Como continuación del carácter más estricto de la Torá que estableció que quien ingiere un sheretz -por pequeño que este sea- debe recibir castigos corporales (arriba halajá 1), nuestros sabios prescribieron que en caso de mezclarse un sheretz en la comida, mientras permanezca entero, dado que tiene la importancia de una briá, no se anula. Según la opinión de algunos de los sabios medievales o rishonim (Rabí Shimshon de Shantz, Or Zarúa y Rashbá) si bien una briá no se anula en sesenta partes, sí lo hace en casi mil (960).
Algunas de las eminencias de las últimas generaciones (ajaronim) escribieron que en caso de gran necesidad o apremio (sheat hadjak), se puede confiar en esa opinión, empero en términos generales se dictaminó que una briá no se anula ni siquiera en mil partes. Por lo tanto, en caso de que se vea que una mosca hubiere entrado a una olla enorme y no se logre encontrarla y retirarla -todo el alimento cocido quedará prohibido para su consumo. No obstante, en caso de que el potaje contenga caldo límpido, se lo podrá filtrar de modo tal que la mosca no pueda pasar el colador y el caldo filtrado se podrá consumir. Otro tanto ocurre en caso de que el potaje contenga un trozo de carne o de papas, se los podrá autorizar por medio de un enjuagado que retire a la mosca en la medida en que estuviere pegada a estos. Pero en el caso de una mezcla espesa cuyos trozos resulte difícil de lavar o enjuagar –estos quedarán prohibidos (Shulján Aruj 100:2-3). De igual manera, si un sheretz pequeño se mezclase entre los granos de trigo, mientras no se lo encuentre, la mezcla resultará prohibida porque un ser vivo entero no se anula ni siquiera en mil partes.
En caso de que una parte del sheretz resultase cortada, por ejemplo, una pata, o si resultase aplastado al grado de que su forma llegó a cambiar, tal como ocurre al cocinar, carece de la importancia de una briá y por ende se anula en sesenta partes (Shulján Aruj 100:1). En opinión de muchas autoridades, un sheretz diminuto que se encuentra en un alimento, a pesar de estar entero, carece de la importancia de una briá y se anula en sesenta partes (Mishkenot Ya’akov Yoré Deá 36, Pitjei Shearim 100:1, Jojmat Shlomó 84:1, Yad Yehudá y otros).