05 – La forma de inmersión

A priori, la postura de la inmersión ritual implica la flexión de las rodillas y la inclinación del torso hacia delante con las piernas un tanto abiertas y los brazos un tanto separados del cuerpo, pues esa es la posición en la cual la mayoría de los pliegues corporales (batei hakematím) se abren y toman contacto con el agua. La inmersión no debe realizarse en una posición erguida de modo tal que a veces se produzcan pliegues debajo del pecho y entre el trasero y las piernas, y no en una posición excesivamente contraída ya que genera pliegues en el vientre. Y hay quienes adoptan una actitud más rigurosa y consideran que si la mujer se sumergió muy erguida o muy agachada, aunque no hubiera encogido fuertemente sus extremidades, dado que el agua no tuvo acceso a los pliegues que se generaron en su cuerpo a causa de su posición, su inmersión ritual no resultará válida. Pero en la práctica, aunque la mujer se sumergiere muy erguida o muy contraída por efecto de lo cual se formaren pliegues que no tuvieren contacto con el agua, dado que se sumergió en una de las posturas que le resultan naturales, su inmersión ritual sí resultará válida (Shulján Aruj 198:35).

Pero si la mujer encogiere a la fuerza una de sus extremidades, por ejemplo, si se sumergiere con una de las palmas de sus manos fuertemente apretada, o si apretare sus labios con fuerza, o si se sumergiere con sus brazos o piernas sujetos a su cuerpo, dado que no se trata de una de sus posturas naturales, y dado que el agua no puede ingresar en el sitio encogido, la inmersión quedará invalidada (Mishná Mikvaot 8:5, Shulján Aruj 198:27, 38-39).

Si sus extremidades se humedecieren con el agua de la mikve antes de que cerrase el puño, si apretase fuertemente sus labios, o sujetase sus piernas o sus brazos, la inmersión resultará válida incluso para quienes detentan la postura más estricta. Esto se debe a que sus extremidades encogidas permanecieron humedecidas, por lo que resultará que el agua de la mikve tuvo contacto con todas las partes del cuerpo de la mujer, incluidas las partes encogidas o apretadas (Rambám Mikvaot 1:9, Turei Zahav 198:27). Por este motivo, la mujer que se sumerge no precisa separar sus pies del piso de la mikve al momento de la inmersión, pues dado que las plantas de sus pies se mojaron en un inicio, el agua de la mikve se conecta con su humedad y la envuelven por completo (Shulján Aruj 198:30).

Dado que humedecer el cuerpo con agua de la mikve sirve para salir de toda duda, incluso según la opinión más rigurosa, corresponde sumergirse dos veces, para asegurar que en la segunda inmersión la totalidad del cuerpo, incluidos sus pliegues, entre en contacto con el agua de la mikve.

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