ארכיון 01 - Introducción - Pninei Halajá https://ph.yhb.org.il/es/category/12/12-01/ Rabino Eliezer Melamed Thu, 25 Mar 2021 11:54:24 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.1 01 – Las festividadeshttps://ph.yhb.org.il/es/12-01-01/ https://ph.yhb.org.il/es/12-01-01/#respond Thu, 30 Nov 2000 22:01:22 +0000 https://ph.yhb.org.il/es/?p=4707La Torá nos preceptuó seis Tiempos Festivos, y ellos son: 1) El primer día de Pesaj. 2) El séptimo día de Pesaj. 3) Shavuot. 4) Rosh HaShaná. 5) El primer día de Sucot. 6) Sheminí Atzeret. El precepto consiste en que los hagamos días sagrados cesando en ellos la realización de toda labor, estudiando Torá, […]

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La Torá nos preceptuó seis Tiempos Festivos, y ellos son: 1) El primer día de Pesaj. 2) El séptimo día de Pesaj. 3) Shavuot. 4) Rosh HaShaná. 5) El primer día de Sucot. 6) Sheminí Atzeret. El precepto consiste en que los hagamos días sagrados cesando en ellos la realización de toda labor, estudiando Torá, regocijándonos en la alegría festiva y agradeciéndole a HaShem por todo lo bueno que nos ha prodigado y a partir de esto último recordar que HaShem nuestro Dios nos ha escogido de entre todos los pueblos y nos entregó Su Torá, nos consagró con Sus preceptos, nos acercó a Su servicio y Su grande y sagrado Nombre invocó sobre nosotros. Por medio de ello habremos de trascender por sobre las cuestiones mundanas y ocupaciones cotidianas, nos elevaremos mediante la corrección de nuestras cualidades y la pureza de nuestro corazón, y así, podremos fortalecer el estudio de la Torá y el cumplimiento de los preceptos, recordando la gran misión que nos fue encargada, reparar el mundo instaurando en él el reino de HaShem.

Amén del aspecto que es común a todas las festividades, cada uno de estos días expresa una idea singular que tenemos el mérito de captar cada año nuevamente: el primer día de Pesaj es el día en el cual el Eterno nos sacó de Egipto de la casa de la esclavitud y nos liberó para siempre, y a los efectos de reforzar en nuestro interior el recuerdo del éxodo se nos ordenó comer en esa noche pan ácimo (matzá), hierbas amargas (maror), carne del sacrifico pascual (korbán Pesaj) y relatar la salida de Egipto. El séptimo día de Pesaj es aquél en el cual HaShem partió para nosotros las aguas del Mar Rojo (o Mar de Juncos) y nos hizo atravesarlo por tierra seca ahogando en él a los egipcios que nos perseguían.

En la festividad de Shavuot HaShem nos entregó la Torá por medio de la cual reparamos el mundo, y en virtud de ello se nos ordenó traer al Templo dos panes hechos de jametz (masa leudada) para enseñarnos que por medio de la Torá también la inclinación al mal, que está insinuada en el jametz, puede ser reparada y se suma al ámbito de la santidad (adelante 13:7).

El primero de Tishrei es el día de la Creación del universo, o más precisamente es el sexto día de la Creación en el cual fue creado Adam y se nos ordenó hacer de este un Día de Recordación (Yom Hazikarón), tocar el Shofar y despertarnos para el retorno a D´s (teshuvá). Hay otro día sagrado y solemne que es Yom Kipur. Sin embargo, debido que sus prohibiciones son más estrictas y rigurosas, no se lo considera como uno de los días festivos.

A diferencia de los anteriores, el primer día de Sucot no fue establecido en virtud de algún hecho específico sino porque en él evocamos en general la Providencia Divina sobre nosotros cuando HaShem nos sacó de Egipto, nos condujo por el desierto y extendió sobre nosotros las nubes de Su Gloria Celestial. Esta festividad se celebra en el tiempo en que se termina de recolectar la cosecha, tiempo en el cual compendiamos el ciclo anual de festividades y le agradecemos a HaShem por los frutos del año. De la festividad de Sucot llegamos a la de Sheminí Atzeret, que es la celebración última que resume el año y en la cual accedemos a un alto grado de apego a HaShem nuestro D´s y por lo tanto corresponde culminar en esta el ciclo de lectura de la Torá y regocijarnos en ella.

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02 – Las temporadas agrícolas y los días de juiciohttps://ph.yhb.org.il/es/12-01-02/ https://ph.yhb.org.il/es/12-01-02/#respond Thu, 30 Nov 2000 22:02:57 +0000 https://ph.yhb.org.il/es/?p=4709Los nombres de las fiestas de peregrinación expresan la temporada agrícola en la cual se celebran, tal como está escrito (Shemot–Éxodo 23:14-17): «Tres veces en el año festejarás ante Mí.  La festividad de los Panes Ácimos habrás de observar… en el tiempo del mes de Aviv (primavera), ya que en él saliste de Egipto…Y la […]

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Los nombres de las fiestas de peregrinación expresan la temporada agrícola en la cual se celebran, tal como está escrito (Shemot–Éxodo 23:14-17): «Tres veces en el año festejarás ante Mí.  La festividad de los Panes Ácimos habrás de observar… en el tiempo del mes de Aviv (primavera), ya que en él saliste de Egipto…Y la festividad de la Siega (Shavu’ot): las primicias de tus labores, lo que sembrares en el campo y la festividad de la Recolección (Sucot), al concluir el año, cuando tú recojas el fruto de tus labores del campo. Tres veces en el año serán vistos todos tus varones ante la presencia del Señor HaShem». Asimismo, está escrito (Shemot-Éxodo 34:18-23): «La festividad de los Panes Ácimos habrás de observar…en el tiempo del mes de Aviv (primavera), ya que en el mes de Aviv saliste de Egipto…La festividad de las Semanas habrás de hacer: las primicias de la siega del trigo; y la festividad de la Recolección al concluir el año».

