Pninei Halajá

02. El motivo del recitado de las ofrendas.

Nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratados de Ta´anit 27(B) y Meguilá 31(B)) que cuando D´s estableció el pacto con Abraham prometiéndole a él y a su descendencia heredar la tierra de Israel, le preguntó nuestro patriarca al Eterno: Soberano del Mundo, si el pueblo de Israel llega a pecar ante Ti, ¿les aplicarás el mismo castigo que usaste con la generación del diluvio o la de la torre de Babel? Le respondió el Eterno: no procederé así con ellos. Le preguntó Abraham: ¿cómo he de saber que no los eliminarás de la faz de la tierra? D´s le respondió: «toma para mí una novilla de tres años…» De esta forma le insinuó que las ofrendas serán los testigos de que existe una conexión eterna entre D´s y el pueblo de Israel, de modo tal que aunque  cometan pecados, ellos provendrán sólo por causa de una influencia externa, mas en su raíz interior, se mantendrán justos y conectados al Eterno. Por lo tanto, mediante la ofrenda de sacrificios que expresa la conexión absoluta del pueblo de Israel con el Creador, se expiarán los pecados.

Abraham preguntó ante D´s: Soberano del Mundo, ¿que será del pueblo de Israel si el Templo de Jerusalém se destruyera, cómo habrán de expiar por sus pecados? El Santo Bendito Sea le respondió: «ya les dispuse el orden de las ofrendas, mientras las reciten lo habré de considerar como si las ofrendasen delante de Mí y He de perdonar todos sus pecados».

Además dijeron, que todo aquel que se ocupa de lo respectivo al sacrificio expiatorio de pecados es como si lo elevase en la práctica y así con todos los diferentes sacrificios (Tratado de Menajot 110(A) y ver en Peninei Halajá Tefilá 13:5-6 la razón de la ofrenda del sacrificio permanente y de la quema del incienso).

Esto se debe a que toda acción que se realiza en este mundo posee un alma interior y las palabras de la Torá que se refieren a un precepto son el alma del mismo. Esto se refiere especialmente a la ofrenda de sacrificios que tienen como tema central el expresar la conexión a D´s. Por lo tanto, cuando no nos es posible elevar una ofrenda en la práctica, el estudio de la misma es considerado como el sustituto a su sacrificio (ver en el Maharal Gvurot Hashem cap. 8).

Muchos de los judíos tenían como costumbre recitar por la mañana, previo al rezo, el capítulo de la ofrenda permanente («Korban Hatamid«). Empero, como los sabios no lo dispusieron, no se considera una obligación completa. De todas maneras, dado que la costumbre del recitado de la ofrenda permanente se basa en lo dicho por lo sabios en el Talmud Babilonio (como se explicará más adelante) y dado que además éstos fijaron el horario de Shajarit en virtud del horario de la ofrenda matinal, los judíos acostumbraron a recitar el capítulo de la ofrenda permanente todos los días hasta que se transformó en obligatoria.

En orden de importancia, al recitado de la ofrenda permanente le sigue la lectura del capítulo de la quema del incienso pues éste era ofrendado todos los días, y además el Zohar (Vaiakhel 218:2) alaba vehementemente a quien lo recita a diario. Es bueno que los hombres reciten las demás porciones y plegarias impresas en el Sidur en la sección de los sacrificios, empero no es obligatorio hacerlo (tal como se explica en Peninei Halajá Tefilá 13:1).

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