Hay artefactos eléctricos que están destinados a la preparación de alimentos y tienen contacto directo con estos, por ejemplo, la caldera eléctrica y la tostadora de pan. Aparentemente sería preciso sumergirlos, pero al contacto con el agua de la mikve podrían estropearse. En la práctica, en el caso de aparatos eléctricos sencillos el temor es menor, a condición de que tras su inmersión se queden escurriendo durante un largo tiempo, suficiente para que se sequen por completo. No obstante, en el caso de los artefactos eléctricos más delicados, por ejemplo, aquellos que poseen una pantalla electrónica, es razonable temer que se estropeen a raíz de la inmersión.
Hay quienes sostienen que los artefactos eléctricos están exentos de inmersión porque su modo común de uso es conectándolos al enchufe de la pared para recibir electricidad, y la regla indica que todo aquello que está conectado al suelo no es considerado un utensilio (kli), no adquiere impureza y por lo tanto, no es preciso sumergirlo. Y si bien a veces estos aparatos pueden ser activados con baterías, se los cataloga según su uso más habitual que es estando conectados a tierra. Además, los artefactos eléctricos son considerados máquinas, y el precepto indica que se deben sumergir utensilios que son usados para alimentos y no máquinas. Y hay quienes agregaron más opiniones para adoptar una actitud flexible.
En la práctica, quien desee adoptar una actitud flexible sobre la base de estas ideas puede hacerlo por cuanto que este razonamiento resulta plausible. No obstante, dado que hay quienes entienden que es preciso sumergirlos, cuando sea posible, es correcto tomar en cuenta su opinión y sumergir los artefactos sin recitar la bendición o procurar otra solución que exima a los artefactos de ser sumergidos.
Por lo tanto, en el caso de un artefacto que casi que no hay posibilidad de que se estropee, por ejemplo, una caldera eléctrica, será correcto sumergirlo sin recitar la bendición y esperar un día hasta que se seque por completo y no se descomponga al ser activado.
En el caso de un artefacto respecto del cual se teme que pudiera deteriorarse, se formularon dos propuestas: 1) Entregarlo a un profesional judío que desarme completamente la parte que tiene contacto directo con el alimento al grado de que no pueda ser considerado un utensilio y lo vuelva a armar. De ese modo se considerará que el utensilio fue producido por un judío, y por ende, estará exento de ser sumergido. Sin embargo, en caso de que no resultare posible desarmar la parte que tiene contacto directo con el alimento, desconectar el cable de la electricidad no será de utilidad. 2) Obsequiar el artefacto a un gentil y pedirle recibirlo en préstamo por tiempo indefinido, y dado que pertenece al gentil, y dado que el judío no desea apropiárselo, es posible utilizarlo por tiempo ilimitado sin ser sumergido.
Todo lo antedicho se refiere a las partes que están realmente conectadas al artefacto, pero en el caso de las bandejas o asaderas que se colocan en el interior del horno eléctrico, estas deben ser sumergidas en la mikve con el recitado de la bendición correspondiente, ya que no se las considera artefactos eléctricos, y además no están pegadas al horno eléctrico, sino que se colocan dentro de este, y a veces fungen como utensilio para servir la comida que fuera horneada en su interior.
Otro tanto ocurre con los cuchillos de la picadora o las astas de la batidora. Si la parte que tiene contacto directo con el alimento fuera de metal o de vidrio y pudiera separarse de la eléctrica –será preciso sumergirla por separado en la mikve recitando la bendición correspondiente.