Muchos entienden que es bueno lavarse el cabello y lavarse o ducharse por la noche lo más contiguo posible al momento de la inmersión ritual (Sheiltot, Rif, Rambám y Raavad); hay quienes sostienen que es preferible lavarse el cabello y ducharse en horas del día porque de hacerlo por la noche, cabe temer que pudiera apurarse para llegar cuanto antes donde su marido (Rashi, Rosh); y hay autoridades halájicas que procedieron con excelencia combinando ambos razonamientos, comenzando la higienización durante el día y terminándola por la noche, y al concluirla, se sumergen (Shulján Aruj 199:3). Corresponde que cada mujer elija el lugar y el tiempo en los que pueda lavarse la cabeza y bañarse tranquila y minuciosamente. Hay quienes prefieren prepararse para la tevilá (inmersión) en la mikve y otras que prefieren hacerlo en su casa, y entonces, es bueno a priori peinar un poco sus cabellos antes de la inmersión (Shulján Aruj 119:3). Es importante que tenga en cuenta cuánto tiempo le demandan el lavado de sus cabellos y el baño de su cuerpo, de manera serena y minuciosa, y de ahí en más, procure consagrar ese tiempo para su baño y lavado de cabellos previo a la tevilá.
Para que la inmersión ritual tenga lugar de un modo óptimo (mehudar, con nivel de excelencia), es preciso llenar la mikve de agua de modo tal que llegue hasta la altura del corazón de la mayoría de las mujeres que se sumergen (Shulján Aruj 198:36), ya que con un nivel de aguas más profundo habrá mujeres que teman ingresar, y de ser menos profundo, habrá mujeres que precisarán agacharse en exceso. De todas maneras, aunque el nivel del agua fuere más o menos profundo, mientras que la totalidad del cuerpo y el cabello pueda sumergirse por completo, se podrá proceder a la inmersión.
A priori, se calienta el agua de la mikve para que su temperatura resulte agradable para la inmersión. Además, cuando el agua tiene una temperatura acorde el cuerpo se distiende y así la inmersión se llevará a cabo con excelencia, de modo que ninguna extremidad esté contraída (ver arriba halajá 5). Sin embargo, aunque el agua de la mikve no esté caliente, se puede a priori realizar la inmersión en agua fría, tal como acostumbraron a hacerlo las mujeres judías durante milenios.
Que la mujer no se pare sobre algo que pudiera recibir impureza, por ejemplo, una silla o un banquito, y en caso de que se hubiere sumergido parada sobre alguno de estos objetos -la inmersión no será válida. Dado que la inmersión debe ser realizada sobre el suelo y no en el interior o sobre un recipiente, nuestros sabios decretaron que si la mujer que se sumerge está parada sobre algún objeto pasible de recibir impureza, su inmersión resultará inválida (Shulján Aruj 198:31).
Para que la mujer que se sumerge no contraiga su cuerpo de un modo tal que pudiera invalidar la inmersión, nuestros sabios instruyeron que no se pare sobre un objeto del que pudiera temer caerse, por ejemplo, una madera o un ladrillo. Sin embargo, a posteriori, si sabe que se sumergió según la norma, su inmersión será válida (Shulján Aruj 198:31).