La revisación de la interrupción de la impureza debe efectuarse por medio de una tela suave y blanca, para que, si quedase sangre en la vagina, pueda ser visible sobre la tela (Shulján Aruj 196:6). No se debe revisar por medio de un tissue para evitar la posibilidad que este se rompa o desintegre y de esa forma la revisación resulte malograda. No obstante, en caso de apremio, cuando no hubiere otra solución al alcance, se podrá efectuar la revisación con el pañuelo de papel, teniendo el recaudo de que no se rompa. A las telas con las que se suele efectuar la revisación se acostumbra a llamarlas “edei bediká” (lit. testigos de la revisación) y se venden al público en las tiendas, y ya en los días del Talmud se acostumbraba a venderlas (Tratado de Nidá 17(A)).
Previo a la revisación de la interrupción de la impureza es preciso limpiar la vagina de restos de sangre por medio de una tela húmeda similar a los “edei bediká”. Pues a veces el sangrado proveniente del útero ya cesó, pero quedaron en la vagina restos de sangre que, de no ser limpiados, afectarán negativamente el resultado final de la revisación.
Aquella mujer que temiere que en caso de realizar la revisación con una tela seca su vagina pudiera lastimarse, podrá humedecer un poco el “ed habediká”, a condición de que no esté completamente mojado, no sea que el agua diluya o haga desparecer una gota de sangre. Asimismo, podrá aplicar aceite sobre la vagina, a condición de que lo haga un tiempo antes de la revisación para que alcance a ser absorbido por la piel vaginal y no recubra la sangre.
Previo a la revisación de la interrupción de la impureza, es bueno higienizar el sitio en cuestión con una toallita húmeda de bebé (magbón) o con agua, para asegurarse que no hayan quedado allí restos de sangre o suciedad que pudieran despertar dudas respecto de la revisación. Asimismo, es bueno limpiar los dedos y cerciorarse que no hay sobre ellos restos de sangre o similares.