06 – La inmersión de utensilios en agua hirviendo en la práctica

A los efectos de realizar la inmersión de utensilios en agua hirviendo cabe usar cualquiera de las ollas de la cocina con la única condición de que esté limpia. El agua para efectuar la hag’alá debe estar hirviendo. En caso de necesidad, cuando se mezcla detergente en el agua de la hag’alá, se la puede hervir incluso en una olla taref, y como el sabor del agua está estropeado, el carácter taref del utensilio no torna al agua en prohibida (pero éste en sí no resulta kasherizado, tal como se ha explicado arriba en la halajá 4).

Se deja el utensilio dentro del agua hirviendo durante tres segundos. A priori, tras la hag’alá, se acostumbra a enjuagar el utensilio en agua fría, pero ello no resulta indispensable. Por lo tanto, cuando resulte difícil llevar a cabo este enjuagado – no resulta obligatorio esforzarse en hacerlo (Shulján Aruj Oraj Jaím 452:7, Mishná Berurá 34).

A veces, introducir los utensilios al agua hirviendo hace que esta se enfríe un poco, al grado de que cesa el hervor. Entonces, es preciso dejar el utensilio en el agua hasta que esta vuelva a hervir, y la señal de que ello ocurre es que burbujea.

Cuando un utensilio no puede ser enteramente sumergido en el agua, se puede sumergir primeramente una mitad y luego la otra (Shulján Aruj 451:11).

Cuando se precisa sumergir numerosos utensilios en agua hirviendo, como es el caso de un juego de cubiertos, resulta más cómodo meterlos a todos en el agua dentro de una canasta y sacarla tras una permanencia de tres segundos en el líquido elemento, tras lo cual los utensilios estarán kasherizados. Dado que se teme que los utensilios estén muy juntos unos a los otros y el agua hirviendo no pueda pasar entre ellos, es preciso sacudir un poco la canasta dentro del agua para que pueda hacerlo y así kasherice los utensilios (según Shulján Aruj Oraj Jaím 452:3-4).

Se pueden kasherizar utensilios sin emplear una canasta arrojándolos directamente al agua hirviendo, ya que, al hundirse, esta los rodea y envuelve completamente kasherizándolos. En caso de que resulte necesario sumergir numerosos utensilios en agua hirviendo, como en el caso de un juego de cubiertos, hay que arrojarlos al agua uno tras otro. Y si se desea cumplir con la costumbre de enjuagarlos en agua fría inmediatamente después de su kasherización, se ha de volcar el agua hirviendo y se han de arrojar los utensilios kasherizados dentro de un recipiente que contenga agua fría. No obstante, tal como ya aprendimos, ello no resulta obligatorio y se puede esperar a que el agua hirviendo se enfríe y recién entonces sacar los utensilios ya kasherizados.

En resumen, este es el orden del procedimiento de la hag’alá: se lava el utensilio a kasherizar, se hierve agua en un recipiente grande y limpio, se introduce el utensilio que precisa inmersión en el agua hirviendo, se cerciora que el agua continúe hirviendo, y pasados tres segundos, se retira el objeto kasherizado. Se acostumbra a agregar al agua hirviendo detergente o esperar un día entero entre el uso prohibido del utensilio y la inmersión. A priori, tras la inmersión, se enjuaga el utensilio kasherizado en agua fría.

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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