[2]
Se acostumbra también que quien come un alimento cocido que se cocinó con carne de animal doméstico o ave, dado que poseía sabor a carne, no comerá ni leche ni un platillo con sabor a leche durante seis horas. Por lo tanto, quien comiere papas cocidas con carne, o tomare un caldo límpido que fue cocido con carne -deberá esperar seis horas antes de ingerir papas que fueron cocidas con leche (Beit Yosef Oraj Jaím 173:1, Ramá Yoré Deá 89:3).
Un alimento que posee un estatus potencialmente cárnico (bejezkat besarí), aunque no sea perceptible en él sabor alguno a carne, estará prohibido comerlo junto con lácteos, pero sí se podrá comer lácteos inmediatamente después de concluir su ingestión. Por ejemplo, quien come ensaladas que fueron servidas en una comida cárnica con los mismos cubiertos que se usaron para la carne y efectivamente las personas se sirvieron de estas, se considerará a las ensaladas como potencialmente cárnicas (bejezkat besarí) por lo que no se podrá ingerirlas junto con lácteos. Pero dado que en las ensaladas el sabor a carne es imperceptible, en la misma comida se permite ingerir lácteos inmediatamente después de haberlas comido. Lo mismo ocurre cuando se fríe con el mismo aceite una vez carne, y la otra, falafel, siempre y cuando en el falafel no se perciba sabor a carne se lo considerará con estatus potencialmente cárnico y no se podrá ingerirlo con lácteos, pero tras su ingestión no será preciso esperar seis horas.
Esta es la regla: todo alimento que sea potencialmente considerado cárnico, pero al cual no se le sienta sabor a carne, no podrá ser ingerido junto con lácteos, pero tras su ingesta sí se podrá comer lácteo. Asimismo, tras haber comido carne, se podrá ingerir un alimento potencialmente lácteo (bejezkat jalaví) siempre y cuando el sabor a leche resulte imperceptible.