Cuando un judío quiere dejar vino suyo donde un gentil que adora ídolos es preciso que lo ponga en un recipiente cerrado con doble sellado. Siempre y cuando el recipiente permanezca cerrado con los dos sellados -será kasher, si los sellos fueran abiertos -el vino quedará prohibido. En caso de que el gentil no adore ídolos, cabe contentarse con un solo sellado. Sellado significa una forma especial de cerrar que resulte difícil de falsificar. Por ejemplo, se puede pegar en la tapa de la botella un papel adhesivo y firmar en el sitio de adhesión de modo tal que si el papel fuese abierto resulte difícil devolver la firma a su forma inicial.
En caso de que se pegare sobre el orificio otro papel más y se firmare también sobre éste, esto se considerará como un doble sellado. Un sellado puede ser también una forma especial de atar una bolsa de nylon de modo que quien la abra le resulte difícil devolverla a su exacta forma inicial. A los efectos de cerrar la botella con doble sellado, en las fábricas se acostumbra a tapar las botellas de vino con un tapón de corcho o metal y sobre estos se pega otra envoltura de plástico.
Si un gentil que adora ídolos quedare a solas con una botella de vino que no está cerrada con doble sellado, quedará prohibido obtener beneficio de éste, aunque la situación se hubiere dado solamente durante un breve lapso, ya que por cuanto que los gentiles acostumbraban a libar vino, los sabios decretaron sobre todo vino que un gentil pudiere libar que esté prohibido como si lo hubiese libado efectivamente. Sin embargo, si el gentil se quedare a solas con el vino y se temiera que pudiera haber bebido del pico de la botella o que tuviera contacto con el vino que se encuentra en el interior de la botella, el vino quedará prohibido para su ingesta y solamente si la botella estuviere cerrada con un sellado -no quedará prohibido. En caso de que no se tema que el gentil pudiera beber del vino o tocarlo –este será kasher aunque la botella carezca de sellado (Shulján Aruj 128:1, Ramá 4, Siftei Cohen 1). Según la opinión de muchas eminencias halájicas; el estatus de un gentil que adora ídolos, pero no acostumbra a libar vino en su honor, se asemeja al de un gentil que no es idólatra.
Si se le hubiera advertido al gentil que no toque en absoluto las botellas de vino, y que en caso de no respetar la advertencia se lo habrá de considerar un ladrón y podrá ser castigado por ello, por ejemplo, perjudicando sus condiciones laborales, aunque se lo hubiere dejado a solas en la casa y la botella de vino no estuviere sellada, siempre y cuando quepa la posibilidad de que judíos entren y lo vean tocando el vino o puedan observarlo a través de la ventana o mediante una cámara en circuito cerrado, el vino estará permitido. No obstante, si hubiere un tiempo durante el cual el gentil supo que no había posibilidad alguna de que fuera observado, dado que pudo haber bebido sin ser considerado un ladrón –el vino quedará prohibido (Shulján Aruj 128:4, 129:1).
Por lo tanto, quien ocupa en su casa a un gentil y durante ciertos momentos del día este se encontrare a solas y pudiera llegar a beber del vino, es preciso tener el recaudo de que las botellas estén selladas como corresponde, o guardadas en un armario cerrado con llave que el gentil no tenga posibilidad de abrir. En caso de que no se hubiere procedido así, el vino quedará prohibido. En caso de que el vino fuera cocido o endulzado no tendrá el carácter de vino que puede ser libado para la idolatría (iain nesej) por lo que no resultará necesario cuidarlo.