03 – Huevos no fecundados

La sangre que se prohíbe en el huevo es aquella a partir de la cual comienza a formarse un polluelo. Por ello, desde el punto de vista principal de la normativa, no se prohíbe la sangre que pudiere hallarse en un huevo no fecundado, ya que resulta imposible que a partir de esta se desarrolle un polluelo. No obstante, por una cuestión de apariencia (mar’it ain), es preciso retirarla (Shulján Aruj 66:7). Por lo tanto, no es preciso revisar huevos no fecundados ya que solamente en caso de verse sangre será preciso retirarla. Este fenómeno de sangre en un huevo no fecundado ocurre en uno de cada varios miles que son vendidos bajo supervisión.

En la actualidad, por motivos sanitarios, en el Estado de Israel está prohibido comercializar huevos fecundados para su ingestión ya que contienen restos de los medicamentos que le son inyectados a las gallinas que los ponen. En la práctica, en el Estado de Israel más del 97% de los huevos comercializados para su ingestión están inspeccionados y certificados como no fecundados y la señal de la supervisión es el sello que tienen impreso sobre la cáscara.

Por lo tanto, según la Halajá no es preciso revisar huevos que traen sellado, y en caso de que por azar se viera sangre al abrir uno -será preciso extraerla por una cuestión de apariencia y el huevo será apto para consumir. Sin embargo, muchos acostumbran a adoptar una actitud estricta y revisan cada huevo que es expendido en las tiendas, porque no saben que no precisan hacerlo o porque desean proceder con un grado superior de excelencia y asegurarse que en los huevos que consumen no haya siquiera aquella sangre que está prohibida únicamente por una cuestión de apariencia.

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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