Pninei Halajá

24. El servicio de Minjá.

01. Su origen.

Nuestros sabios dijeron que «se debe ser siempre cuidadoso en el rezo de Minjá porque mientras el profeta Eliahu estaba rezando esta plegaria D´s le respondió favorablemente» (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 6(B)). Es necesario advertir especialmente respecto de la importancia de esta plegaria ya que la de Shajarit tiene un horario claro y fijo que es al levantarse por la mañana y la de Arvit es posterior a que la persona vuelve a su casa por la noche. Empero durante el horario de Minjá, muchas veces la persona está agobiada por sus quehaceres y debe sobreponerse a estos para destinarle tiempo al rezo de la tarde.

El rezo de Minjá tiene por cometido santificar el quehacer diario de la persona frente a las dificultades y los obstáculos que se presentan. Por esta razón en este rezo precisamente el profeta Elías tuvo una respuesta celestial favorable en su disputa contra los sacerdotes idólatras del dios cananeo Baal.

Durante el servicio de Minjá el hombre consagra o santifica su quehacer material diario y por lo tanto implica una santificación especial del Nombre Divino. Probablemente esta sea la razón por la que el servicio recibió el nombre de Minjá, que significa presente o donativo. Esto se debe a que en el rezo de Shajarit ya cumplimos con nuestro deber de agradecer a D´s por todo lo bueno que nos concedió mientras que rezar Minjá implica agregar a nuestras plegarias aún más. Shajarit se reza por lo que D´s nos concedió con Su gran generosidad mientras que Minjá surge de nuestra vida material y práctica.

02. El orden del servicio.

La mayoría de los Gaonitas y sabios medievales entienden que no se debe recitar las ofrendas o los sacrificios antes de rezar Minjá. Rambám (Hiljot Tefilá 9:8) y el Shulján Aruj no mencionan que se reciten las ofrendas en Minjá. Entre los sabios medievales hay quienes indicaron que se recite la porción de la ofrenda permanente y la quema del incienso antes del servicio de Minjá (Ramá 234:1, 132:2), y quienes se guían según el Arí z´´l ponen mucho énfasis en hacerlo (Kaf HaJaím 132:6, Piskei Teshuvá 132:1).

Todos acostumbran a recitar la alabanza de David («Ashrei«) antes de la Amidá ya que es bueno preparar las loas al Eterno de cara al servicio. Se trata de una suerte de cántico de alabanza previo al rezo (ver arriba 14:1-2). Dado que no es un deber absoluto recitar «Ashrei» antes de Minjá, en caso de que el tiempo apropiado para rezar se esté pasando, el salmo en cuestión es omisible y se puede comenzar directamente con la Amidá (Mishná Berurá 234:6). En caso de que el público esté por comenzar la Amidá, se debe saltear la alabanza de David e iniciar el rezo junto a todos con Minián (Mishná Berurá 108:14, Or Letzión II 15:3).

Tras el «Ashrei«, el oficiante recita Medio Kadish  y acto seguido se comienza a rezar la Amidá en silencio, para después repetirla en voz alta. Los cohanim no bendicen a la congregación en la repetición de la Amidá de este servicio, por temor a que hayan bebido vino en la comida del mediodía, ante lo cual su bendición sería prohibida. Empero en días de ayuno público no se teme tal cosa y por lo tanto se lleva a cabo la bendición sacerdotal.

Después del rezo se recitan súplicas. Según las usanzas sefaradí y jasídica se recitan «Vidui» (confesión) y los trece atributos de la misericordia Divina. Por último se recita «Tajanún» y se hace «Nefilat Apaim» (inclina sobre el rostro). Según las usanzas ashkenazí y yemenita (Báladi) únicamente se inclina sobre el rostro. Tras la finalización de las súplicas el oficiante recita un «Kadish Titkabal«. En los días en los que no se recita Tajanún (ver arriba 21:7-8), el oficiante recita un «Kadish Titkabal» después de la repetición en voz alta de la Amidá.

Los sefaradíes recitan el salmo 67 «Lamenatzeaj Binguinot» y luego un Kadish Iatom (de los huérfanos o de duelo) y finalizan el servicio con «Aleinu Leshabeaj«. Los ashkenazíes no recitan «Lamenatzeaj» y dicen «Kadish Iatom» después de «Aleinu Leshabeaj«.

