05 – Comer juntos

Dado que la comida conjunta tiene un gran efecto de acercamiento, nuestros sabios establecieron restricciones para que durante la ingesta de alimentos los cónyuges recuerden que se encuentran en los días en los que el contacto se prohíbe. No habrán de sentarse a comer a una misma mesa sin que medie algo que les recuerde la prohibición, por ejemplo, colocando en la mesa un objeto que ninguno de ellos tenga la intención de usar y sepan que se encuentra allí para recordarles que se encuentran durante los días de la veda en el contacto. Asimismo, si acostumbran a comer sobre un mismo mantel, podrán recordarse mutuamente la prohibición del contacto comiendo sobre dos manteles individuales. De igual manera, podrán acordar entre sí que durante los días de la prohibición del contacto habrán de emplear un determinado utensilio que sea diferente o que uno de los cónyuges cambie su ubicación habitual junto a la mesa (Shulján Aruj 195:3, Prishá y Turei Zahav 1).

Si comiere junto a los cónyuges otra persona, aunque se tratare de un miembro del hogar, o si la pareja comiere en un restaurante, no precisarán colocar sobre la mesa un objeto determinado que les recuerde su estatus, por cuanto que los seres humanos acostumbran a conducirse con moderación en presencia de personas extrañas (Rabí Ya’akov Castro, Pitjei Teshuvá 195:5).

Además, tendrán cuidado de no comer de un mismo bowl. Y no solamente tendrán prohibido ingerir sopa o un guisado de un mismo recipiente, sino que, si tuvieren frente suyo una fuente con jumus, no deberán sumergir en esta su trozo de pan, sino que cada uno se servirá del jumus en su propio plato y deberán comer de manera individual. Asimismo, cada uno de los cónyuges podrá untar su propia rebanada de pan con el contenido de un mismo plato.

Si se hallare entre ellos un platón de almendras, no comerán directamente de esta, sino que cada uno habrá de tomar para sí algunas y las colocará delante suyo, y así las ingerirá (Rambám, Siftei Cohen 195:4, Turei Zahav 2). En caso de que otra persona comiere junto a ellos de la misma fuente -estará permitido hacerlo (Mas’at Biniamín 112).

Asimismo, un hombre tendrá prohibido comer de los restos de comida o bebida que su mujer dejare en su plato o en su vaso porque ello implicaría una demostración de cercanía y afecto. Si bien hay autoridades halájicas medievales que adoptaron hacia ello una actitud indulgente, en la práctica, se debe proceder de manera rigurosa, y solo en caso de necesidad se podrá actuar según la opinión flexible.

Hay situaciones en las cuales incluso quienes detentan la actitud estricta están de acuerdo en proceder a priori según la flexible, por ejemplo, si se pasa el alimento o la bebida a otro plato u otro vaso, de modo tal que la expresión de cercanía se ve disminuida. Lo mismo ocurrirá cuando la mujer no se encontrare en el lugar, el hombre podrá comer o beber de los restos que esta hubiere dejado, pues al hacerlo, no le estará demostrando cercanía. De igual manera, si el hombre deseare comer o beber de los restos y no supiere que son de su mujer, ella no precisará decírselo, porque solamente cuando él sabe que lo que ha de consumir son sobras dejadas por su mujer estaremos ante una expresión de cercanía (Shulján Aruj y Ramá 195:3-4).

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