La festividad de Pesaj se corresponde con el mes de Aviv (primavera) en el cual todo comienza a florecer. La festividad de Shavuot es llamada la «Fiesta de la Siega» en la cual se completa la cosecha del trigo que representa el alimento principal del ser humano. La festividad de Sucot es llamada la «Fiesta de la Recolección», en la cual se termina de almacenar en la casa las cosechas y los frutos de todo el año. Estas son temporadas del año en las que naturalmente el ser humano se alegra, en la primavera por la germinación y florecimiento que irrumpen vigorosamente tras el invierno, en la siega por efecto de la abundante bendición de la cosecha y durante la recolección por los numerosos buenos frutos que logramos almacenar en nuestras despensas. Se nos ordenó elevar y santificar estos sentimientos naturales por medio de los preceptos festivos.

El proceso natural en este mundo físico refleja el proceso espiritual que tienen lugar en los mundos superiores. Pesaj es un tiempo de inicio y renovación, por ello en él salimos de Egipto y nos transformamos en una nación. Shavuot es un tiempo de maduración del proceso de germinación y florecimiento hasta alcanzar su cima, y por ello en él recibimos la Torá (adelante 13:1-4). La festividad de Sucot es un tiempo de alegría, síntesis y evaluación de la bendición material y es el tiempo en el cual expresamos nuestro gran regocijo por la Divina Presencia que reposa sobre nosotros y por todas las cosas buenas que se derivan o surgen del hecho de vivir bajo Su Providencia.

Cada festividad expresa la conclusión de una etapa tanto en el aspecto de la naturaleza, así como espiritual: Pesaj finaliza la etapa de la irrupción de la primavera tras el adormecimiento invernal y la salida de Egipto de la casa de la esclavitud. En Shavuot concluye la primera etapa del florecimiento, por lo que es tiempo de siega de la cosecha y entrega de la Torá. En Sucot culminan todas las etapas, se recolectan todos los frutos tanto materiales como espirituales los cuales expresan el vínculo completo de Israel con HaShem. A los efectos de unir el proceso agrícola natural y el proceso espiritual correspondiente con su origen sagrado se nos ordenó ascender al Templo de Jerusalém en las tres fiestas de peregrinación para ofrendar los sacrificios de Olá, Shelamim y alegrarnos ante D´s.

Los días festivos son también días de juicio. Afirmaron nuestros sabios en la Mishná (Rosh Hashaná 16(A)) que el mundo es juzgado en cuatro oportunidades o etapas: en Pesaj por la cosecha que está por crecer y madurar hasta Shavuot, en Shavuot somos juzgados por las frutas de los árboles que habrán de producirse durante el verano y en Sucot somos juzgados por el agua, o sea, por las lluvias invernales. Rosh Hashaná es el día general de juicio para todas las personas que habitan la tierra. Por medio de la observancia de las festividades conforme a sus normas, somos juzgados favorablemente y este es el buen consejo que nos dio HaShem por medio de los preceptos festivos, conectarnos a él en cada temporada con agradecimiento y alegría y de esa manera atraer la bendición para la temporada siguiente.

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03 – Israel y los tiemposhttps://ph.yhb.org.il/es/12-01-03/ https://ph.yhb.org.il/es/12-01-03/#respond Thu, 30 Nov 2000 22:03:57 +0000 https://ph.yhb.org.il/es/?p=4711La santidad del Shabat es fija y existe desde que HaShem creó el mundo en seis días y cesó de hacerlo el séptimo. En cambio, la santidad de las fiestas depende del pueblo de Israel. Esta cuestión encierra dos aspectos. El primero, que la idea especial de cada festividad se reveló por medio del pueblo […]

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La santidad del Shabat es fija y existe desde que HaShem creó el mundo en seis días y cesó de hacerlo el séptimo. En cambio, la santidad de las fiestas depende del pueblo de Israel. Esta cuestión encierra dos aspectos. El primero, que la idea especial de cada festividad se reveló por medio del pueblo de Israel:  en Pesaj HaShem sacó a Israel de Egipto, en Shavuot le entregó la Torá, en Sucot recordamos Su especial Providencia sobre nosotros. En Rosh Hashaná, el pueblo de Israel se presenta ante HaShem como los enviados en representación de todas las naciones del mundo para coronar a D´s sobre el universo. El segundo aspecto intrínseco es que todas las fiestas dependen del calendario hebreo, el cual es consagrado por el pueblo de Israel. Esto es, si bien el mes hebreo depende del ciclo de la luna, la visibilidad de esta en su renovación no determina por sí sola la consagración del novilunio, sino que únicamente el Tribunal del pueblo de Israel puede hacerlo, tal como está escrito (Shemot-Éxodo 12:2): «Este mes será para vosotros» – «Este testimonio os será dado a vosotros» (Talmud Babilonio Tratado de Rosh Hashaná 22(A)). Unos trecientos años después de la destrucción del Segundo Templo, cuando los sabios de la tierra de Israel y primero entre estos el Nasí Hilel II vieron que en virtud de la sumisión y las desgracias recurrentes los sabios judíos tendrían enormes dificultades en continuar consagrando los meses, calcularon los meses y los años, consagrándolos hasta el final de las generaciones por medio de cálculos astronómicos. De todas maneras, la consagración de los meses depende aún de los judíos que habitan la tierra de Israel ya que deben ser estos últimos quienes los determinan empleando el método fijo de cálculo calendario; y en caso de que – D´s no lo permita – llegase a no haber judíos en la tierra de Israel, la fijación de los meses establecida por el último gran tribunal quedaría sin efecto y se verían anulados tanto los meses como las festividades. Sin embargo, HaShem nos prometió que algo así no ocurrirá jamás (Rambám Kidush Hajodesh 5:1-3, Sefer Hamitzvot 153, Pninei Halajá Zmanim 1:3).

