10- ¿Cómo se entrega en la práctica el diezmo al leví y al pobre?

El ‘primer diezmo’ y ‘el diezmo del pobre’ que se separa el tercer y sexto año del ciclo sabático son diezmos que también en la actualidad son ingeridos por quienes los reciben ya que son alimentos comunes (no sagrados), y no es necesario estar en estado de pureza para poder comerlos. Cada uno de estos diezmos ascienden aproximadamente a un 9% de los frutos, ya que tal como estudiamos, en la actualidad se separa ‘algo’ (kolshehu) para la gran ofrenda (terumá guedolá), por lo cual una vez apartada, la cantidad de frutos permanece básicamente incambiada. Luego, se separa el ‘primer diezmo’ para el leví, y de ese se separa un diezmo para el cohen que recibe el nombre de ‘ofrenda del diezmo’ (terumat ma’aser). De esto resulta que la parte que le corresponde al leví es aproximadamente un 9% de los frutos. Luego, el tercer y sexto año se separa de los frutos que quedaron el ‘diezmo para el pobre’ (ma’aser aní), cuyo monto aproximado asciende también a un 9% del total de los frutos, ya que al quitar el primer diezmo quedó un 90% por lo que su diezmo es el 9%.

Si el dueño de los frutos puede hacer llegar los frutos del diezmo al leví y al pobre, es la mejor opción. Sin embargo, en la actualidad resulta muy difícil hacerlo ya que el precepto indica que el dueño de la parcela debe separar las ofrendas y los diezmos ni bien culmina la labor de la recolección y entonces el cohen, el leví y el menesteroso deben llegar hasta el campo para que el propietario le entregue su parte a cada uno. Y si estos no se apersonaren, nuestros sabios establecieron que el dueño de los frutos se los haga llegar y los destinatarios paguen por el transporte lo que se acostumbre (ver arriba 7:5). En la actualidad, la mayoría de los productores agrícolas poseen grandes extensiones y su cosecha es gigantesca, y si les va a llevar su parte a un leví o a un menesteroso, estos no tendrán la capacidad de almacenar el producto ni sabrán cómo comercializarlo. Además, si los agricultores contratasen personal para que repartan a los leviím y a los pobres diezmos en una cantidad que resulte apta para su consumo, el pago por el transporte excederá el monto del diezmo a recibir, ante lo cual los beneficiarios preferirán que no se les traigan frutos.

A los efectos de cumplir el precepto de un modo que se condiga con su objetivo y resulte beneficioso, los productores deberán separar los diezmos del leví y del pobre, luego, habrán de comprar estos frutos de sus destinatarios y entregarles el dinero correspondiente. A priori, el dueño del campo deberá efectuar el procedimiento de adquisición para que los frutos del primer diezmo pasen al dominio de un leví determinado, y los frutos del diezmo del pobre al dominio de una persona necesitada específica, para luego adquirir de estos los frutos. Otra opción es realizar previamente un acuerdo de ‘makirei leviá’ y ‘makirei aní’ (tal como se explicará en la siguiente halajá).

A posteriori, aunque no se hubiese efectuado un procedimiento de adquisición ni se hubiese llegado a un acuerdo previo, el dueño de los frutos deberá cambiar el monto de los diezmos por dinero y luego entregárselo al leví o al pobre. Y aunque no hubiese recibido permiso de un leví específico o de un menesteroso específico para permutar los frutos por dinero, la acción ingresará igualmente en la categoría de devolución de un objeto perdido, pues por medio de la adquisición se los salva de que se pierdan (Tratado de Julín 134(B), Rambám Hiljot Bikurim 9:16).

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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