05- Las ofrendas en nuestros días

En la actualidad, los cohanim no tienen permitido comer una ofrenda pura ya que se los considera impuros por la impureza del muerto (tumat met), y no resulta posible purificarse de ella sin que medie el asperjado de agua con cenizas de la vaca roja.

Cuando la ofrenda es pura se prohíbe quemarla o destruirla, por lo que debe ser dejada hasta que se degrade por sí sola o, en su defecto, ha de ser enterrada (guenizá). Cuando la ofrenda es impura resulta preceptivo quemarla para que nadie coma de ella. Sin embargo, dado que resulta difícil quemarla, y además a veces es pura por lo que está prohibido incinerarla, y no siempre se tiene la certeza de que efectivamente lo sea, se acostumbra a envolver la ofrenda -sea esta tanto pura como impura- y colocarla en un bote de basura. De este modo, no se teme que la ofrenda pudiera ser comida, y por otra parte, no se la denigra, ya que se la depositó envuelta en la cesta de la basura.

Cuando se trata de grandes cantidades de ofrenda, siempre y cuando no se haya impurificado, dado que está prohibido destruirla, hay que dejarla al costado del campo hasta que se biodegrade por sí sola. Cuando se teme que personas pudiesen comerla, es bueno enterrarla o cubrirla con algo de tierra. En caso de que se hubiese impurificado será preceptivo quemarla, y asimismo, será posible enterrarla o prensarla de modo tal que nadie piense en ingerirla.

En el caso de frutos de la ofrenda que se hubiesen mezclado con otros comunes (julín) de la misma especie, se anularán en cien partes (batel bemeá). En caso de que se hubiesen mezclado dos especies diferentes y no resulte posible separar a la ofrenda de la mezcla, por ejemplo, si todo el producto hubiese sido ya molido, la terumá se anulará en sesenta (batel beshishim). En caso de que no hubiese la cantidad de frutos normales necesaria para anular la ofrenda, será preciso proceder con la totalidad de la mezcla como si se tratase de una (Rambám Hiljot Terumot 13:1-2). En caso de necesidad, tal como se anulan votos o promesas, es posible recurrir a un rabino por la cuestión de la separación de las ofrendas y los diezmos y dejarla sin efecto (tal como se explicó en la halajá anterior).

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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