Vemos que la santidad de las Festividades depende del pueblo de Israel y a este aspecto se refieren nuestros sabios cuando establecieron que recitemos en el rezo y en el Kidush festivo las palabras: «Bendito eres Tú HaShem que santifica a Israel y a los tiempos». Aparentemente, esto resulta difícil de comprender ya que es sabido que no se finaliza una bendición mencionando dos cuestiones diferentes. Lo que ocurre es que el pueblo de Israel y los tiempos no son dos temas separados, dado que Israel es quien los consagra (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 49(A)). Por su parte, la santidad del Shabat es fija y fue establecida por HaShem por lo que la bendición sabática reza: «Bendito eres Tú HaShem que santifica el Shabat» (ídem Pesajim 117(B)). Por ello, a pesar de que el Shabat es un día sagrado y superior en santidad a las festividades, el precepto de la alegría es mayor en estas últimas, ya que es cuando se revela más claramente el valor de nuestras acciones en este mundo.

Dado que la santidad de las festividades depende del pueblo de Israel, resulta que en estas se pone de manifiesto el hecho que dicha santidad es proyectada hacia cada uno de los miembros de la nación revelando la unión del pueblo. Es así como vemos que, en el caso de Shavuot, al pararnos unidos frente al Monte Sinaí recibimos la Torá (adelante 13:6). En el caso del Korbán Pesaj, este también insinúa la cuestión de la unidad del pueblo de Israel y su singularidad (Maharal de Praga Guevurot HaShem 36-37). De igual forma, las cuatro especies que tomamos en Sucot aluden a la unidad entre los diferentes sectores del pueblo.

Como continuación de esto, a los efectos de no generar una disparidad entre quienes peregrinan al Templo, los sabios dictaron medidas contemporizadoras respecto de la actitud a tener para con los amei haaretz (lit. pueblo de la tierra), esto es, con aquellos judíos legos en cuestiones religiosas. Los sabios decretaron que durante todo el año el contacto con un am haaretz impurificaba ya que entre estos abundaban los que no eran cuidadosos en el cumplimiento de las reglas de pureza e impureza. En las festividades, los sabios indicaron que se acepta la declaración del am haaretz respecto de su estatus de pureza de modo tal que todo aquél que se declara puro se le cree y no impurifica por contacto la carne de los sacrificios y demás alimentos. Los sabios basaron su decisión en el versículo (Shoftim-Jueces 20:11) que dice «Y se reunió todo el pueblo de Israel en la ciudad, en confraternidad, como un solo hombre» – cuando todos se reúnen, todos entran en la categoría de javerim cuya declaración de pureza es fidedigna (Talmud Babilonio Tratado de Jaguigá 26(A)). Asimismo, fue dicho (Tehilim-Salmos 122:3): «Jerusalém, que fuiste construida como una ciudad unida» – que hace unir a todos los judíos (Talmud Jerosolimitano Tratado de Jaguigá 3:6).

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04 – El Shabat y las fiestas – los preceptos y los castigoshttps://ph.yhb.org.il/es/12-01-04/ https://ph.yhb.org.il/es/12-01-04/#respond Thu, 30 Nov 2000 22:04:49 +0000 https://ph.yhb.org.il/es/?p=4713Para cada uno de los seis días festivos fue establecido un precepto positivo de cesar en la realización de labores y otro restrictivo de no realizar labor alguna. Es así como tenemos doce preceptos que se ocupan de la cesación de la realización de labores en Yom Tov. Por otra parte, para la cesación de […]

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Para cada uno de los seis días festivos fue establecido un precepto positivo de cesar en la realización de labores y otro restrictivo de no realizar labor alguna. Es así como tenemos doce preceptos que se ocupan de la cesación de la realización de labores en Yom Tov.

Por otra parte, para la cesación de labores en Shabat se nos ordenaron únicamente dos preceptos, uno es positivo – cesar en la realización de labores y el segundo es restrictivo – no realizar labores (Pninei Halajá Shabat 9:1). Esto se debe a que el Shabat es uno y una es su temática al tiempo que cada fiesta posee su propio significado y por ello fuimos preceptuados separadamente por cada una de las festividades.

El aspecto en común tanto del Shabat como de las festividades es que, en cada Shabat o festividad existe un precepto positivo que ordena cesar la realización de labores y otro restrictivo que prohíbe efectuarlas. Resulta entonces que quien cesa en Shabat o Yom Tov cumple con un precepto positivo y si realiza labores prohibidas deja sin efecto un precepto positivo y transgrede uno restrictivo. Dado que en las festividades se nos ordenó también cesar en la realización de labores, estas reciben un nombre similar al de Shabat – Shabatón, y a veces son llamadas simplemente Shabat a secas (Talmud Babilonio Tratado de Menajot 65(B)). Sin embargo, existe una diferencia entre Shabat y Yom Tov respecto de la gravedad del precepto de cesar las labores, ya que en Shabat está prohibido realizar toda labor (Pninei Halajá Shabat 9:1-2) mientras que en Yom Tov están permitidas aquellas vinculadas a la preparación de alimentos en el hogar y solo fueron prohibidas las relativas al trabajo. Esta es la regla general, cuanto mayor es la santidad del día, más debemos anularnos ante la Providencia Divina y alejarnos en mayor medida de las labores (ver adelante 3:1, 10:7).

