Según la Torá, se deben separar ofrendas y diezmos únicamente de aquello que crece en la tierra o en una maceta con un orificio a la cual consideramos conectada a la tierra. Sin embargo, una planta que crece en una maceta carente de orificio inferior o sobre una superficie desconectada del suelo, estará exenta. Por su parte, los sabios ordenaron que se separe de estas plantas tanto ofrendas como diezmos y se recite la bendición correspondiente (Tratado de Yomá 83(B)).
Aquello que crece al interior del hogar, aunque su piso sea de tierra, estará exento de ofrendas y diezmos (Raavad). Y según la opinión del Rambám (Hiljot Ma’aser 1:10), si bien según la Torá está exento, deberá separar por prescripción rabínica, y, por lo tanto, la separación se llevará a cabo sin el recitado de la bendición correspondiente.
Se deben separar ofrendas y diezmos de los frutos que crecen en invernaderos.