03. El horario de Minjá se corresponde con el de la ofrenda permanente de la tarde.

Los sabios establecieron el horario del rezo de Minjá según el de la ofrenda permanente de la tarde («bein haarbaim«). Según la base de la ley el horario de esta ofrenda es después de pasadas las seis horas temporales que entonces es el mediodía y el sol comienza a moverse hacia el occidente. Sin embargo, los sabios temieron que las personas se equivoquen respecto de la posición exacta del sol y por lo tanto establecieron que solamente a partir de media hora pasado el mediodía se puede sacrificar la ofrenda permanente de la tarde. Así es que Minjá se puede rezar sólo a partir de este momento (seis horas y media del día).

En la práctica, en el Templo de Jerusalém se acostumbraba mayormente a sacrificar la ofrenda de la tarde a partir de las nueve horas y media temporales, por cuanto que se trata del último sacrificio diario que cierra la labor del Templo y tras este ya no se pueden ofrendar sacrificios de agradecimiento, expiatorios etc. Por esta razón se posponía la ofrenda permanente para una hora más avanzada de la tarde.

Únicamente en el caso de que la víspera de Pesaj cayese en víspera de Shabat, se ofrendaba el sacrificio permanente de la tarde a las seis horas y media temporales del día, puesto que el sacrificio pascual se ofrendaba solamente después de concluido éste. A los efectos de alcanzar a sacrificar todos los corderos pascuales del pueblo de Israel antes de que se inicie el Shabat era necesario adelantar la ofrenda permanente lo más posible.

Este es el origen de que el horario del servicio de Minjá esté dividido en dos partes: la «Gran Minjá» (Minjá Guedolá) y la «Pequeña Minjá» (Minjá Ketaná). El horario de la «Gran Minjá» es a partir de las seis horas y media (temporales) hasta las nueve horas y media. Según la norma, en este horario se podía ofrendar el sacrificio permanente de la tarde, empero en la práctica se hacía en contadas ocasiones. La ofrenda permanente se ofrendaba comúnmente en la Minjá Ketaná cuyo horario es desde las nueve horas y media (temporales) hasta el final de las doce horas, o sea, el final del día. La primera Minjá recibe la denominación de Guedolá o «grande» pues su horario es más extenso (tres horas), mientras que la segunda tiene un horario más reducido y por lo tanto se la denomina «Ketaná«. Vimos anteriormente que estas horas son «temporales», esto es, se divide el día en doce partes y a cada una de estas se la llama «hora temporal». En el verano estas horas temporales son más extensas y en el invierno son más breves (ver arriba 11:10).

Dado que en la práctica la ofrenda permanente se sacrificaba en la Pequeña Minjá,  según Rambám, a priori se debe rezar Minjá en este horario y sólo a posteriori se puede cumplir con el deber en horario de la Gran Minjá, y así sentenció el Shulján Aruj (233:1). Por otra parte, hay juristas que consideran que como por la base de la ley la ofrenda permanente de la tarde se podía sacrificar a partir de las seis y media, se puede, a priori, rezar en el horario de la Gran Minjá (Rif y Rosh). Hay quienes sostienen que a priori corresponde adelantar el rezo de Minjá todo lo posible ya que los diligentes se adelantan en el cumplimiento de los preceptos (Rabí Saadiá Gaón).

En la práctica, es mejor rezar en el horario de la Pequeña Minjá. Empero en caso de necesidad se puede a priori rezar en el horario de la Gran Minjá. Por ejemplo, en el caso de quien se le presentan dos alternativas: rezar  la Gran Minjá con Minián o la Pequeña Minjá solo habrá de preferir la primera opción. Asimismo, quien acostumbra a almorzar pasado el inicio del horario de la «Gran Minjá», si bien según la halajá puede apoyarse en las opiniones más flexibles y por lo tanto, comer antes de rezar (ver halajá 6), a priori es mejor que lo haga antes con Minián y esta es la costumbre extendida en muchas ieshivot.

