04 – El motivo de la prohibición y los detalles de las normas

Se esgrimieron dos motivos principales para la espera entre la ingestión de carne y la de leche. 1) El sabor de la carne es fuerte y puede sentirse hasta seis horas después de haber sido ingerida (Rashi). 2)  La carne es dura y algunos de sus trozos pueden quedarse atrapados entre los dientes y pasadas seis horas se liberan de allí o su sabor se disipa (Rambám). En la práctica, se tiene cuidado por los dos motivos, por lo tanto, quien masticó carne para dársela a un bebé debe igualmente esperar seis horas, dado que pudo quedar carne alojada entre sus dientes. Y asimismo, quien comió carne blanda debe esperar seis horas ya que su sabor puede perdurar durante ese lapso (Tur 89:1).

Quien comió carne y pasado un tiempo encontró carne retenida entre sus dientes deberá retirar estos restos de su boca para observar las seis horas de separación entre carne y leche. A posteriori, si la tragó, no interrumpió el conteo de las seis horas porque no cabe preocuparse por el sabor que pudiera haber despedido. En caso de que una persona encontrase carne entre sus dientes seis horas después de haberla ingerido, si desea comer lácteo de inmediato, tras retirar el resto de su boca deberá limpiarla y enjuagarla o cepillar sus dientes (tal como se explicó anteriormente en la halajá 1) e inmediatamente después podrá ingerir el producto lácteo. A posteriori, aunque hubiere tragado la carne, podrá limpiar su boca e inmediatamente después ingerir el alimento lácteo (Ramá 89:1, Siftei Cohen 3-4).

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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