Pninei Halajá

03. «Vaijulú» y «Maguén Avot»

En el rezo de Arvit de Shabat se recita el pasaje de «Vaijulú» que son los tres versículos del final del capítulo de la creación que se refieren al Shabat (Bereshit 2:1-3): «Y así fueron acabados el cielo y la tierra y todos sus ejércitos. Y habiendo terminado D´s el día séptimo la obra que había hecho descansó el día séptimo  de todo el trabajo realizado. Y bendijo D´s al séptimo día  y lo santificó porque en él descansó de toda la obra que había creado»

Dijeron nuestros sabios (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 119(B)) que todo aquél que recita «Vaijulú» en el rezo de víspera de Shabat es como si se transformase en socio del Eterno en la obra de la creación. D´s creó el mundo intencionalmente incompleto para que podamos ser socios de su perfeccionamiento. Esta sociedad implica, primeramente, que creamos en el Creador y  en virtud de ello actuemos a los efectos de mejorar el mundo y revelar en éste Su gloria.

Además, nuestros sabios dijeron que todo aquél que recita «Vaijulú» en víspera de sábado es acompañado por dos ángeles que apoyan sus manos sobre él y le dicen: «Él quitará tu pecado y tu trasgresión expiará». El Shabat está relacionado con la teshuvá y ello se manifiesta en el hecho de que los vocablos «Shabat» y «Teshuvá» (retorno, arrepentimiento) en hebreo están conformados por las mismas letras. En Shabat ratificamos la fe en el Creador y en virtud de ello retornamos a las aspiraciones de elevación que anidan en nuestra alma. Todo aquél que recita «Vaijulú» el viernes por la noche expresa el significado profundo del Shabat, y a raíz de ello puede alcanzar el completo retorno espiritual y sus trasgresiones se ven así expiadas.

En la sinagoga el público recita «Vaijulú» por segunda vez  tras la Amidá. Hay quienes dicen que el hacerlo es brindar testimonio de la creación del mundo (ver Peninei Halajá Shabat I 4:3). Además, recitamos por tercera vez «Vaijulú» durante el Kidush. Vemos comúnmente que cosas de importancia se suelen repetir tres veces (como en el caso de «Ashrei» o la «Kedushá«).

Nuestros sabios establecieron que una vez concluida la Amidá de Arvit el oficiante recite una bendición que es una suerte de resumen de las siete bendiciones ya rezadas, a modo de repetición en voz alta (a los efectos de ampliar ver Peninei Halajá Shabat I 4:2).

Esta bendición corresponde al oficiante, y por lo tanto cuando el público canta el fragmento que inicia con las palabras «Maguén Avot«, el oficiante debe volver a hacerlo en voz solista (Mishná Berurá 268:22).

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