06. El acodo y los vástagos

A los efectos de acodar, se dobla la rama de un árbol desarrollado, se entierra una mitad de esta y se hace salir a su extremidad (de la tierra) en el sitio donde se desea tener un nuevo árbol. En un inicio, el árbol producto del acodo extrae su vitalidad del original, y a lo largo del tiempo la parte enterrada desarrolla raíces las cuales también nutren al nuevo árbol. En lo que respecta a orlá, mientras que el árbol nuevo extraiga todavía algo de vitalidad del original, aunque su nutrición mayoritaria provenga de las raíces producidas por el acodo, se lo considera conectado al primero y por ende está libre de orlá. E incluso si a partir del segundo árbol se realiza el acodo de un tercero, y del tercero un cuarto, mientras que permanezcan conectados al primero todos estarán exentos de orlá por ser considerados como su continuación. Pero en caso de que se hubiere cortado la rama que conecta al árbol original con el acodo, o si esta sencillamente se hubiere marchitado, el nuevo árbol deberá contar los tres años de orlá.

En caso de que hubieren brotado vástagos nuevos bajo tierra, aunque crezcan a partir del sistema de raíces del árbol antiguo, mientras que ello no resulte visible (por ejemplo, si hubieren salido a una significativa distancia del árbol inicial) recae sobre estos el estatus de árbol nuevo que debe contar los años de orlá (Tratado de Baba Metzía 119(A), Rambám Neta Revai 10:19). Sin embargo, en caso de que los vástagos creciesen junto al árbol antiguo y resultase visible de que son parte de él y además brotasen de la parte de su tronco que se encuentra bajo tierra, cabría decir que formalmente no recae sobre estos el estatus de orlá por ser parte del primer árbol. Sin embargo, dado que muchos adoptan una actitud estricta en esta cuestión, considerando a los vástagos como árboles nuevos – cabe también adoptarla.

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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