Una mujer que precisa realizar su inmersión ritual en la noche de Shabat (es decir, el viernes por la noche), habrá de lavarse la cabeza, bañarse y efectuar los demás preparativos el viernes a una hora en la que pueda llevarlos a cabo con tranquilidad, cada mujer en conformidad con su carácter y orden propio. Tras concluir los preparativos habrá de recoger su cabello de modo tal que se mantenga desenredado hasta la inmersión. En caso de que hubiera efectuado la parte principal de los preparativos durante la mañana, procurará volver a bañarse y peinarse un tanto poco antes de comenzar el Shabat.
En la mayoría de las comunidades se acostumbra que también en Shabat la inmersión sea con agua caliente, y si bien nuestros sabios nos prohibieron bañarnos con agua caliente en Shabat, se confía en la postura de las autoridades halájicas que entienden que esta prohibición no recae sobre una inmersión preceptiva (tevilat mitzvá). Y en las comunidades en las que se acostumbra a tomar en cuenta la opinión de quienes entienden que la prohibición del baño con agua caliente en Shabat aplica también sobre la inmersión ritual, esta se lleva a cabo con agua tibia, o durante el tiempo definido como bein hashmashot, que en opinión de muchas autoridades todavía está permitido bañarse con agua caliente.
Quien realizare su inmersión ritual en Shabat, precisará tener el recaudo de no retorcer su cabello para acelerar su secado, pero podrá secarlo con una toalla, y no ha de temer que al hacerlo pudiera exprimirse agua de su cabello, ya que esto ocurre como efecto colateral sin que la mujer tenga interés alguno por el agua que resulta absorbida en la toalla (Pninei Halajá Shabat 14:8).
En caso de necesidad, es posible espaciar el lavado de la cabeza de la inmersión ritual hasta en dos días. Así, cuando el tiempo de la inmersión ritual cae en la noche del viernes (Shabat) y el viernes acontece una festividad en la cual está prohibido lavarse la cabeza, nuestros sabios instruyeron que la mujer lave su cabeza y se bañe el jueves. Luego, que recoja y amarre su cabello de modo que no se enrede, y en la noche de Shabat previo a la inmersión, que enjuague aquellos sitios que pudieran haberse ensuciado en el correr de los días, que limpie sus dientes, revise la totalidad de su cuerpo y de su cabello para cerciorarse que no se adhirió a estos nada que pudiere significar una interposición (jatzitzá) y proceda a su tevilá. Asimismo, si Rosh HaShaná cae jueves y viernes, que se lave la cabeza y se bañe el miércoles (Tratado de Nidá 67(B) – 68(A), Shulján Aruj 199:6).
Hay quienes sostienen que una mujer que pudiendo sumergirse pospone la inmersión por diferentes motivos, que lo haga la noche del Shabat, ya que esta inmersión fue apenas autorizada para aquella mujer para la cual la primera noche en la que puede purificarse para su marido es en ese momento, y no para quien pospuso su inmersión sin que medie un justificativo de peso. Si bien a priori, es preciso tener el recaudo de no posponer la inmersión para la noche del Shabat sin que medie un motivo significativo, de hacerlo, que efectúe la inmersión en la noche del Shabat y no la demore ni una noche más.