La sangre que impurifica es aquella que sale del útero en el marco del período menstrual o la zivá (el sangrado durante tres días consecutivos durante los once días posteriores a la semana del período, N. de T.), pero la que sale de una herida en la vagina o incluso en el útero, no impurifica. En esta norma hay tres situaciones: 1) Cuando a la mujer le resulta claro que la sangre tiene su origen en una herida. 2) Cuando resulta claro que hay una lastimadura que puede sangrar, pero se duda si la sangre que salió proviene de esta. 3) Cuando se duda si hay o no una herida que sangra.
1) Nuestros sabios dijeron que cuando una mujer dice: “Tengo allí una herida que sangra”, se da por cierto su testimonio, y entonces, la sangre que sale no la impurifica (Tratado de Nidá 66(A), Shulján Aruj 187:5-6). Hay mujeres que saben que la sangre que ven se origina en una lastimadura sangrante a raíz de una sensación de dolor en una herida vaginal que experimentan en contigüidad a su aparición, hay mujeres que lo saben porque se revisaron la vagina y percibieron la herida sangrante con su dedo, y hay otras que arriban a esa conclusión en virtud de haber visto salir a la sangre mezclada con pus, lo cual no se asemeja al sangrado menstrual. Asimismo, una mujer que realiza una revisación interna y ve que la sangre siempre aparece en el mismo lado, puede concluir que tiene allí una lesión (Shulján Aruj 187:7). De todas maneras, cuando la mujer está segura de que la sangre se origina en una herida, está pura.
Si la sangre apareciere en una revisación interior en un momento en el cual el período está por llegar, mientras esté convencida que la sangre proviene de una herida y no de la menstruación, estará pura. Se impurificará únicamente después de que deje de pensar que la sangre en cuestión se origina en una lastimadura, o cuando sienta que la sangre sale tal como lo hace durante la menstruación, o porque en virtud de la cantidad de sangre, sepa que se trata del período.
2) Una mujer que sabe que tiene una herida que sangra a veces, pero está en la duda si la sangre que vio se origina o no en una herida y por ende es pura o si se origina en el útero y es impura, si fuere encontrada en una revisación interior en los días fijos en los que suele tener su período, será impura. Pero si la encontrare en una revisación interior fuera de los días fijos en los que suele tener su período, o en la ropa interior bajo la forma de mancha incluso durante los días fijos en los que recibe su período, será pura (Ramá 187:5).
3) Una mujer que está en la duda respecto de si tiene o no una herida que sangra, si hallare sangre sobre una vestimenta blanca, dado que salió sin que ella experimentara sensación alguna, por lo que puede provenir de una lesión, será pura, aunque el tamaño de la mancha sea mayor que un grano de cereal (gris), pues en el caso de las manchas se tiende a adoptar la actitud flexible.
Pero en caso de que viere la sangre en una revisación interior, se deberá adoptar la actitud estricta por pequeña que sea la mancha. Es bueno que acuda a consultar a un sabio entendido que a partir de su pregunta o en virtud del aspecto de la mancha pueda saber que se trata de sangre de una lastimadura respecto de la cual se puede adoptar una actitud flexible. En caso de que esta situación sucediere reiteradamente, es preferible que sea revisada por su médico o una enfermera especializada, y si se encontrare que allí hay una herida que pudiere sangrar, de ahí en más podrá adoptar una actitud flexible en la revisación interior que se lleve a cabo fuera de los días en los que suele recibir el período (onat vestá) (situación 2). En caso de que en la revisación no se hallare una herida que pudiere sangrar, su estatus se asemejará al del resto de las mujeres, que en una revisación interior queda prohibida para su marido ante la más mínima cantidad de sangre hallada, y en una observación exterior de acuerdo con las reglas preestablecidas con referencia a las manchas.