Otro tanto ocurre con las sanciones. Las penas por transgredir el Shabat son más graves que por transgredir Yom Tov. Quien realiza voluntariamente una labor en Shabat, si fue visto por dos testigos y recibió la advertencia correspondiente y a pesar de ellos volvió a transgredir – es pasible de la pena de lapidación, y si transgredió voluntariamente en ausencia de testigos es pasible de la pena de caret. Empero, quien transgredió realizando involuntariamente una labor en Shabat – debe traer un sacrificio de expiación por el pecado (Korbán Jatát) (Rambám Shabat 1:1). En cambio, en el caso de Yom Tov, quien realiza voluntariamente una labor delante de testigos es pasible de recibir cuarenta azotes, y si lo hace involuntariamente – no precisa traer un sacrificio expiatorio por el pecado. Existe otra diferencia y radica en que quien realiza simultáneamente diferentes labores en Shabat debe traer un sacrificio expiatorio separado por cada una de ellas mientras que quien realiza simultáneamente diferentes labores voluntarias y ante testigos en Yom Tov es azotado por todas ellas una sola vez (Talmud Babilonio Tratado de Macot 21(B), Rambám Yom Tov 1:3).

Respecto de los sacrificios que se nos ordenó ofrendar en el Templo de Jerusalém, Shabat posee un orden propio de ofrendas, tal como se explica en la porción de lectura de Pinjás (Bamidbar-Números 28). Asimismo, existen preceptos que son específicos de las festividades y no aplican en Shabat. En Pesaj es preceptivo ingerir matzá y está prohibido comer jametz, amén de un sinnúmero de preceptos que rigen en la noche del Seder. En Rosh Hashaná es preceptivo tocar el Shofar. En Sucot es preceptivo habitar la sucá y tomar el Lulav. En Shavuot y en Sheminí Atzeret no hay precepto especial salvo el de la alegría ya que ambas fechas implican una reunión (Atzeret) popular festiva que funge como conclusión de un proceso. En Shavuot concluye el proceso que inicia con la salida de Egipto hasta la entrega de la Torá (adelante 13:6) y en Sheminí Atzeret concluye el ciclo de las tres festividades de peregrinación y el proceso de retorno y expiación con la subsiguiente alegría.

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05 – El precepto de estudiar Torá en la festividadhttps://ph.yhb.org.il/es/12-01-05/ https://ph.yhb.org.il/es/12-01-05/#respond Thu, 30 Nov 2000 22:05:36 +0000 https://ph.yhb.org.il/es/?p=4715Es preceptivo acrecentar el estudio de la Torá en Shabat y festividades, tal como afirmaron nuestros sabios (Talmud Jerosolimitano Tratado de Shabat 15:3): «Los sábados y los días festivos no fueron dados sino para ocuparse en ellos del estudio de la Torá». Esto implica tres fundamentos: el primero – el precepto del estudio de la […]

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Es preceptivo acrecentar el estudio de la Torá en Shabat y festividades, tal como afirmaron nuestros sabios (Talmud Jerosolimitano Tratado de Shabat 15:3): «Los sábados y los días festivos no fueron dados sino para ocuparse en ellos del estudio de la Torá». Esto implica tres fundamentos: el primero – el precepto del estudio de la Torá, del cual dijeron nuestros sabios que está equiparado en su importancia a todos los preceptos (ídem Tratado de Peá 1:1, Rambám Hiljot Talmud Torá 3:3-9). Todo miembro del pueblo de Israel está preceptuado de hacerlo, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 5:1): «Y los estudiaréis y cuidaréis de practicarlos». Además, es preceptivo estudiar Torá también durante la noche, tal como está escrito (Yehoshúa-Josué 1:8) «No se apartará este libro de la Torá de tu boca y lo estudiarás día y noche». Por lo tanto, la persona debe estudiar Torá todos los días de su vida e incluso en el día de su muerte no se habrá de privar de la casa de estudio ni del estudio de Torá (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 83(B)); ya que si se aparta de ella olvida lo aprendido. Por ello la Torá advierte (Devarim-Deuteronomio 4:9): «Tan sólo cuídate y cuida tu alma, no sea que olvides… no sea que se aparten de tu corazón todos los días de tu vida» (Rambám Hiljot Talmud Torá 1:3, 1:10). Mientras que una persona puede dedicarse al estudio y no lo hace entra en la categoría de «aquel que desprecia la palabra de D´s» (Talmud Babilonio Tratado de Sanhedrín 99(A)). Empero, en los días de la semana, estando ocupados ganando el sustento, no es posible abundar en el estudio y sin embargo es preceptivo fijar tiempos para ello tanto de día como de noche (Rambám allí 1:8, 3:13). Empero, en sábados y festividades cuando la persona está libre de sus labores, el precepto de estudiar Torá recobra su vigencia total. A esos efectos, se le otorgó al pueblo de Israel sábados y días festivos, para que en esos días estén libres de toda labor y puedan dedicarse al estudio de la Torá (ver Tana Debei Eliahu Rabá 1).

