sabios agregaron que al responder al Kadish se activa la misericordia para con el pueblo de Israel exiliado y al recitar «Iehé Shmé Rabá» D´s recuerda a Su pueblo, sacude su cabeza con dolor y dice: Feliz del rey a quien se le halaga así en su propia morada, despertándose Su deseo de redimir al pueblo de Israel (ver Talmud Babilonio Tratado de Berajot 3(A)).

El Kadish debe ser recitado en presencia de un Minián ya que por su intermedio consagramos el Nombre de D´s y esto corresponde que sea realizado por la congregación (Edá).

Está redactado en idioma arameo que era el hablado mayoritariamente por los judíos en los días del segundo Templo de Jerusalém. He aquí su traducción: «Que su Gran Nombre sea engrandecido y consagrado en el mundo que creó conforme a Su voluntad, sobre el cual ha de instituir Su reino, hacer brotar Su redención y acercar a Su Mashíaj en vuestros días y durante vuestras vidas (de la grey presente) y durante las vidas de todos los hijos de Israel prontamente y diremos Amén. El público responde «Iehé Shmé…» lo cual se traduce: «Que Su gran Nombre sea bendito por siempre». El oficiante prosigue: «Que Su Nombre sea bendito, alabado, glorificado, ensalzado, enaltecido, honrado, adorado y loado por encima de todas las bendiciones, cánticos,  alabanzas y consolaciones recitadas en el mundo y dirán Amén».

Este es el pasaje más importante del Kadish el cual recibe el nombre de «Medio Kadish» («Jatzí Kadish»). Generalmente a esta plegaria básica se le agregan otros pasajes (como se verá más adelante) mas el núcleo básico es el Medio Kadish. Es importantísimo responder a su recitado, e incluso si uno está en medio de las bendiciones del recitado del Shemá puede interrumpirlas para responder. Es preceptivo apurarse en el recitado de la oración para alcanzar a oír Kadish. Quien ya terminó de rezar y se encuentra ante otros dos servicios, en uno de los cuales se recita Kedushá y en el otro Kadish, es preferible que se sume al último pues es más importante que el primero (Mishná Berurá 56:6).

07. Tipos de Kadish.

Los sabios establecieron que se recite Kadish al finalizar cada una de las etapas del rezo. Al concluir el recitado de las ofrendas y sacrificios se recita «Kadish Derrabanán«, al finalizar el recitado de los cánticos de alabanza y el Tajanún se dice Medio Kadish, tras la «Kedushá Desidra» se recita «Kadish Titkabal«,  al concluir el cántico del día se recita un «Kadish Iatom» (Kadish de los huérfanos o Kadish de Duelo) y al concluir la  lectura de la quema del incienso se recita un «Kadish Derrabanán» (Shibolei Haleket 8). Mediante el recitado del Kadish sellamos y elevamos cada una de las secciones del servicio mediante la Glorificación Divina y continuamos hacia la próxima etapa de la plegaria.

Existen cuatro versiones en el Kadish y las mencionaremos por sus nombres: a) Medio Kadish es el pasaje principal y se lo llama así para diferenciarlo de las demás variantes de esta oración que poseen agregados. En cada sección del servicio en la que no se puede prolongar la interrupción se recita Medio Kadish b) «Kadish Iehé Shlamá«, también llamado «Kadish Shalem» o completo se dice tras recitar versículos del Tanaj y al cual se le agregó un pedido especial de que nosotros y todo el pueblo de Israel tengamos paz y una vida venturosa. Este Kadish culmina con el versículo «Osé Shalom Bimromav… Veimrú Amén«. Como este Kadish es recitado normalmente por quienes están de duelo, adquirió el nombre de «Kadish Iatóm» o Kadish de los huérfanos c) «Kadish Titkabal« es recitado por parte del oficiante al concluir el rezo de la Amidá y en el cual, antes de los agregados del Kadish completo, se inserta un pedido especial de que nuestra plegaria sea aceptada d) «Kadish Derrabanán« se recita tras concluir el estudio de las palabras de los sabios. En este, antes de los agregados del Kadish completo se inserta una plegaria por los estudiosos de la Torá, para que tengan buena y larga vida.

Responder «Amén» a estos agregados no es importante como el hacerlo al núcleo central que es el Medio Kadish y no se debe interrumpir las bendiciones del recitado del «Shemá» o de los cánticos de alabanza para hacerlo.

08. El orden de los diferentes tipos de Kadish que se recitan al final del servicio.

Tras las súplicas (Tajanún) posteriores a la Amidá se recita Medio Kadish. En un día en el que éstas no se recitan, el Kadish se dice inmediatamente después de la Amidá. Se recita solamente Medio Kadish, a los efectos de no interrumpir entre la Amidá y el posterior «Kadish Titkabal» que se recita tras la «Kedushá Desidra«. Mientras el oficiante no recita «Kadish Titkabal» se considera que no finalizó por completo la repetición de la Amidá.

