Nuestros sabios dijeron que no es preceptivo buscar un nido para cumplir con este precepto, tal como fue dicho: “Si apareciere un nido de pájaros ante ti” (Tratado de Julín 139:2). Sin embargo, surgió la interrogante respecto de quien no está interesado ni en los polluelos ni en los huevos y se encuentra frente al nido, ¿acaso debe ahuyentar a la madre y tomarlos?
Según la opinión de numerosos juristas solamente quien precisa de huevos o polluelos está preceptuado de ahuyentar a la madre para tomarlos. Pero si no los precisa, no resulta preceptivo ahuyentar a la madre para tomar los pichones. Por lo tanto, no corresponde hacerlo a los efectos de no causar sufrimiento a seres vivos y no destruir gratuitamente polluelos o huevos.
No obstante, hay autoridades halájicas que sostienen que todo aquel que se encuentra con un nido, está preceptuado de ahuyentar a la madre y tomar a los hijos. Y hay de entre los cabalistas quienes entienden que incluso corresponde que todo judío busque un nido para cumplir este precepto, aunque tan solo sea una vez en su vida. Ello no conlleva transgredir la prohibición de no destruir o malograr y de no hacer sufrir a animales, ya que se realiza en aras de observar un mandamiento.
En la práctica, nos parece que la opinión principal es la primera, y solamente quien desee tomar los polluelos o los huevos estará preceptuado de ahuyentar a la madre y tomarlos. Pero quien no esté interesado en ellos no está preceptuado de proceder así, y por ende, deberá abstenerse de hacerlo para evitar hacer sufrir a un animal (tza’ar ba’alei jaim) y para no destruir o malograr (bal tashjit). Quien desee cumplir el precepto conforme la segunda opinión, es mejor que ahuyente a la madre del nido por medio de un grito o de un golpe suave sobre el nido y no tome ni los polluelos ni los huevos, ya que hay autoridades que entienden que al haber ahuyentado a la madre y poder tomar los huevos o los pichones, según la Halajá observa el precepto, y así, podrá hacerlo sin contradecir a la primera opinión (Responsa Jajam Tzví 83, Shevet Yehudá Yoré Deá 292, Or Sameaj Hiljot Yom Tov 3:8).