El segundo fundamento consiste en que los sábados y días festivos son días sagrados que fueron entregados al pueblo de Israel para que en ellos se eleven en los peldaños del estudio de la Torá y por su intermedio iluminen al resto de los días comunes. El Shabat está destinado a iluminar y elevar en cada semana a los seis días hábiles y cada una de las festividades tienen por cometido iluminar con su luz especial a todo el año. Es por ello que Moshé Rabenu estableció que el pueblo de Israel leyese durante las festividades la porción de la Torá correspondiente a la celebración, así como establecer el dictamen que «se pregunte e investigue sobre la cuestión del día, las halajot de Pesaj en Pesaj, las halajot de Atzeret (Shavu’ot) en Atzeret y las halajot de Jag (Sucot) en Jag (Talmud Babilonio Tratado de Meguilá 32(A), Shaar Hatziún 429:5). Esto es lo que le dijo el Eterno a Moshé Rabenu: «Reúne grandes congregaciones y enséñales públicamente sobre los temas inherentes al día (festivo), para que las generaciones siguientes aprendan de ti a reunir multitudes en cada Shabat y cada festividad en las casas de estudio, a fin de enseñar al pueblo de Israel las palabras de la Torá relativas a lo permitido y lo prohibido, para que de esa manera Mi Nombre sea exaltado entre Mis hijos» (Yalkut Shimoní Vaiakhel 408). Así acostumbraron hacer los sabios de Israel durante todas las generaciones, enseñando públicamente tanto Halajá como Agadá. La conferencia o derashá central se llamaba pirka y se ponía gran énfasis en que todos asistan a escucharla (Pninei Halajá Shabat 5:4, ídem en las extensiones). Asimismo, en las noches sabáticas y festivas se fijaba una conferencia o derashá y por lo que parece en esta se ocupaban ampliamente de la Agadá (Mordejai Pesajim 611) y las mujeres también asistían a oírla (Talmud Jerosolimitano Tratado de Sotá 1:4).

El tercer fundamento consiste en que el estudio es una de las expresiones del precepto de alegrarnos en la festividad, ya que éste alegra, tal como está escrito (Tehilim-Salmos 19:9): «Las ordenanzas de D´s son rectas, alegran el corazón». Por este motivo está prohibido estudiar Torá el día 9 de Av o en días de duelo (Talmud Babilonio Tratado de Ta’anit 30(A), Shaagat Arié 69).

Además del precepto de abundar en el estudio de la Torá durante la festividad, quien está sentado a la mesa festiva debe pronunciar en ésta palabras de Torá para de esa forma conectar el alimento con su raíz espiritual. En caso de no hacerlo así, su alimento se asemeja a una ofrenda a deidades paganas (muertos), por cuanto que se trata de una comida desconectada del alma (Mishná Avot 3:3, Pninei Halajá Berajot 13:8). Es especialmente importante ser cuidadoso en este mandamiento durante las comidas festivas, ya que cuanto más importante y alegre es la comida más abre los corazones y potencia los sentidos, y si estos sentimientos no son elevados por medio de palabras de Torá, cánticos y alabanzas, se teme que puedan degenerar en liviandad y conductas poco respetuosas. Asimismo, aprendimos que los sabios condenaron a quienes, en el marco de la alegría festiva, entonan cánticos soeces u ordinarios, y en caso de hacerlo por medio de versículos del Cantar de los Cantares, la ofensa es mayor aún. «Enseñaron nuestros sabios: Quien lee un versículo del Cantar de los Cantares y hace de este una especie de canción y quien lee un versículo en una sala de fiestas fuera de su momento y contexto indicados – provoca malestar en el mundo. Esto se debe a que en una circunstancia así la Torá viste de luto, se presenta ante el Santo Bendito Es y le dice: ‘Amo del universo, Tus hijos han hecho de mí como un violín que lo ejecutan escarnecedores. Le respondió el Creador: Hija Mía, ¿de qué se habrán de ocupar a la hora de comer y beber? Entonces dijo la Torá: Soberano del Universo, si saben de Biblia que estudien Torá, Profetas y Hagiógrafos; si saben de Mishná que estudien la Torá Oral, halajot y agadot; y si saben de Talmud que estudien las halajot de Pesaj en Pesaj, las halajot de Atzeret en Atzeret y las halajot de Jag en Jag'» (Talmud Babilonio Tratado de Sanhedrín 101(A)).

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06 – El tiempo del estudio y el de las comidashttps://ph.yhb.org.il/es/12-01-06/ https://ph.yhb.org.il/es/12-01-06/#respond Thu, 30 Nov 2000 22:06:15 +0000 https://ph.yhb.org.il/es/?p=4717Respecto de la tendencia general que engloba a la festividad nos encontramos ante dos versículos contradictorios, en uno dice que el día es para D´s – «Atzeret (reunión) para D´s tu Señor» (Devarim-Deuteronomio 16:8), y en el otro dice que el día es para ustedes «Atzeret será para ustedes» (Bamidbar-Números 29:35). Según la opinión de […]

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Respecto de la tendencia general que engloba a la festividad nos encontramos ante dos versículos contradictorios, en uno dice que el día es para D´s«Atzeret (reunión) para D´s tu Señor» (Devarim-Deuteronomio 16:8), y en el otro dice que el día es para ustedes «Atzeret será para ustedes» (Bamidbar-Números 29:35). Según la opinión de Rabí Yehoshúa la intención de la Torá es que dividamos el día «mitad para D´s y mitad para nosotros», esto es, «una mitad destinada a la comida y la bebida y la otra destinada para la Casa de Estudio». Según la opinión de Rabí Eliezer una persona o puede escoger si dedicarlo por completo a D´s en la casa de estudio o todo para «ustedes» en la comida (Talmud Babilonio Tratado de Pesajim 68(B), Beitzá 15(B)). Asimismo, quien escoge dedicar todo el día a la Torá, según Rabí Eliezer debe probar algo de alimentos para así no afligirse. Por otra parte, quien decide dedicar todo el día a comer, debe rezar y llevar a cabo algún tipo de estudio tanto en la noche como durante el día amén de pronunciar palabras de Torá durante las comidas (Rabenu Peretz, Rabí Aharón Haleví, Shnei Lujot Habrit). Además, cabe agregar que, si se decide ocupar todo el día en la comida festiva, la elección debe realizarse en aras de los cielos, esto es, para alegrarse con la santidad del tiempo festivo y con ello complacer a personas pobres y solas (Prí Tzadik Jag Hashavuot 5, adelante 11).

