01 – La presunción de pureza (jezkat tahará)
Toda mujer que se purificó por medio de una inmersión ritual de acuerdo con la Halajá se asume que está pura para su marido, y tiene permitido cohabitar con él sin que medie revisación alguna y sin temor a que pudiera haber visto sangre. Más aun, nuestros sabios dijeron (Tratado de Nidá 12(A)) que es preferible que no se revise previo a la unión para que su marido no se angustie al verla hacerlo y piense que quizás sintió el inicio de su período menstrual, y que no encontró sangre por no haberse revisado bien, o que la sangre se diluyó y desapareció, o bien, que aún no ha comenzado el sangrado, pero es posible que este ocurra durante la relación.
Tampoco es conveniente revisar tras la unión, porque no corresponde despertar dudas respecto del precepto de oná que ya ha sido observado, no sea que tengan remordimientos que en un futuro los conduzca a temer cumplir con el mandamiento. A esto se referían nuestros sabios cuando dijeron (ídem 15(A)): “Se asume que todas las mujeres son puras para sus maridos”, e incluso “para aquellos hombres que regresan del camino, se asume que sus mujeres están puras” (jezkat tahará). El hombre no debe temer que mientras estuvo lejos del hogar su mujer haya descuidado la pureza, y que quizás viera sangre sin ser consciente de ello, y por ello, aunque ella esté dormida, él podrá venir y recostarse a su lado. No obstante, durante el período en el que suele llegar su menstruación, en el cual cabe razonablemente el temor de que puede llegar su flujo menstrual, los cónyuges deben abstenerse de cohabitar, tal como se explicará en las siguientes halajot.
Sin embargo, cuando no se está próximo a la unión y sin relación a esta, se considera virtuoso que una mujer se revise reiteradamente, porque a veces ocurre que la menstruación llega en un momento imprevisto y por medio de estas revisaciones la mujer podrá estar al tanto de ello (ídem 13(A)).
En el pasado, cuando los medios de higienización sanitaria (papel higiénico, paños, toallitas húmedas etc.) eran menos disponibles, y no habían excusados en los que la mujer pudiera evacuar de manera cómoda y con privacidad, solo aquellas mujeres que cumplían con excelencia todo lo relativo a su pulcritud y su pureza se revisaban cada vez que iban al baño. Empero en la actualidad, casi todas las mujeres cumplen esta cuestión de manera excelente, al observar sus bragas desechables de uso diario (tajtonit) o el papel higiénico con el cual se higienizaron tras evacuar en el excusado, y de esa manera saben si su período menstrual comenzó. Sin embargo, en el caso de una mujer que podría ver manchas durante su período de pureza en virtud de lesiones que posee o a raíz del uso de un dispositivo intrauterino (DIU), por tomar pastillas hormonales o por otros motivos, es preferible que no observe el papel higiénico empleado al inicio de la higienización para que no se sobresalte al ver manchas, ya que el objetivo de estas revisaciones es saber si llegó la menstruación de manera sorpresiva y no ver si hay manchas.