En un principio, cuando los juristas no tenían claro cuáles eran las directivas de los protocolos de las revisaciones médicas, surgió el temor de que quizás a veces los médicos provocaban una abertura del útero durante sus chequeos, de modo tal que ello provocaba la salida de sangre. Por ello, a toda mujer que había pasado por una revisación interna le indicaban que le preguntara al médico qué le había hecho, y luego, que consultara con un rabino para saber si la revisación en cuestión la había impurificado o no. Sin embargo, en el interín se aclaró que toda revisación que se lleva a cabo sin anestesia no incluye la apertura del útero en una medida tal que pudiera provocar impureza, y la mujer en cuestión está pura sin precisar consultar a un rabino. También cuando a raíz de la revisación sale sangre, siempre y cuando esta no haya tenido lugar durante el período menstrual (onat haveset), la mujer sigue siendo considerada pura. Esto se debe a que debemos suponer y considerar que se trata de un tipo de sangre que no impurifica, por cuanto que se trata de un sangrado originado en un golpe que salió de una herida o un corte que se produjera durante la revisación. No obstante, si el sangrado tuviera lugar durante el tiempo en el que tiene que llegar su período menstrual, la mujer solo será considerada pura cuando exista la certeza, -ya sea por una sensación corporal o por el testimonio de un médico- de que la sangre observada se originó a raíz de la revisación y no es producto de la menstruación. Pero en caso de que el galeno dudare, dado que la sangre salió en el tiempo en el que la mujer tiene que recibir su menstruación -estará impura.
También cuando el tratamiento tiene lugar en el interior del útero, por ejemplo, al introducir o retirar un dispositivo intrauterino, o cuando el tratamiento está destinado a la extracción de tumores, la mujer no se impurifica, porque la sangre que sale se origina en el corte y no en el período menstrual. No obstante, si el procedimiento tiene lugar en días en los que la mujer tiene que recibir su menstruación, cabe temer que se trata de una sangre que tiene mezclada sangre menstrual, y por ello, siempre que la mujer carezca de certeza respecto de que la sangre vista no se origina en el período menstrual, estará impura (ver arriba 2:13-14).
El único tratamiento médico que ciertamente impurifica es el del raspado correspondiente a un aborto, en el marco del cual se retira la mucosa del útero (endometrio) que es el tejido que estaba destinado a sostener al embrión, y el sangrado producido por este procedimiento entra en la categoría de sangrado menstrual, en el cual también se desprende y elimina mucosidad uterina.