En la práctica, la halajá fue sentenciada conforme a la opinión de Rabí Yehoshúa en cuanto a que se debe dividir el día, una mitad debe pasarse en la casa de estudio y la otra comiendo y bebiendo (Shulján Aruj 529:1). Hay quienes dicen que se debe ser exacto y tener cuidado que no menos de la mitad del tiempo este dedicada a HaShem, y Rabí Jaím ben Atar escribió que quien reduce la mitad dedicada a D´s es como si le robase Su parte (Rishón Letzión a Tratado de Beitzá 15(B)). Y hay quienes sostienen que no se hace necesario calcular las horas con exactitud, sino que se debe estudiar aproximadamente medio día (Prí Megadim). Creemos que dado que en la práctica no se cuentan las horas se descuida mucho la parte que debe ser dedicada a la Torá y a los efectos de devolver al precepto su sitial correspondiente es necesario calcular las horas del día y acostumbrarse a dedicar la mitad del tiempo a HaShem. Creemos que las siete horas que la persona suele dormir diariamente no ingresan a la cuenta, por lo que restan dieciocho horas de las veinticinco que dura la festividad, y de estas se le deben dedicar a D´s nueve. Si bien la parte principal de este tiempo debe estar dedicada a la Torá, tal como dijeron los sabios «la mitad del tiempo en la casa de estudio» (Talmud Babilonio Tratado de Pesajim 68(B)), de todas maneras, el rezo ingresa en las horas dedicadas a D´s a condición que este no se estire con cánticos y oficios largos, y en caso de hacerlo no debe ingresar en la cuenta de las horas dedicadas a HaShem (Rabí Shelomó Luria, Maguén Abraham). Resulta entonces que de las nueve horas se pueden adjudicar unas tres al rezo por lo que se le deben dedicar otras seis horas al estudio de la Torá.

Las mujeres también están preceptuadas de estudiar Torá en la festividad, y es así que acostumbraron a participar de clases y conferencias en Shabat y días de fiesta. Empero, las mujeres no tienen el deber de dedicar a mitad del tiempo a HaShem, mas aquella que tenga el mérito de hacerlo será bendecida.

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07 – Las comidas festivas – convocaciones sagradashttps://ph.yhb.org.il/es/12-01-07/ https://ph.yhb.org.il/es/12-01-07/#respond Thu, 30 Nov 2000 22:07:53 +0000 https://ph.yhb.org.il/es/?p=4720Es preceptivo realizar dos comidas importantes en la festividad, una en la noche y la otra en el día, siendo estas una de las expresiones centrales de la santidad de la festividad, puesto que respecto de todas estas está escrito que son «convocaciones sagradas» (Mikraei Kodesh), y sobre esto dijeron nuestros sabios (Sifra Emor 12:4): […]

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Es preceptivo realizar dos comidas importantes en la festividad, una en la noche y la otra en el día, siendo estas una de las expresiones centrales de la santidad de la festividad, puesto que respecto de todas estas está escrito que son «convocaciones sagradas» (Mikraei Kodesh), y sobre esto dijeron nuestros sabios (Sifra Emor 12:4): «¿Por medio de qué la has de consagrar? Con alimento, bebida y ropa limpia». En esto las festividades son similares al Shabat, pues tanto las festividades como el Shabat son denominados «convocaciones sagradas». Escribió Rambám (Yom Tov 6:16): «Así como es preceptivo honrar el Shabat y deleitarlo, lo mismo debe hacerse con los Días Festivos (Yamim Tovim), tal cual está escrito sobre el primero: ‘el día santificado de HaShem honrado’. Sobre los segundos está escrito que son ‘convocaciones sagradas'» (Shulján Aruj 529:1).

Ahora bien, los sabios establecieron que en Shabat se ingieran tres comidas ya que así lo que aprendieron de lo insinuado en los versículos (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 117(B)), y esto apunta a los niveles elevados del Shabat. Empero en Yom Tov es preceptivo realizar dos comidas, una por la noche y la otra en el día (Rosh y Tur), ya que todos los días una persona precisa ingerir dos comidas, y el precepto festivo es transformarlas en importantes (Shulján Aruj 529:1, Birjei Iosef 3, Mishná Berurá 13, Kaf HaJaím 24).

Es preceptivo comer pan en cada una de las dos comidas festivas (ver adelante 2:5), y también lo es bendecir sobre dos panes ya que al igual que en el caso del Shabat, en Yom Tov no descendía maná y en la víspera de la festividad descendía doble ración del alimento celestial (Shulján Aruj 529:1, Pninei Halajá Shabat 7:3).

Si bien la santidad del Shabat es superior a la de las festividades, es preceptivo abundar en alimentos festivos y vestir prendas valiosas en mayor medida que en Shabat en virtud del precepto «Y te alegrarás en tu fiesta», tal como se explicará en la próxima halajá.

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08 – El precepto de alegrarsehttps://ph.yhb.org.il/es/12-01-08/ https://ph.yhb.org.il/es/12-01-08/#respond Thu, 30 Nov 2000 22:08:41 +0000 https://ph.yhb.org.il/es/?p=4722Es precepto positivo alegrarse en las festividades, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 16:14): «Y te alegrarás en tu fiesta». Ya aprendimos que los sábados y las festividades son denominados «convocaciones sagradas», por lo que se los debe honrar con buena comida y vestimentas elegantes (Sifra Emor 12:4). Y el precepto de la alegrarse en la […]

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Es precepto positivo alegrarse en las festividades, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 16:14): «Y te alegrarás en tu fiesta». Ya aprendimos que los sábados y las festividades son denominados «convocaciones sagradas», por lo que se los debe honrar con buena comida y vestimentas elegantes (Sifra Emor 12:4). Y el precepto de la alegrarse en la festividad viene a agregar a este precepto otro nivel, esto es, que en Yom Tov se coma más carne y se beba más vino que en Shabat (tal como se explicará en la siguiente halajá). Asimismo, es preceptivo vestir ropas más elegantes en Yom Tov que en Shabat, ya que en Shabat se debe vestir prendas honorables mientras que en Yom Tov se debe lucir las mejores. En caso de precisar adquirir vestimenta festiva es correcto hacerlo en víspera de un Yom Tov (Shulján Aruj 529:1, Maguén Abraham 4, Mishná Berurá 12).