04. La finalización del horario de Minjá.

El horario de Minjá es hasta el anochecer (erev), empero los juristas debatieron respecto del momento exacto de finalización de éste. La respuesta al debate radica en resolver cuál es el momento exacto de  finalización del horario del sacrificio de la ofrenda permanente de la tarde. Hay quienes sostienen que el horario del vertido de la sangre de la ofrenda permanente era hasta la puesta del sol y por lo tanto se puede rezar Minjá hasta el atardecer (Talmidei Rabenu Ioná, Gaón de Vilna, Mishná Berurá 233:14). Otros juristas opinan que se puede rezar Minjá hasta la noche, pues la labor de la ofrenda permanente de la tarde se prolongaba hasta ese entonces, tanto sea en las labores de vertido de la sangre o quema de los sebos como las libaciones. Esta última opinión es compartida por la mayoría de los juristas (Shulján Aruj y Ramá 233:1).

En la práctica, es importante procurar culminar el servicio de Minjá hasta la puesta del sol, empero a posteriori se puede confiar en la opinión mayoritaria de los juristas y rezar hasta trece minutos y medio después de ésta. Según todas las opiniones, hasta ese momento no comenzó aún la noche (de hecho hasta 4.8 grados por debajo del horizonte). En ese horario aún se pueden recitar los trece atributos de la misericordia e inclinarse sobre el rostro (Mishná Berurá 131:17, Iejavé Da´at 6:7).

En el caso de quien tiene la posibilidad de rezar solo antes de la puesta del sol o con Minián después de esta, hay juristas que consideran que es mejor rezar solo antes, empero la opinión mayoritaria es rezar junto a la congregación después.

En el caso de un Minián que empezó tarde, hay juristas que opinan que no se debe omitir la repetición del oficiante aunque se recite después de la puesta del sol. Otros juristas sostienen que es preferible omitir la repetición del oficiante para no recitarla después del atardecer. Su recomendación es que el oficiante comience las tres primeras bendiciones de la Amidá en voz alta para recitar Kedushá. Las dos opiniones son válidas halájicamente y en caso de que haya rabino en la sinagoga es él quien debe definir estas cuestiones.

05. Actividades prohibidas antes de rezar Minjá.

A los efectos de no olvidarnos de rezar Minjá, los sabios establecieron que a partir del mediodía toda persona debe cuidarse de no comenzar una actividad que pueda distraerlo, al punto que se olvide de rezar. Por lo tanto, no se ha de comenzar una actividad que es difícil de interrumpir en la mitad y su finalización pueda prolongarse hasta pasado el horario del Minjá. Tampoco se ha de iniciar una labor que sea pasible de generar un desperfecto de tal índole que su reparación pueda extenderse más allá del horario de Minjá. No se ha de ir de compras que puedan demorarse hasta el final del horario del rezo. Tampoco se ha de ir a nadar a la piscina si se teme que puede permanecer allí hasta pasado el horario del rezo.

Empero si no hay lugar al temor de olvidar el rezo, toda actividad está permitida. Por ejemplo, quien se encuentra en un sitio en el cual será llamado a rezar Minjá, puede iniciar cualquier labor. Se puede asimismo, comenzar cualquier actividad cuando se sabe que el lugar de trabajo cierra indefectiblemente antes de finalizar el horario de Minjá. De la misma forma, se puede hacer compras en un sitio en el cual se llama a las personas a rezar Minjá en público o si se le pidió a un amigo que le recuerde este rezo. También está permitido nadar en un sitio en el que la piscina se cierra antes de que concluya el horario de Minjá o en el caso de una persona que acostumbra a nadar en un horario fijo por lo que no se teme que se le pase el horario de Minjá.

Si una persona  comenzó una labor que puede demorarse mucho tiempo, pero previamente calculó que podrá terminarla antes del final del horario de Minjá, por cuanto que ya comenzó no se lo molesta para que la deje por la mitad. Habrá de rezar una vez terminada la labor. Si le parece que su actividad se va a prolongar hasta después de pasado el horario de Minjá, habrá de suspender de inmediato y rezar.

Si bien nuestros sabios dijeron que no se ha de cortar el pelo en el  horario de Minjá, los sabios de las últimas generaciones (Ajaronim) son de la idea de que hoy día, en que el corte de pelo lleva poco tiempo y no se teme que ocurra un contratiempo con la tijera  o la máquina cortadora y se demore, ya que cada peluquero posee varias se puede cortar el pelo en este horario (Mishná Berurá 232:6, Kaf HaJaím 14).

