Una mujer que ha comenzado un embarazo, mientras no se haya cerciorado por medio de una revisación confiable de que en efecto está encinta, en los tres primeros meses debe separarse al llegar el lapso de su menstruación al igual que todas las demás mujeres. Pero si tras haber realizado exámenes o revisaciones confiables sabe a ciencia cierta que está embarazada, se la considera como una mujer que no menstrúa (mesuleket damim) y no precisa separarse al llegar el lapso de su período. Y si bien aún de vez en cuando sangre y se impurifique por ello, esto no ocurrirá de acuerdo con la ciclicidad del flujo menstrual sino a raíz de diversos sangrados que suelen producirse al inicio del embarazo.
Asimismo, a una mujer que amamanta, mientras lo haga se la considera como quien no menstrúa (mesuleket damim), aunque lo haga una vez al día, a condición de que aún no haya recibido su primer flujo menstrual y no hayan pasado veinticuatro meses desde el parto. Pero si la mujer en cuestión dejó por completo de amamantar, o si recibió el período, o si ya pasaron veinticuatro meses desde el parto, a pesar de que continúa amamantando, no se la considera como quien no menstrúa (mesuleket damim) por lo que regresa a sus esquemas halájicos anteriores. Esto es, si previo al parto el período le venía siempre el tercer día del mes, al mes siguiente se apartará de su marido en el tercer día del mes tal como procedía anteriormente en su período fijo. Asimismo, si anteriormente tenía sensaciones corporales previas a la menstruación (veset haguf), cuando vuelva a recibirlas, se apartará de su marido hasta el final del lapso, tal como acostumbraba a hacerlo previo al parto. De igual manera, si solía experimentar un tiempo fijo entre menstruaciones, al volver a recibir el período una vez, volverá a cuidar su período entre menstruaciones (veset hahaflagá) tal como solía hacerlo previo al parto. Si en tres oportunidades no recibiere el período en su lapso habitual o fijo -ya no habrá de tomarlo en consideración. En caso de que no tuviere un período menstrual fijo, tras recibirlo una vez, deberá cuidarse en los tres lapsos, tal como lo hacen quienes carecen de un período menstrual fijo o regular.