Según la norma de la Halajá es posible contentarse con un buen lavado con agua de las verduras de hojas verdes y observarlas normalmente, y en caso de ver en estas algún sheretz -retirarlo. Sin embargo, tal como aprendimos (halajá 8) corresponde transitar por el camino del medio y llevar a cabo una acción por efecto de la cual, en la medida que haya sheratzim sobre las hojas, habrán de ser eliminados. Para ello, es preciso poner las hojas en remojo en agua con un producto disolvente tal como la sal o el vinagre durante cuatro minutos y posteriormente enjuagarla bajo agua corriente para que en la medida que haya sheratzim sobre las hojas, la inmersión de estas con material disolvente debilite el pegamento que sostiene a los sheratzim adheridos a las hojas y el posterior enjuague los retire de estas.
En muchas ocasiones este procedimiento retira a la totalidad de los sheratzim diminutos o los reduce a un nivel inferior al de la categoría de mi’ut matzui (una prohibición que se encuentra en la minoría constatada de los casos y que requiere de una revisación obligatoria) y por ello resulta útil también según el método de quienes detentan una actitud estricta.
Con el fin de quitar los sheratzim, es preferible poner las hojas en remojo en agua con jabón, lo cual resulta ser más eficiente que la sal o el vinagre, no obstante, hay quienes temen que el jabón pudiera resultar insalubre. Hay otros productos naturales tales como “Sterily” (en venta en Israel) que han resultado eficientes como el jabón sin reportar riesgo sanitario alguno.
Cabe prestar atención al hecho de que, tanto durante la puesta en remojo de las hojas como al enjuagarlas, el agua llegue a todos sus pliegues y fisuras. Por lo tanto, en el caso de verduras tales como la lechuga, el repollo o col y la alcachofa es preciso desarmar las hojas para que el agua pueda ingresar entre ellas, ya que a pesar de que la lechuga o el repollo llegan a nosotros cerrados, al inicio de su cultivo están abiertos y es entonces cuando los sheratzim pueden penetrar a las hojas interiores. Cuando uno se dispone a cortar las hojas para preparar una ensalada, es preferible hacerlo en primera instancia según el trozado deseado y posteriormente ponerlas en remojo y enjuagarlas pues en la medida que estén cortadas en trozos más pequeños el agua podrá llegar más fácilmente a todos los sitios necesarios.
A veces, las verduras de hojas son de baja calidad, por lo que están repletas de sheratzim pequeños y grandes que son fácilmente perceptibles a la vista, por lo que es preciso limpiarlas y enjuagarlas reiteradas veces hasta que queden libres de sheratzim.