El precepto de la alegría festiva consta de cuatro partes: 1) Lo principal del precepto es hacer algo especial que implique una gran alegría, que irradie un sentimiento de felicidad durante toda la festividad. Dado que existen diferencias entre hombres y mujeres, a fin de alegrar a los hombres las comidas festivas deben incluir carne y vino (tal como se explicará en la siguiente halajá). Para alegrar a las mujeres, previo a la fiesta se debe comprar una prenda nueva o una alhaja, cumpliéndose el precepto por medio de la adquisición de una prenda (adelante 10). Para alegrar a los niños se deben adquirir golosinas pues estas son las que más los complacen. 2) Tanto las festividades como el Shabat son denominados «convocaciones sagradas» y es preceptivo consagrarlos por medio de comida buena y ropa elegante. Dado que en las festividades se suma el precepto de alegrarse, de esto resulta que tanto hombres como mujeres deben poner énfasis en hacerlo en estas más que en Shabat por medio de comida y ropa mejores que las sabáticas. Asimismo, es preceptivo también estudiar Torá, ya que esta es una actividad que reconforta y deleita (arriba 5). 3) Toda actividad que suele contentar a las personas tales como cantar, bailar o pasear, para aquel que se alegra por su intermedio es preceptivo realizarla (adelante 13). 4) Durante los días festivos es preceptivo estar de buen humor, alegres, de buen talante y evitar todo aquello que resulte penoso y angustiante, por lo que está prohibido enlutarse, recitar discursos luctuosos o ayunar (adelante 14).

La alegría debe centrarse en la festividad y no en otra cosa que pueda hacer olvidarla. Por ello, está prohibido desposar una mujer en las festividades, tal como enseñaron nuestros sabios (Talmud Babilonio Tratado de Moed Katán 8:2): «Y te alegrarás en tu fiesta y no en tu mujer», ya que quien desposa una mujer se alegra por el enlace y no presta atención a la alegría festiva. Empero, está permitido desposar una mujer en víspera de la fiesta y llevar a cabo la comida nupcial con las siete bendiciones en la fiesta pues de esta forma la alegría festiva está en el centro y la alegría de las siete bendiciones nupciales no la afecta, sino que se suma a la primera (Shulján Aruj 546:1-3, adelante 10:4).

Si bien el precepto de «y te alegrarás en tu fiesta» (Devarim-Deuteronomio 16:14) fue dicho en la Torá respecto de las tres fiestas de peregrinación, Rosh Hashaná se encuentra incluida en este mandato ya que todas las festividades fueron equiparadas entre sí. Empero, la alegría de las fiestas de peregrinación es mayor, pues en estas es preceptivo ascender a Jerusalém y allí ofrendar sacrificios de agradecimiento (Mishná Berurá 597:1).

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09 – El vino y la carne en la alegría festivahttps://ph.yhb.org.il/es/12-01-09/ https://ph.yhb.org.il/es/12-01-09/#respond Thu, 30 Nov 2000 22:09:13 +0000 https://ph.yhb.org.il/es/?p=4724En tiempos del Templo de Jerusalém la alegría festiva tenía lugar principalmente en la ciudad sagrada por medio del sacrificio festivo (Korbán Jaguigá), tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 16:11): «Y te alegrarás ante HaShem tu D´s… en el sitio en el cual HaShem tu D´s escoja asentar Su Nombre», y está escrito (ídem 27:7): «Y […]

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En tiempos del Templo de Jerusalém la alegría festiva tenía lugar principalmente en la ciudad sagrada por medio del sacrificio festivo (Korbán Jaguigá), tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 16:11): «Y te alegrarás ante HaShem tu D´s… en el sitio en el cual HaShem tu D´s escoja asentar Su Nombre», y está escrito (ídem 27:7): «Y ofrendarás sacrificios de agradecimiento y comerás allí y te alegrarás ante HaShem tu D´s» (tal como se explicará en la halajá 15).

Una vez destruido el Templo el precepto de la alegría adicional entre los hombres se cumple por medio de la ingestión de vino con la comida (Talmud Babilonio Tratado de Pesajim 109(A), Shulján Aruj 529:1). Es posible cumplir el precepto por medio de una bebida que contenga alcohol ya que alegra, empero es preferible ingerir vino que es la más importante de las bebidas. Quien bebe jugo de uva no cumple con el precepto porque esta bebida no contiene alcohol y por ende no alegra. La cantidad de vino que alegra es aquella que dificulta un poco la concentración, al punto que se prohíbe a los rabinos realizar un dictamen de halajá en ese estado (Maguén Abraham 99:1). Hubo entre los grandes sabios quienes bebían ingentes cantidades de vino en la comida festiva y se abstenían de dictar halajá desde entonces y hasta el día siguiente (Talmud Babilonio Tratado de Beitzá 4(A), Kritot 13(B), Shaj Ioré Deá 242:19). Los sabios calcularon que como mínimo, en aras de alegrarse, se debe beber un poco más de un reviít de vino (75 ml.) aunque para llegar a sentirse alegres, la mayoría de las personas precisan beber mucho más que esta cantidad.

No se debe abusar del vino para no emborracharse, pues en la ebriedad no hay alegría sino descontrol, necedad y desconexión de la vida real, y a nosotros se nos ordenó regocijarnos por medio de una alegría conectada a la vida y que le aporte a esta el sentido y el valor del precepto y de la santidad.

