El precepto de oná (intimidad conyugal) se observa de manera regular durante todos los meses del embarazo, siendo el deber para la mayoría de los hombres cumplirlo dos veces por semana (Pninei Halajá – La alegría del hogar y su bendición 2:7). Sin embargo, en los primeros meses del embarazo la unión puede resultar un poco dificultosa para la mujer por causa de las náuseas y los diferentes dolores que pudieran sobrevenir, por lo tanto, es preciso proceder de un modo más moderado a los efectos de cumplir el precepto del modo más confortable posible, empero, el precepto sigue en pie en toda su vigencia.
Dijeron nuestros sabios que en los últimos seis meses del embarazo el cumplimiento del precepto de oná resulta también beneficioso para el feto ya que ello hace que salga bien formado (melubán). En los últimos tres meses, el cumplimiento del precepto de oná sirve también para que el parto resulte más leve.
A partir del momento en el que por medio de una revisación médica, la mujer ya sabe que está embarazada, ya no tiene más ciclos menstruales, y por ello su estatus es similar al de una mujer que ya no tiene el período (mesuleket damim) por lo que no precisa preocuparse más por sus lapsos de separación. Este estatus se prolonga hasta la finalización del período de amamantamiento o hasta que la mujer ve que le llega la primera menstruación post parto (ver arriba 6:10).
A veces durante el período del embarazo hay algún tipo de sangrado, por lo que hay que recurrir a un médico para que revise el estado en el que se encuentra. A los efectos prácticos de la halajá, si resulta que el sangrado proviene de una herida que se encuentra en la vagina o en el cuello uterino, este no impurifica. Y si el sangrado proviene del interior del útero -impurifica (tal como ocurre con la sangre o la mancha que son explicados en el capítulo 2). Sin embargo, en caso de que se cerciore que el sangrado proviene de una herida en el útero que no está relacionada con el embarazo, este no impurificará (arriba 2:14), pero mientras el médico no lo afirme con certeza, impurificará.