07 – La inhabilitación por agua fue extraída del suelo (sheuvim)

Aguas extraídas (sheuvim) del suelo, o sea, que fueron separadas de la tierra y pasaron a alojarse en recipientes, no es apta para una mikve. Incluso cuando las aguas no hayan sido extraídas por una persona, sino que llegaron al recipiente desde el cielo. Por ejemplo, si alguien colocó recipientes en el patio de su casa para captar en éstos agua de lluvia. En dicho caso las aguas acumuladas en los recipientes se considerarán extraídas (sheuvim) y no aptas para la mikve.

Aguas que fluyen a través de una cañería desde el manantial o desde los aljibes no se considera extraída (sheuvim), pero si el caño tuviere una “cavidad” (beit kibul) se ha de convertir en un recipiente y el agua que pasa a través suyo se considerará extraída y por ende, no apta para la mikve. Dado que en numerosas ocasiones las aguas que las compañías de agua hacen fluir por las cañerías pasan por cavidades (beit kibul) al agua de la canilla que llega a los hogares y los parques se considera extraída (tal como se explicará más adelante en la halajá 12).

No solo que las aguas extraídas no son aptas para la mikve sino que además, en caso de que una cantidad de tres log de esta (unos 900 mililitros) entraren en una cantidad de agua de la lluvia inferior a 40 seá, todas las aguas pluviales aptas para la inmersión quedarán inhabilitadas. También cuando los tres log de agua extraída cayeren sin intención sobre las de lluvia que son aptas, estas últimas resultarán inhabilitadas. Y aunque se le añada otras 40 seá de aguas aptas, la mikve continuará estando inhabilitada. La solución es vaciar la mikve de todas sus aguas y esperar a que vuelva a llenarse con aguas de lluvia. Pero si desde un principio había en la mikve aguas de lluvia en una cantidad de 40 seá, aunque se le ingresaren miles de litros de aguas extraídas, no quedará inhabilitada.

Las aguas extraídas invalidan las aguas de lluvia cuando la cantidad de estas últimas es inferior a 40 seá con la condición de que hayan caído directamente dentro de ellas,  pero si hubieren sido vertidas en un sitio contiguo a la mikve y desde allí se deslizaron sobre la tierra a lo largo de tres palmos (unos 23 centímetros) y luego ingresaron a las aguas aptas, pasarán a anularse respecto del suelo transformándose así en kasher, con la condición de que el agua de lluvia sea la mayoría de las 40 seá. Por lo tanto, si hubiere en la mikve más de veinte seá de agua de lluvia, será posible completarla con aguas extraídas que fueron vertidas cerca de la mikve y fluyó sobre la tierra hasta ingresar en ella (Shulján Aruj 201:44-45). Esta acción se denomina “hamshajá” (“hacer fluir sobre” o conducción de aguas). La forma en como esta debe efectuarse se explicará en el final de la siguiente halajá.

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