La revisación de la apertura. En numerosas ocasiones, cuando la partera revisa el grado de dilatación del cuello uterino de cara al parto, aparece un pequeño sangrado en el guante, que generalmente se produce por efecto de una herida causada en el cuello uterino, ya que próximo al nacimiento este se torna muy sensible. En la práctica, cuando la partera le resulte claro que el origen de la sangre que ve en el guante proviene de una lastimadura en el cuello del útero, estará pura, y en caso de que dude, estará impura.
A veces, antes del parto ocurre la «ruptura de aguas», que son las aguas amnióticas que llenan el saco del embarazo en el que se encuentra el feto. En ocasiones, descienden lentamente y a veces de golpe. A los fines de la Halajá, la ruptura de aguas no impurifica, pues mientras no haya salido sangre del útero, la parturienta permanece pura.
El tapón mucoso. A veces, previo al parto, “el tapón mucoso” sale del cuello uterino, y si no tiene coloración de sangre, la mujer estará pura. En caso de que la coloración sea de sangre, hay quienes adoptan una actitud estricta por temor a que haya salido sangre del útero hacia el “tapón”. Y hay quienes adoptan una actitud flexible y entienden que la sangre que sale junto con el “tapón” se considera proveniente de una herida y por ende no impurifica. En la práctica, quienes deseen adoptar una actitud flexible podrán hacerlo.
El despegamiento de membranas (stripping) para inducir al parto. En numerosas ocasiones la parturienta o el médico llevan a cabo un procedimiento de despegamiento de membranas en la entrada del útero que provoca que el cuerpo libere sustancias que producen contracciones que hacen avanzar el proceso del parto. Por lo general este procedimiento es doloroso y produce un leve sangrado, por lo que hay autoridades halájicas que entienden que tras el despegamiento de las membranas la parturienta se impurifica y el contacto con su marido pasa a estar prohibido. No obstante, a los efectos prácticos, mientras no se trate de un flujo de sangre importante, resulta que se trata de un sangrado producido por una herida en el útero originada en esta acción médica, y por lo tanto no impurifica. Empero, si comenzare a sangrar abundantemente, se tratará de sangre proveniente del útero por causa de las contracciones, por lo que entonces, impurifica (ver Puá III 64:43).