Por lo tanto, el oficiante no necesita retroceder tres pasos de separación del rezo al concluir la repetición de la Amidá ya que los habrá de retroceder al concluir el «Kadish Titkabal«. En días lunes y jueves en los que se lee la Torá, una vez que la lectura concluye se recita Medio Kadish. Una vez finalizada la «Kedushá Desidra» vimos que el oficiante recita «Kadish Titkabal«.

Al finalizar el cántico del día se dice «Kadish Shalem», el que se recita tras la lectura de versículos bíblicos. Las personas que están de duelo acostumbran a recitarlo pues éste reporta beneficio para la elevación del alma del difunto (ver arriba 4:5-6). En caso de que no haya un doliente presente puede recitarlo quien carezca de padre o madre. En caso de que no haya ningún huérfano presente se acostumbra a omitir este Kadish, ya que como los huérfanos acostumbran a recitarlo, no se percibe como apropiado que lo haga alguien con sus dos padres vivos.

Tras el recitado de la quema del incienso se dice un «Kadish Derrabanán«, establecido para ser recitado tras estudiar enseñanzas de los sabios. Los dolientes suelen recitar también este Kadish y en caso de que no haya presente un huérfano de padre o madre es costumbre omitirlo. Si bien de acuerdo con la esencia o base primera de la ley, sería correcto que el oficiante lo recite ya que no se trata de un «Kadish Iatóm«, dado que los huérfanos acostumbran a recitarlo, muchos le dan la misma consideración.

Los sabios elogiaron de sobremanera las virtudes del «Kadish Derrabanán» diciendo que tras la destrucción del Templo es uno de los pilares sobre los cuales se sostiene el mundo (ídem Sotá 49(A)). Esto se debe a que es recitado tras el estudio público de la Torá por lo que combina en sí a este precepto que  equivale al cumplimiento de todos los demás mandamientos junto con la santificación del Nombre Divino que el recitado del Kadish implica (Rashí).

09. «Barjú»

Los sabios estipularon que para quienes llegaron al rezo después de las bendiciones del recitado del Shemá y se perdieron de responder «Barjú» junto al público, que el oficiante repita este texto al concluir el servicio y así los demorados pueden responder «Baruj Ad-onai Hamevoraj Leolám Vaed«. Lo mismo se hace en el servicio de Arvit. De acuerdo a esto, en sábados y días festivos no es necesario que el oficiante agregue «Barjú» al final del servicio ya que quienes llegaron tarde igualmente alcanzaron a escucharlo de quienes bendijeron por la lectura de la Torá (Shulján Aruj 133:1, Maharitz, Mishná Berurá comienzo del inciso 69). En virtud de este razonamiento, los ashkenazíes acostumbran a no repetir «Barjú» al final del servicio los días de semana en los que se lee la Torá. Empero en días en los que no se lee la Torá se repite siempre el «Barjú» sin revisar si hay entre el público alguien que lo requiera. Esto se hace así a los efectos de no molestar a los orantes averiguando entre los mismos si alguien llegó tarde.

De acuerdo con el Arí z´´l siempre se repite «Barjú» al final del servicio ya que según sus intenciones meditativas (Kavanot HaArí) siempre es necesario decirlo dos veces en cada rezo, una vez antes de las bendiciones del recitado del «Shemá» y la segunda al concluir éste. Lo mismo ocurre en el rezo de Arvit. Asimismo, esta es también la costumbre según la usanza Sefarad y jasídica (Kaf HaJaím 133:1).

En todas las tradiciones el «Barjú» es posterior al «Kadish Derrabanán«, que es el último, de modo tal que el último de los demorados alcanzará a oírlo. Se acostumbró que quien recita el último Kadish recita también el «Barjú«. A veces, el último Kadish lo recita un huérfano que aún no llegó a la edad de trece años («edad de mitzvot»). De ser así, hay que poner atención en que el»Barjú» lo recite el oficiante que ya es mayor de trece años (Mishná Berurá 55:4).

10. Cuando después de «Aleinu Leshabeaj» se recita otro Kadish.

Tras «Aleinu Leshabeaj» no es necesario recitar otro Kadish «Iehé Shlamá«, pues ya se dijo una vez tras el cántico del día y no cabe decirlo dos veces por versículos en un lapso de tiempo tan breve. Según las intenciones meditativas (Kavanot) del Arí z´´l no corresponde agregar allí otro Kadish siendo esta la usanza de los sefaradíes.

En los servicios ashkenazíes, las personas en duelo suelen recitar dos veces Kadish «Iehé Shlamá» al finalizar el rezo, por los versículos recitados. Un «Kadish Iehé Shlamá» se recita después de «Aleinu Leshabeaj» y otro después del cántico del día. Esto depende de la solución a la pregunta de si se puede recitar elKadish repetidamente.

