07 – Separación entre cubiertos y utensilios

En una cocina en la cual se preparan alimentos cárnicos y lácteos es preciso designar utensilios diferentes para carne y para leche, y es bueno que entre estos exista una diferencia notoria para que no se intercambien por equivocación. Asimismo, es preciso designar un juego de platos y cubiertos para carne y otro para leche, y es bueno que entre estos exista una diferencia notoria para que no se intercambien. De igual manera, es bueno adjudicarle a cada tipo de estos utensilios un sitio separado para que no se mezclen. Igualmente, cuando se ingieren alimentos fríos tanto cárnicos como lácteos, es una adecuada costumbre en Israel mantener la separación de utensilios, de modo tal que los alimentos cárnicos sean servidos en platos y con cubiertos cárnicos y los de leche en platos y con cubiertos lácteos para evitar así dificultades y mezclas entre estos.

Muchos acostumbran a designar dos saleros diferentes, uno para las comidas lácteas y el otro para las cárnicas, ya que en ocasiones estos rozan los alimentos y otras veces son tomados con las manos sucias de salsa, y en caso de emplearse un solo salero para ambos tipos de alimento, cabe temer que algo del sabor de uno pudiera mezclarse con el del otro. En caso de que se desee utilizar un solo salero para cárnico y para lácteo, será preciso tener el recaudo de que esté limpio, y en caso de que se ensuciase con algo de alimento, se deberá limpiarlo y secarlo bien.

Quienes emplean botellas que contienen salsas o cátsup para aderezar comidas cárnicas y lácteas deben tener el recaudo de que el pico no llegue a tocar los alimentos para que no se adhiera a este nada de los alimentos lácteos o cárnicos. Asimismo, es preciso tener cuidado de no tocar los envases de las salsas con manos que pudieran tener algo de humedad proveniente de alimentos de carne o leche. En caso de que no se hubiere sido cuidadoso en este respecto, es preciso limpiar el pico de la botella de la salsa para evitar que por su intermedio pudiera llegar algo del sabor de un tipo de alimento al otro.

En el caso de la mesita de las sillas de bebés, dado que por lo general no se apoya sobre esta un alimento que esté a una temperatura que provoque el alejamiento de la mano al tocarlo (yad soledet bo) para no dañar al bebé, no se teme que la mesita absorba sabor a carne o a leche, y todo lo que se precisa es limpiarla bien entre comidas. No obstante, quien a menudo apoye sobre la mesa en cuestión alimentos que se encuentran a una temperatura elevada (que provoca el alejamiento de la mano al tocarlos), deberá decidir si la mesita habrá de ser cárnica o láctea, y en caso de que deseare apoyar sobre ésta alimentos del otro tipo, habrá de limpiarla primero, teniendo el recaudo de que el alimento del segundo tipo no llegue a la temperatura “que lleva a la mano a alejarse al tocarlo” (yad soledet bo).

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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