07 – El sello de kashrut en un alimento empaquetado

El sello de kashrut sobre un paquete de alimentos certifica que el contenido es apto para ser consumido. Si bien los alimentos son transportados de un sitio a otro, mientras que el empaque permanezca cerrado y sellado tal como cuando salió de la fábrica, se asume que el alimento contenido en su interior es kasher. Otro tanto ocurre con todo tipo de empaque que resulte difícil de falsificar.

Asimismo, nuestros sabios establecieron que cuando resulta necesario enviar alimentos por intermedio de un gentil y se teme que este pudiera cambiarlos por otros que están prohibidos por la Torá, por ejemplo, carne kasher que pudiera ser sustituida por otra taref, es preciso sellar el recipiente o la bolsa en la cual se encuentra el alimento con dos lacrados.

Cuando se trata de un temor por una norma de origen rabínico, por ejemplo, que una leche ordeñada por un judío haya sido cambiada por otra producida por un gentil sin la supervisión de un israelita (jalav nojrí), basta con sellar el envase con un solo lacrado. Al hablar de “sellar” nos referimos a un tipo especial de cierre que resulte difícil de falsificar, por ejemplo, pegando la apertura del envase con papel adhesivo y firmando sobre este de modo tal que si se abre el empaque resulte difícil volver a cerrarlo recreando la forma de la rúbrica. Si se ha de pegar otro papel adhesivo por encima del anterior y se ha de firmar también sobre este, se considerará como un doble sellado.

Asimismo, amarrar la bolsa de nylon en la que se encuentra el alimento de un modo especial que dificulte a quien la abra el devolverla con exactitud a su estado anterior -se considera como un sellado, y amarrar dos bolsas de nylon -se considera como sellado doble. De igual manera, un único sellado que resulte muy difícil de falsificar se considera como un sellado doble (Rashbá, Beit Yosef 118:9, Igrot Moshé Yoré Deá 1:56). Igualmente, cuando quien falsifique el sellado tiene previsto por la ley un castigo, se lo considera como un sellado doble (Da’at Cohen 229).

Por lo tanto, dado que resulta más difícil falsificar un empaque original que dos sellados, todo empaque original se considera como un sello de doble lacrado. No obstante, un ladrón profesional es capaz de hacer una máquina que falsifique los empaques, pero dado que en caso de que fuera detenido por la justicia sería duramente castigado, no se teme que algo así ocurra. Aun así, hay quienes proceden con la excelencia de sellar los alimentos con un doble lacrado cuando el temor de que sean sustituidos refiere a prohibiciones graves.

Por ello, las personas que proceden con excelencia sellan las botellas de vino con un tapón de corcho o metal y sobre estos colocan un envoltorio de plástico. Corresponde tener este recaudo en el caso de un alimento cuya kashrut resulte muy redituable de falsificar, por ejemplo, grandes cantidades de carne, donde además del lacrado que debe poseer cada empaque es también oportuno lacrar el cartón sobre el cual colocan los paquetes. Y hay quienes proceden con la excelencia de elaborar sellados que resulten muy difíciles de falsificar.

Cuando no existe incentivo para engañar, por ejemplo, como en el caso de un repartidor que trae un envío procedente de un restaurante, se confía en que el negocio es kasher y que el enviado trae alimentos que fueron le fueron encargados.

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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