Si bien lo principal del precepto de alegrarnos en la festividad pasa por la ingestión de vino, también es preceptivo comer carne animal (Shulján Aruj 529:1, Shulján Aruj HaRav 7, Mishná Berurá 11). A aquel al que le apetece más la carne de ave, así como también quien no tiene la posibilidad de conseguir carne animal, es preceptivo que coma ave pues su ingestión también alegra y le confiere a la comida carácter festivo (Javot Iair final del inciso 178).

Lo principal del precepto de alegrarse se lleva a cabo durante la comida diurna, y tal como vemos todos los preceptos de las fiestas se cumplen principalmente durante el día. Si bien durante la comida nocturna es también preceptivo comer alimentos buenos en abundancia que alegren más que los servidos en las mesas sabáticas, de todas maneras, no es preceptivo beber vino en abundancia como durante la comida diurna.

Las mujeres también deben ingerir comidas importantes y que alegren empero no están preceptuadas de beber vino. Una mujer que se alegra de beber vino – es preceptivo que lo ingiera. Un hombre al que no le gusta beber vino o comer carne – no debe obligarse a ingerirlos, y a los efectos de regocijarse en la festividad habrá de adquirir los alimentos que más le plazcan (Shaagat Arié 65).

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10 – El precepto de alegrarse para las mujereshttps://ph.yhb.org.il/es/12-01-10/ https://ph.yhb.org.il/es/12-01-10/#respond Thu, 30 Nov 2000 22:10:49 +0000 https://ph.yhb.org.il/es/?p=4726Es precepto positivo para las mujeres alegrarse en la festividad. A pesar de tratarse de un precepto marcado por el tiempo, empero en este caso es común a ambos sexos, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 16:14): «Y te alegrarás en tu fiesta tú y tu hijo y tu hija». Asimismo, aprendimos que una persona debe […]

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Es precepto positivo para las mujeres alegrarse en la festividad. A pesar de tratarse de un precepto marcado por el tiempo, empero en este caso es común a ambos sexos, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 16:14): «Y te alegrarás en tu fiesta tú y tu hijo y tu hija». Asimismo, aprendimos que una persona debe alegrarse al ingerir el sacrificio de agradecimiento que adquirió del dinero del segundo diezmo (Maaser Shení) junto con su mujer, tal como está escrito (ídem 14:26): «Y comerás allí ante HaShem tu D´s y te alegrarás tú y tu casa», «Tu casa» es tu mujer (Talmud Babilonio Tratado de Ievamot 62(B)). Si bien las mujeres no tienen el deber de peregrinar y ofrendar sacrificios, en cuanto al precepto de alegrarse están preceptuadas igual que los hombres y por ello aquellas que hayan peregrinado cumplieron con el precepto de la alegría festiva al ingerir la carne de la ofrenda de agradecimiento (Shelamim) (Rambám Jaguigá 1:1). En el caso de mujeres que no habían peregrinado, debían regocijarse por medio de las otras cuestiones que generan regocijo (Shaagat Arié 65).

Una vez destruido el Templo el precepto de alegría especial se cumple entre las mujeres por medio de la adquisición de una prenda o una joya nueva de cara a la fiesta, ya que esto las alegra más que la comida festiva. Y aunque no vistan la prenda nueva durante la festividad, su adquisición previa deja una huella de alegría durante toda esta y por ello las mujeres cumplen con la prenda la primera parte del precepto de alegrarse en Yom Tov (tal como se explicara en la halajá 8).

Además de la primera parte del precepto de alegrarse, la Torá ordena que la mujer se regocije en la festividad con sus prendas y joyas nuevas. Asimismo, habrá de alegrarse por medio de la ingestión de carne y vino en las comidas festivas, siendo esta la segunda parte del precepto de alegrarse. Sin embargo, aquella mujer que no disfrute de comer carne o beber vino no debe forzarse a hacerlo, sino que habrá de ingerir aquellos alimentos que más la alegren.

En el pasado se acostumbraba que el marido era quien adquiría la prenda o la joya nueva para su mujer previo a la festividad, ya que lo común era que el hombre era el encargado del dinero y las compras. Además, como la oferta de prendas o joyas era limitada, cualquier artículo que el marido adquiriese surtía el efecto de alegrar a su mujer, y el hecho de que se trataba de un presente del marido incrementaba aún más la sensación de regocijo en ella. Empero hoy en día la variedad de ropa y joyas ha crecido notoriamente y la elección resulta compleja por lo que en muchas familias se acostumbra que la mujer es la que escoge la prenda o la joya de acuerdo a un presupuesto fijado por ambos miembros de la pareja en concordancia con sus ingresos (tal como se explicara adelante en la halajá 12). A los efectos de ser partícipe del precepto corresponde que el marido incentive a su mujer a escogerse una prenda o una joya previo a la festividad, y de esa manera se considerará la adquisición como un presente de su parte y la alegría festiva se verá incrementada. Hay hombres equivocados que gastan cientos de shekalim en la adquisición de un etrog especialmente bueno y actúan mezquinamente en lo referente a la adquisición de una prenda festiva para sus mujeres, no recordando que comprar ropa o una alhaja a su pareja previo a Yom Tov es un precepto absoluto de la Torá mientras que la adquisición de un etrog que cuesta diez veces más que uno común es una excelencia en el cumplimiento del precepto de las cuatro especies que no estamos obligados a realizar.

Una mujer no casada, sea esta soltera o viuda, debe cumplir por si misma todas las partes del precepto de alegría festiva, adquirir para sí una prenda o una joya, realizar comidas festivas alegres, participar de eventos que contenten y apartarse de aquello que provoque pena o dolor (Shaagat Arié 66).

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