Los juristas escribieron que cada judío debe escuchar siete Kadish por día para cumplir lo que está escrito (Salmos 119:164): «Siete veces por día Te he de alabar» (Beit Iosef 55:1, Mishná Berurá 55:5). De acuerdo con el Arí z´´l cada día se debe oír Kadish doce veces.

11. Las reglas de Kadish.

Dada la importancia del Kadish sus reglas son semejantes a las de la Amidá. Por lo tanto quien recita Kadish debe hacerlo de pie y se acostumbra a hacerlo con los pies juntos. Así como está prohibido atravesar el área de cuatro codos del orante (ver arriba 17:18), de la misma forma no se puede pasar por los cuatro codos de quien recita Kadish. Esta prohibición rige hasta la finalización del Medio Kadish (Birjei Iosef, Kaf HaJaím 55:9).

Hay quienes opinan que como el Kadish es considerado una cuestión relativa a la santidad, el público debe estar de pie durante su recitado o por lo menos cuando se responde «Iehé Shmé Rabá» (Ramá, Mishná Berurá 56:7-8). Asimismo, se debe estar de pie al responder «Barjú» (Mishná Berurá 146:18). Otros juristas opinan que no es obligatorio estar de pie durante el recitado de cuestiones relativas a la santidad, empero quien estaba parado al iniciarse el Kadish debe mantenerse de pie y quien estaba sentado al comenzar podrá mantenerse así. Esta era la usanza del Arí z´´l (Maharil, Kaf HaJaím 56:20, 146:20-21).

Antes que el oficiante arribe al final del Kadish deberá actuar como al final de la Amidá, inclinándose hacia adelante al retroceder tres pasos, luego se inclinará levemente hacia la izquierda y dirá «Osé Shalom Bimromav«, luego a la derecha y dirá «Hú Iaasé Shalom Aleinu» y finalmente lo hará hacia adelante diciendo «Veal Kol Israel Veimrú Amén» (Shulján Aruj 56:5, 123:1).

Hay quienes acostumbran que el oficiante se inclina levemente en cada pasaje del Kadish en el que el público responde «Amén», otros se inclinan en otros pasajes y otros no se inclinan en absoluto.

Hay diferentes usanzas a la hora de responder «Iehé Shmé Rabá«. Según las costumbres ashkenazí y yemenita (Báladi) la respuesta concluye con las palabras «Lealam Ulealmei Almaiá«. Según las tradiciones jasídica y yemenita (Shami) se dice también «Itbaraj«. Según la sefaradí se continúa hasta finalizar con las palabras «Daamirán Bealmá«. Otra diferencia es que cuando quien recita el Kadish dice «Brij Hú» los ashkenazíes responden «Brij Hú» mientras que entre los sefaradíes, quien alcanzó a terminar de decir «Daamirán Bealmá» responde «Amén» y quien no alcanzó a terminar no responde nada. Al responder «Amén, Iehé Shmé Rabá» se debe pausar entre «Amén» y «Iehé Shmé Rabá» por cuanto que la primera parte es respuesta a lo recitado por el oficiante mientras que la segunda es una alabanza separada (Mishná Berurá 56:2).

12. Kadish después de estudiar.

Después de estudiar es preceptivo recitar Kadish. Si se estudiaron versículos se recita Kadish «Iehé Shlamá«, si se estudiaron palabras de los sabios se recita «Kadish Derrabanán«. Se acostumbra que tras estudiar palabras de los sabios se agregan palabras de Agadá (textos rabínicos de índole no halájico n. de t.) que alegran el corazón, para que el Kadish se recite con alegría en virtud de éstos (Birjei Iosef 55:1, ver Mishná Berurá 55:9). Por lo tanto, después de recitar la quema del incienso se agregan palabras de Agadá que elogian a quien estudia halajá a diario y  a los sabios que propagan la paz en el mundo.

Hay juristas que consideran que no se debe recitar Kadish a menos que diez hayan estudiado conjuntamente versículos o palabras de los sabios (Aruj Hashulján 55:5). Otros juristas opinan que aunque solamente dos personas hayan estudiado juntos y cuando terminaron se les acercaron más personas completando así Minián, pueden recitar Kadish por lo estudiado (Maguén Abraham, Mishná Berurá 54:9, 55:2). Se acostumbra que quien quiere recitar Kadish después de haber estudiado, diga en voz alta «Rabí Jananiá Ben Akashiá Omer: Ratzá HaKadosh Baruj Hú Lezakot Et Israel Lefijaj Hirbá Lahem Torá Umitzvot etc.» Dado que hay diez que oyen este pasaje que es una enseñanza de los sabios estamos ante diez que estudiaron y por lo tanto, según todas las opiniones pueden recitar Kadish. Cuando se recita Kadish después de recitar versículos, es necesario primero recitar en voz alta tres de estos y luego según todas las opiniones se puede recitar Kadish.

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