06. Comida anterior al rezo de Minjá.

A partir del mediodía hay que tener cuidado de no olvidarse de rezar Minjá, por esta razón no se ha de iniciar una comida importante antes de hacerlo. Una comida importante se considera aquella de la que participan muchos comensales, como por ejemplo tras una circuncisión, un banquete de los siete días posteriores a una boda (sheva berajot) o el rescate de un primogénito. Una comida de Shabat no es considerada una «comida importante». En caso de premura se puede comenzar una comida importante antes de rezar Minjá, a condición de que resulte claro a los comensales de que esta concluirá antes de que pase el horario del rezo y además tendrán que recordarse de rezar tras la ingesta.

Media hora antes de que comience el horario de Minjá Ketaná, esto es unas tres horas temporales antes de que se ponga el sol, está prohibido ingerir una comida aunque sea liviana si aún no se rezó. Si alguien tomó la responsabilidad de recordar a la persona de que tiene que rezar, ésta podrá comer. En vez de acordar con alguien que nos recuerde, se puede poner un reloj despertador para que suene a la hora de rezar. Empero se debe cuidar  que ni bien el reloj suene se suspenda la comida y se vaya a rezar (Ramá 232:2, Beur Halajá ויש, Halijot Shlomó 2:12).

Hay quienes cumplen este precepto con excelencia y una vez pasado el mediodía no ingieren siquiera una comida liviana antes de rezar Minjá. Por lo tanto en muchas ieshivot se acostumbra a rezar Minjá temprano al mediodía para que tras el servicio se pueda comer el almuerzo conforme a todas las opiniones halájicas.

07. La opinión de Rabí Iehudá.

La costumbre más extendida es conforme a la opinión de los sabios en cuanto a que el horario de Minjá se extiende hasta el final del día y a partir de la salida de las estrellas es horario de rezar Arvit (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 26(A)). Empero en opinión de Rabí Iehudá el horario de rezar Minjá es hasta la «fracción de la Minjá» (Plag HaMinjá). «Plag» en hebreo significa fracción o mitad, esto es, se divide el horario de la Minjá Ketaná en dos. Vimos anteriormente (halajá 3) que el horario de Minjá Ketaná es desde las nueve horas y media del día (en horas temporales) hasta el final de las doce. Esto implica que se extiende por dos horas y media temporales por lo que la fracción –»plag»- es una hora y cuarto. La primera fracción es horario de Minjá mientras que la segunda ya es horario en el que se puede rezar Arvit según Rabí Iehudá.

Esto se debe a que en la práctica, los cohanim se apresuraban a degollar el animal de la ofrenda permanente de la tarde y verter su sangre en la primera fracción de la Minjá Ketaná, por lo que este es horario de Minjá.  En la segunda fracción se quemaban los órganos de la ofrenda sobre el altar y dado que el servicio de Arvit se instituyó como sustituto de la quema de órganos, según esta opinión estamos ya en horario de rezar Arvit. Según la opinión de los sabios, por cuanto que se puede verter la sangre del sacrificio permanente de la tarde hasta el final del día, este es el horario final para rezar Minjá. Para ellos, el horario de Arvit se corresponde con el del recitado del Shemá, o sea, a partir de la salida de las estrellas.

En la práctica esta discusión no se ha resuelto y la conclusión del Talmud  (Berajot 27(A)) es que las personas pueden elegir actuar tanto según la opinión de los sabios como según la de Rabí Iehudá. Los sabios medievales agregaron que la libertad de elección está condicionada a que se opte de manera constante por una sola usanza, quien escoge la opinión de Rabí Iehudá no habrá de rezar Minjá después de «Plag HaMinjá» y quien optó por la opinión de los sabios no rezará Arvit antes de que salgan las estrellas. Empero está prohibido rezar Minjá después de «Plag HaMinjá» según la opinión de los sabios y Arvit antes de que salgan las estrellas según la opinión de Rabí Iehudá (ver adelante 25:6-7, allí se explica que a priori se debe aplicar un solo método y en caso de necesidad se puede aplicar el otro).

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