06 – La separación entre alimentos cárnicos y lácteos

Quien desee ingerir carne en una mesa sobre la cual se comió leche o viceversa debe limpiarla de los restos de la ingesta anterior, y de no hacerlo, tendrá prohibido comer el otro tipo de alimento. Asimismo, está prohibido comer carne sobre un mantel sobre el cual se comió leche y viceversa sin que esté limpio de los restos del alimento anterior (Shulján Aruj 89:4). Si el mantel es de tela -por lo que absorbe la suciedad- será preciso lavarlo, y en caso de que sea de plástico -que no la absorbe- se lo podrá limpiar con un trapo húmedo. También en caso de que se tenga el recaudo de colocar los alimentos en platos, será preciso limpiar la mesa entre una ingesta de carne y otra de leche.

Un pan que fue servido en una comida cárnica, si cabe tener la duda razonable de que pudiera haber sido tocado con manos que tenían adheridas restos de grasa animal o salsa cárnica, no deberá ser servido en una comida láctea para que los comensales no ingieran restos de carne junto con la leche, y viceversa (Shulján Aruj 89:4). En caso de que se hubiere tenido el recaudo de no tocar el pan con manos que tuviesen adheridas grasa animal o salsa cárnica -se podrá comer en una comida láctea (ver Shulján Aruj 91:3).

En el caso de ensaladas que fueron servidas en una comida cárnica, si existe la duda razonable que los comensales pudieran servirse de estas con cubiertos sobre los cuales había restos de carne, no deberán ser servidas en una comida láctea, y viceversa. En caso de que hubiere cucharas especiales para servirse las ensaladas y no cabe temer que algún comensal se sirviere de estas con cubiertos que tenían adheridos restos de carne, podrán ser servidas en una comida láctea, y viceversa. Y hay quienes a priori adoptan una actitud estricta y no servirán en una comida láctea ningún alimento que fuera previamente servido en una cárnica y viceversa. Quienes cumplen con excelencia procediendo así, en caso de necesidad podrán adoptar una actitud flexible, siempre y cuando que no resulte fundado temer que restos de carne o leche pudieran haberse adherido al pan o a la ensalada.

Tal como lo aprendimos (en la halajá 3), al momento de comer carne se prohíbe que haya leche sobre la mesa, y viceversa, no sea que se coman juntas por error. Pero cuando no se trata de la hora de comer, se los puede colocar sobre una misma mesa (Tratado de Julín 104(B), Shulján Aruj 88:1). Asimismo, se permite colocar trozos de carne y de queso en una mochila o en un cajón de un armario o del refrigerador teniendo el recaudo de que no se toquen entre sí. En caso de que se hubieran tocado, se deberá enjuagar el sitio de contacto y posteriormente podrán ser ingeridos (Tratado de Julín 107(B), Shulján Aruj 91:1-2, ver adelante 35:1).

De igual modo, no se debe colocar bolsas de leche en un sitio desde el cual pudieran gotear sobre alimentos cárnicos, y en caso de que lo hicieran, es preciso enjuagar la carne hasta que no quede rastro del sabor a leche, y entonces se la podrá comer o cocinar.

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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